Un albañil brasileño confesó que le clavó decenas de agujas a su hijastro de 2 años en un intento por matarlo para vengarse de su esposa, una acción que pensó pasaría inadvertida.
En una entrevista desde la cárcel, la cual fue transmitida por televisión, Roberto Carlos Magalhaes dijo que mezcló agua con vino para drogar al niño antes de que él y su amante lo sostuvieran y le clavaran las agujas de coser.
“Hice esto dos o tres veces por semana durante un mes”, afirmó Magalhaes, de 30 años. El niño estaba demasiado embriagado por la mezcla de vino como para llorar mientras él le insertaba las agujas, agregó, pero sintió el dolor después de que le pasó el efecto del alcohol.
“Fue realmente un sufrimiento inaguantable”, indicó. “Fue para vengarme de la madre del niño. Pensé que las agujas iban a abrirse paso a través de su cuerpo e iban a matar al niño. Era una manera de matar a alguien sin que nadie lo descubriera”.
Pero el dolor llevó al pequeño a quejarse ante su mamá, una empleada doméstica, y el 10 de diciembre la mujer lo llevó a un hospital, donde placas radiográficas revelaron que tenía 30 agujas almacenadas en todo su cuerpo.
El niño fue sometido el viernes a una operación de cinco horas en la ciudad nororiental de Salvador a fin de retirarle cuatro agujas oxidadas que eran las que más amenazaban su vida, ya que estaban cerca de su corazón y sus pulmones.
Estan por realizarse otras dos operaciones para retirarle más agujas. Su padre y la amante estan detenidos. Muchas personas han mostrado su indignación y su apoyo a la madre del niño.
En una entrevista desde la cárcel, la cual fue transmitida por televisión, Roberto Carlos Magalhaes dijo que mezcló agua con vino para drogar al niño antes de que él y su amante lo sostuvieran y le clavaran las agujas de coser.
“Hice esto dos o tres veces por semana durante un mes”, afirmó Magalhaes, de 30 años. El niño estaba demasiado embriagado por la mezcla de vino como para llorar mientras él le insertaba las agujas, agregó, pero sintió el dolor después de que le pasó el efecto del alcohol.
“Fue realmente un sufrimiento inaguantable”, indicó. “Fue para vengarme de la madre del niño. Pensé que las agujas iban a abrirse paso a través de su cuerpo e iban a matar al niño. Era una manera de matar a alguien sin que nadie lo descubriera”.
Pero el dolor llevó al pequeño a quejarse ante su mamá, una empleada doméstica, y el 10 de diciembre la mujer lo llevó a un hospital, donde placas radiográficas revelaron que tenía 30 agujas almacenadas en todo su cuerpo.
El niño fue sometido el viernes a una operación de cinco horas en la ciudad nororiental de Salvador a fin de retirarle cuatro agujas oxidadas que eran las que más amenazaban su vida, ya que estaban cerca de su corazón y sus pulmones.
Estan por realizarse otras dos operaciones para retirarle más agujas. Su padre y la amante estan detenidos. Muchas personas han mostrado su indignación y su apoyo a la madre del niño.