ESTABILIDAD EMOCIONAL
Estabilidad Emocional es una característica de nuestra personalidad, depende del equilibrio de nuestros sentimientos y se trata de una circunstancia muy personal que es producto de nuestro equilibrio interior y de lo que consideremos positivo o negativo en nuestra cotidianidad.“NUESTRA ESTABILIDAD EMOCIONAL DEPENDE DEL EQUILIBRIO DE NUESTROS SENTIMIENTOS”
Una Vida Feliz
Factores de diversa índole, algunos positivos y otros negativos, colman nuestra vida diaria, obligándonos a establecer un EQUILIBRIO EMOCIONAL, indispensable para lograr una vida feliz.
La estabilidad emocional no es algo que pueda adjudicarse, adquirirse o tomarse prestado; se trata de una circunstancia muy personal: nuestra circunstancia; cual a su vez, es producto del equilibrio que establezcamos en nuestro interior, entre lo que consideramos positivo o negativo, lo cual responde a la trascendencia que le demos al personalísimo mundo de nuestra cotidianidad.
No se trata de cómo se desarrollen los eventos, sino como los asimilemos; no es el por qué, cómo y cuando sucedan, sino en la entidad y tiempo que estimemos que puedan afectarnos. Por ejemplo, perder un amor o una oportunidad cualquiera, su efecto dependerá de la trascendencia y tratamiento mental que le concedamos. Tenemos la posibilidad de considerarlo negativo, triste e inclusive doloroso; pero también la opción de considerarlo positivo, porque nos abre la oportunidad de comenzar nuevas y emocionantes relaciones o mejores y más actualizadas opciones.
Personas estables emocionalmente en diversas ocasiones me han comentado: vivo feliz gracias a mi nueva pareja; o ahora tengo una vida más holgada gracias a que fui despedido y logré un trabajo mucho más remunerador. Otros me han manifestado que, si no me hubiese sucedido un percance, que en su momento consideré negativo, hoy no tendría tal o cual beneficio que ha superado mis circunstancias de aquella oportunidad. Estos testimonios afianzan mi convicción de que estamos obligados a buscar y encontrar el lado positivo de las cosas, en ese camino de alcanzar una vida mejor.
Es nuestra decisión la trascendencia que le otorgamos a los acontecimientos. Nadie puede ayudarnos a resolverlo, porque sólo nosotros gobernamos en nuestro interior.
Si tenemos fe en Dios y en nuestra propia diligencia para procurarnos una vida feliz; si nos producimos tranquilidad espiritual, amando a nuestros semejantes y manteniendo la convicción de que nada sucede sin una razón; si nos acostumbramos a estudiar primero el lado positivo de los acontecimientos, aceptándolos como una posible enseñanza o apertura de una nueva oportunidad; si nos condicionamos a convertir los problemas en asuntos por resolver, sin duda lograremos esa estabilidad emocional, sin la cual es imposible lograr nuestra máxima aspiración como seres racionales: SER FELICES Y HACER FELICES A NUESTROS SEMEJANTES.