Sucede hasta en las mejores relaciones. Más de una vez tu pareja te ha dejado con las ganas. Y es que las diferencias en la cantidad de deseo sexual que los miembros de una pareja tienen es una de las causas más comunes de fricción en una relación.
El sexo es un evento en el que se conjugan un montón de circunstancias personales, relacionales, emocionales, etc. Y por tanto, muchos factores pueden estar influyendo en que no logren ponerse de acuerdo en cuanto a la cantidad de sexo que desean. Estas diferencias en la cantidad de deseo sexual que los miembros de la parja tiene pueden deberse a:
- Diferencias genéticas: que hacen que cada uno de nosotros tenga una cantidad innata de deseo e impulso sexual.
- Lo que signifique el sexo para la persona: hay personas que lo usan para relajarse, otras para resolver los pleitos, otras más para ganar poder dentro de la relación, o para demostrar amor (o la falta de este), más aún, hay otras personas que consideran el sexo como una parte importante de sus relaciones, a la que hay que dedicarle el espacio y el tiempo que se merece , mientras otras lo consideran un mal necesario, al que evitan cuando pueden.
- Cuan satisfech@ y amad@ te sintás dentro y fuera de la cama: el sexo es el termómetro de la relación, nos dice que tal estamos. En términos generales, si la relación está bien, el sexo estará bien y viceversa. También hay que tomar en cuenta que si para vos el sexo es algo que te da satisfacción lo vas a buscar más que si el sexo no te da ni cosquillas, lo sentís como una obligación o peor aún te genera dolor (físico o emocional)
Una vez identificada la posible causa, solo queda preguntar, “Y entonces, ¿que hago?”.
Como el tema es bastante particular y la mayoría de la gente tiene problemas manejándolo, empezaré por la advertir lo que NO hay que hacer: no regañe, amenace, critique o acose a su pareja, no ruegue ni se pelee, pero tampoco evite el tema.
Ahora si podemos empezar a solucionar el problema:
- Lo más importante es aceptar que estas diferencias en la cantidad de deseo sexual entre los miembros de la pareja existen y que son normales. Solo así podrán hablar calmadamente y negociar como lidiar con ellas de tal manera que los dos estén más felices.
- Identificar la causa: Y más importante aún buscarle solución. Se darán cuenta que dándole solución al problema de raíz, el sexo (del bueno) fluirá naturalmente.
- Enfocarse en lo que Ud. puede hacer por solucionar el problema en vez de en lo que su pareja “debería” hacer: cuando de solucionar cualquier problema que aqueje la relación se trata, lo más fácil (y lo que nos sale natural) es juzgar al otro por no hacer lo que “debería”, cuando lo que se necesita es sumar las voluntades de cada uno de los miembros de la pareja para solucionar el problema. Si cada uno se pregunta que está dispuesto a aportar de manera positiva y que puede hacer para ayudar a solucionar el problema, es más fácil encontrar un lugar donde ambos estén más felices.
- Recuerde que el propósito de tener sexo dentro de una relación es el conectarse, limar asperezas, mantener la relación saludable, renovar el compromiso y la motivación dentro de la relación, y divertirse. En este sentido, si el sexo se vuelve un tema que causa fricción, sufrimiento y frustración, es mejor no buscarlo hasta encontrar una mejor forma de tenerlo. En este caso, hable primero y actúe después.
- Abra su mente: El sexo no es solo penetración. El sexo tiene que ver con el afecto, las caricias, el sentirnos amados, deseados. Intente nuevas maneras de constato sexual, evitando estar sujetos a una sola opción o idea de lo que constituye o no buen sexo. Así, tendrá más repuestas que SI o NO.
Psicologa Ana Salgado Tello