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Trastorno por déficit de atención. Algo con lo que aprendí a vivir.

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Angela

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Hasta hace pocos años, se consideraba que el síndrome caracterizado por una notoria deficiencia de la atención, en general, acompañada de una mayor o menor impulsividad y, muchas veces, de un incontrolable exceso de movimiento o hiperactividad, denominado Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), era exclusivo de los niños y adolescentes. La observación permitió reunir evidencia clínica que muestra incontrastablemente adultos que sufren este trastorno y, por ende, que es factible este diagnostico en dicha población. Sin dudas, su presentación difiere de las etapas tempranas de la vida y, a menudo, no es una tarea fácil descubrirlo y definirlo como tal. El TDAH suele superponerse a otros trastornos que provocan sus propias manifestaciones, por lo que, a veces, el especialista se resiste en reconocerlo. Sin embargo, como afirmaban los grandes clínicos de épocas pasadas, “la clínica es soberana”: el TDAH es una realidad inobjetable como diagnostico en el adulto.

2Trastorno por déficit de atención. Algo con lo que aprendí a vivir. Empty CAUSAS Vie 13 Mayo 2016, 11:08

Angela

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En la actualidad, no caben dudas sobre la raigambre neurobiológica del TDAH. En 1992, la Organización Mundial de la Salud sostenía en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE10), que “ciertas anomalías constitucionales juegan un papel clave en este trastorno”. Estudios genéticos recientes han señalado posibles alteraciones en la conformación de algunos receptores de membrana (D2/A1 y D4), del transportador de la dopamina (proteína “carrier”) y, al menos, de una proteína de la membrana presinaptica, identificada como SNAP-25. Sobre la base de esta información, diversos investigadores afirman que el TDAH puede ser un trastorno poligenico, es decir, ocasionado por la interacción de varios genes.

Por su parte, las determinaciones neuroqimicas están aportando considerable evidencia sobre alteraciones metabólicas que afectan la síntesis de ciertos neurotransmisores, principalmente noradrenalina y dopamina. Nuevas investigaciones indican que la manifestación de este trastorno podría obedecer a una aparente disfunción de la neurotransmisión glutamatergica que, de modo particular, podría involucrar la vía corticoestratal. Asimismo, los estudios cerebrales funcionales por imágenes, como SPECT, muestran con bastante frecuencia una disminución del consumo de glucosa en la corteza frontal, lo cual indicaría una hipoactividad o hipofrontalidad.

3Trastorno por déficit de atención. Algo con lo que aprendí a vivir. Empty Cuadro clínico Vie 13 Mayo 2016, 11:09

Angela

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El TDAH en el adulto constituye una etapa evolutiva cronobiografica del síndrome, esto es, su manifestación clínica con características propias y diferenciadas de los períodos etarios anteriores. Como tal, perdura toda la vida, lo que le otorga al adulto que lo padece algo así como un sello de cuadro clínico “de estado”. En estos términos , el TDAH es una condición que afecta toda la vida del individuo: desde los signos y síntomas de la temprana infancia, que continúan en la niñez avanzada y en la adolescencia, hasta toda la vida adulta. Dicho de otro modo, es un síndrome que se expresa clínicamente entre los dos extremos de la vida con diversidad sintomática en función de los sucesivos períodos vitales de la persona. Esta enfermedad en el adulto se confirma, según dos posibles circunstancias:

a) Por evolución silvestre, debido a que numerosos niños y adolescentes no llegan a ser oportunamente diagnosticados y tratados, casi siempre porque los profesionales que los atendieron tenían un inadecuado conocimiento del síndrome, y, en no pocos casos, porque los padres ignoraban la enfermedad del hijo;

b) Por natural resistencia de la enfermedad  o por tratamientos ineficientes en niños y adolescentes oportunamente detectados. Este grupo está conformado por aproximadamente un 60% de aquellos que fueron bien diagnosticados y sometidos a diversos tratamientos. Esta cifra señala que los que alcanzan una remisión total o casi total de las manifestaciones clínicas iniciales del TDAH (por lo general, a fines de la adolescencia) son cuatro de cada diez individuos de esa población.

Los síntomas del trastorno, aunque heterogéneos, característicos de las etapas infantil y juvenil, se modifican y configuran un cuadro clínico con rasgos y matices de fisonomía no siempre fáciles de reconocer en el adulto. Esto es mas mas evidente en la tríada de los síntomas cardinales.

Así, la deficiencia de atención persiste y se convierte en el principal obstáculo del adulto con TDAH y el que mas perjudica –desde la subjetividad del individuo –su calidad de vida. Este síntoma lleva a cometer errores y desaciertos, a veces burdos, al ejecutar tareas; genera una significativa tendencia al desorden y una notoria dificultad para organizar el tiempo y las actividades; una marcada insolvencia para planificar metas alcanzables y una habilidad escasa o nula para determinar prioridades en las actividades habituales; olvidos de obligaciones de mayor o menor importancia y frecuentes perdidas de objetos; impide, a veces de manera grave, leer y ejecutar tareas que requieren atención sostenida.

