Hola, queridas amigas!
Intentaré ser breve porque no quiero estropear la fiesta a nadie... Agosto es un mes precioso y debemos vivirlo con optimismo porque es la cumbre del verano.
Esta semana he estado ausente por dos razones: la primera, las fiestas del pueblo, andamos de arriba para abajo viendo las corridas, los espectáculos y los cuetes. Hasta aquí todo normal.
Pero ayer por la madrugada nos pasó algo muy feo en la casa. El hijo de mi marido tuvo un brote psicótico y se quería escapar de la casa porque estaba convencido, en su paranoia esquizoide, de que mi marido y yo lo queremos envenenar para quitarle un premio de lotería (¡que ni siquiera se ha celebrado! ¿cómo sabe que ha ganado?). Como traté de impedirle que se fuera, se me echó encima y me pegó. Me tiró al suelo y me dio de patadas, pero mi gachu le dio con un paraguas y lo aplacó. Llamé a la policía y llegaron con la ambulancia, fuimos al hospital donde gracias a Dios me confirmaron que no tengo más que unos moretones y el susto; aunque mi hijastro se quedará internado por lo menos 3 semanas hasta que se estabilice mentalmente.
Llevo 4 años viviendo con mi marido, todo muy bien. Su hijo vive a temporadas con nosotros y nunca había sido agresivo, más bien al contrario, muy callado y respetuoso. Este muchacho tomó drogas psicotrópicas en la adolescencia y desarrolló problemas mentales por lo que toma psicofármacos. No sabíamos por qué le dio el delirio, sino que el chico le contó al psuiquiatra que su mamá le había dicho que dejara de tomar las pastillas pues le estábamos dando muchas... Obviamente, mi marido y yo nos enojamos muchísimo porque ella no tiene vela en este entierro: no lo cuida, que se calle el hocico y no trate de controlar su medicación, ella no es psiquiatra como para decidir cuándo va a dejar su hijo de tomar pastillas.
En fin, que ahora estoy en mi casita, con una incapacidad (jajaja... vacaciones extras ¡hay que ser positivo!), mi marido en el hospital visitando al hijo, y el chico internado por lo menos las próximas 3 semanas. Lo malo es que, además del susto y lo adolorida que estoy, le tengo mucho coraje a la ex-mujer de mi marido: no se da cuenta de que con su estupidez y su egoísmo pudo causar una tragedia. Además ando medio zombie porque me dieron tranquilizantes.
Un saludo, amigas, y siento mucho andar con estas tragedias, no suelo contar nunca lo malo que me pasa, pero aquí no tengo nadie con quien hablar y sé que contar con ustedes me reconforta mucho.
Intentaré ser breve porque no quiero estropear la fiesta a nadie... Agosto es un mes precioso y debemos vivirlo con optimismo porque es la cumbre del verano.
Esta semana he estado ausente por dos razones: la primera, las fiestas del pueblo, andamos de arriba para abajo viendo las corridas, los espectáculos y los cuetes. Hasta aquí todo normal.
Pero ayer por la madrugada nos pasó algo muy feo en la casa. El hijo de mi marido tuvo un brote psicótico y se quería escapar de la casa porque estaba convencido, en su paranoia esquizoide, de que mi marido y yo lo queremos envenenar para quitarle un premio de lotería (¡que ni siquiera se ha celebrado! ¿cómo sabe que ha ganado?). Como traté de impedirle que se fuera, se me echó encima y me pegó. Me tiró al suelo y me dio de patadas, pero mi gachu le dio con un paraguas y lo aplacó. Llamé a la policía y llegaron con la ambulancia, fuimos al hospital donde gracias a Dios me confirmaron que no tengo más que unos moretones y el susto; aunque mi hijastro se quedará internado por lo menos 3 semanas hasta que se estabilice mentalmente.
Llevo 4 años viviendo con mi marido, todo muy bien. Su hijo vive a temporadas con nosotros y nunca había sido agresivo, más bien al contrario, muy callado y respetuoso. Este muchacho tomó drogas psicotrópicas en la adolescencia y desarrolló problemas mentales por lo que toma psicofármacos. No sabíamos por qué le dio el delirio, sino que el chico le contó al psuiquiatra que su mamá le había dicho que dejara de tomar las pastillas pues le estábamos dando muchas... Obviamente, mi marido y yo nos enojamos muchísimo porque ella no tiene vela en este entierro: no lo cuida, que se calle el hocico y no trate de controlar su medicación, ella no es psiquiatra como para decidir cuándo va a dejar su hijo de tomar pastillas.
En fin, que ahora estoy en mi casita, con una incapacidad (jajaja... vacaciones extras ¡hay que ser positivo!), mi marido en el hospital visitando al hijo, y el chico internado por lo menos las próximas 3 semanas. Lo malo es que, además del susto y lo adolorida que estoy, le tengo mucho coraje a la ex-mujer de mi marido: no se da cuenta de que con su estupidez y su egoísmo pudo causar una tragedia. Además ando medio zombie porque me dieron tranquilizantes.
Un saludo, amigas, y siento mucho andar con estas tragedias, no suelo contar nunca lo malo que me pasa, pero aquí no tengo nadie con quien hablar y sé que contar con ustedes me reconforta mucho.