Salud emocional
1. Aprende a estimarte. Conocer tus inquietudes personales te ayuda a llenar tus necesidades. En otras palabras, procura lograr un equilibrio interior y, de esta forma, al estar contenta contigo misma transmitirás esa sensación de bienestar a tu entorno social. Empieza por quererte a ti misma y así podrás hacerlo con los demás.
2. Aparta tiempo para el esparcimiento. Reserva un momento, aunque breve, para realizar actividades de entretenimiento personal. Por ejemplo, leer, ir al gimnasio, reunirte con amistades, acompañar a tus hijos a piñatas o al cine. Un tiempo alejado de compromisos es vital para que recargues baterías.
3. Busca tener lazos afectivos de apoyo social. Estos no aparecen de la nada: se crean y cultivan. Al dedicarle tiempo a tu pareja, a tus hijos, a tus amigos y familiares, mantienes relaciones saludables y le demuestras afecto a tus seres queridos. Una buena amistad, una buena relación, implica dar y recibir. Verás que más vale tener pocas relaciones certeras, que muchas superficiales.
4. Trabaja, en una empresa o en casa, de forma tal que te resulte agradable lo que haces. El trabajo hecho con gusto redunda en una sensación de satisfacción personal, lo cual hace que una persona se sienta útil ante sí misma y la sociedad. Recuerda que la productividad nutre tu seguridad personal.
5. ¡Sonríe! El sentido del humor, una sonrisa a tiempo, compartir risas son actitudes que te permiten mantenerte dispuesta, solidaria y animada. Tener la capacidad de reírte de los problemas diarios hace posible que tu autoestima se eleve y, adicionalmente, tenderás a ver de forma más objetiva los obstáculos. Un buen sentido del humor puede ser el mejor aliado para la solución de los problemas.
1. Aprende a estimarte. Conocer tus inquietudes personales te ayuda a llenar tus necesidades. En otras palabras, procura lograr un equilibrio interior y, de esta forma, al estar contenta contigo misma transmitirás esa sensación de bienestar a tu entorno social. Empieza por quererte a ti misma y así podrás hacerlo con los demás.
2. Aparta tiempo para el esparcimiento. Reserva un momento, aunque breve, para realizar actividades de entretenimiento personal. Por ejemplo, leer, ir al gimnasio, reunirte con amistades, acompañar a tus hijos a piñatas o al cine. Un tiempo alejado de compromisos es vital para que recargues baterías.
3. Busca tener lazos afectivos de apoyo social. Estos no aparecen de la nada: se crean y cultivan. Al dedicarle tiempo a tu pareja, a tus hijos, a tus amigos y familiares, mantienes relaciones saludables y le demuestras afecto a tus seres queridos. Una buena amistad, una buena relación, implica dar y recibir. Verás que más vale tener pocas relaciones certeras, que muchas superficiales.
4. Trabaja, en una empresa o en casa, de forma tal que te resulte agradable lo que haces. El trabajo hecho con gusto redunda en una sensación de satisfacción personal, lo cual hace que una persona se sienta útil ante sí misma y la sociedad. Recuerda que la productividad nutre tu seguridad personal.
5. ¡Sonríe! El sentido del humor, una sonrisa a tiempo, compartir risas son actitudes que te permiten mantenerte dispuesta, solidaria y animada. Tener la capacidad de reírte de los problemas diarios hace posible que tu autoestima se eleve y, adicionalmente, tenderás a ver de forma más objetiva los obstáculos. Un buen sentido del humor puede ser el mejor aliado para la solución de los problemas.