Angela

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Por su parte, la impulsividad en el adulto con TDAH se atenúa, de manera significativa, con respecto a los años anteriores; por este motivo, suele pasar discretamente inadvertida o notarse en acciones que no generas reacciones de prevención en los demás o en intrusiones verbales que, cuanto mas, provocan cierto fastidio en los circunstanciales oyentes. No obstante, la persistencia de este incierto síntoma puede ser causa de irrupciones disforicas que, casi siempre, provocan desconcierto en quienes lo rodean; actitudes bruscas, a veces, acompañadas de desbordes emocionales ( lamentos, sollozos llantos) y acciones estrepitosas (p Ej., dar un portazo) ante contrariedades menores; intolerancia ante situaciones que exigen poner a prueba la paciencia ( como cruzar súbitamente la calle si la espera para hacerlo se prolonga); efectuar maniobras repentinas o inesperadas al conducir un vehículo y romper de un golpe un artefacto que no funciona cuando su intento de reparación no prospera.



Con respecto al llamativo síntoma motor de las primeras etapas de la vida, la hiperactividad adquiere un bajo perfilen el conjunto de las manifestaciones clínicas del TDAH en el adulto. No es habitual que un adulto con este síndrome capte la atención de los demás por un aparatoso exceso de movimientos. La persistencia de este síntoma suele hacerse evidente al mover las piernas, de un modo rápido y sostenido, usando como punto de apoyo las falanges y el metatarso de los pies, al estar sentado; cambiar de posición, con visible frecuencia, en el asiento, cruzando reiteradamente las piernas; mover los dedos de las manos golpeteando sobre una superficie ( mesa, escritorio, etc.); caminar incesantemente de un lado a otro ante una espera de algunos minutos ( un turno en una oficina o la llegada de otra persona); y tocarse repetidamente con las manos diversas partes del cuerpo, de manera aleatoria, como si sintiera pequeñas molestias diseminadas. Es interesante advertir que estos movimientos carecen de finalidad practica alguna; en realidad, son expresiones de la hiperactividad que actúa como sustrato de estos.

La torpeza motora, fácil de reconocer, la procrastinación (postergación frecuente de acciones o decisiones), los visibles inconvenientes en la interacción con los demás, la tendencia a la retracción social, los persistente apremios en la vinculación particular con el sexo opuesto, la exhibición no infrecuente de conductas inadecuadas, son síntomas de segundo orden, pero no por ello son menos perjudiciales para el adecuado ajuste social del individuo con TDAH. La falta de confianza en si mismo, arraigada en una baja autoestima que, casi siempre, proviene de la niñez o adolescencia, es el telón de fondo que contribuye al bajo rendimiento general, que se pone de manifiesto con variable asiduidad en sucesivos fracasos. La escasa autoestima de estas personas, junto a la latente impulsividad que subyace, puede precipitar ocasionales acciones riesgosas que, a menudo, pueden poner en peligro la vida.


Angela

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Signos y síntomas del TDAH en el adulto

Déficit de atención

Hiperactividad

. cierta dificultad para leer y ejecutar tareas que requieren atención sostenida

. Mover las piernas de un modo rápido y sostenido, al estar sentado.

. repetidos errores y desaciertos en las actividades habituales.

. cambiar de posición, con visible frecuencia, en el asiento.

. tendencia al desorden.

. mover los dedos de las manos golpeteando sobre una superficie.

. limitaciones para organizar el tiempo o las actividades.

. caminar incesantemente de un lado a otro en situaciones de espera.

. incapacidad de planificar metas alcanzables.

. tocarse repetidamente distintas partes del cuerpo, de manera aleatoria, como si sintiera pequeñas molestias diseminadas.

. escasa o nula habilidad para determinar prioridades en las actividades habituales.

Otros signos

. olvidos de obligaciones, de mayor o menor importancia.

. torpeza motora

. frecuentes perdidas de objetos diversos.

. procrastinación (postergación frecuente de acciones o decisiones)

Impulsividad

. habituales inconvenientes en la interacción con los demás.

. acciones inesperadas que no suelen generar reacciones de prevención en los demás.

. tendencia a la retracción social.

. intrusiones verbales que ocasionan cierto fastidio en circunstanciales oyentes.

. persistentes apremios para establecer vínculos con personas del sexo opuesto.

. irrupciones disforicas

. exhibición no infrecuente de conductas inadecuadas a las circunstancias.

. actitudes bruscas o intempestivas con desbordes emocionales o sin ellos.

. Falta de confianza en si mismo, arraigada en una baja autoestima.

. acciones estrepitosas ante contrariedades menores.

. Bajo rendimiento general, en casi todas las actividades, que suele ponerse de manifiesto en sucesivos fracasos.

. frecuente intolerancia en situaciones que exigen poner a prueba la paciencia.

. maniobras repentinas o inesperadas al conducir un vehículo.

. acciones riesgosas innecesarias

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Y BIEN, ME DOCUMENTE, ME TRATÉ.
Y VISITO MENSUALMENTE AL NEUROPSIQUIATRA.

NO SOY LOCA...
SOY UNA DISPERSA FUNCIONAL. Trastorno por déficit de atención. Algo con lo que aprendí a vivir. 638739

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