¿Puedes controlar cada evento que hay alrededor tuyo? No estoy hablando de un juego de video donde el resultado es predecible. Me refiero a la vida misma. ¿Puedes controlar tu cuerpo de una enfermedad, a tu vecino, al conductor, el empleo, el negocio? ¿Incluso las palabras que salen de tu boca o los mismos sentimientos?
No. En un laboratorio con una “x” cantidad de variables predeterminadas, sí. Pero no en el laboratorio de la vida.
Cierto que tenemos una necesidad sicológica de controlar nuestro cuerpo, acciones, vida y ambiente económico. Pero, la vida diaria nos muestra que siempre hay un elemento sorpresa, algo que no previmos y nos cambia el plan.
Queríamos el puesto y no los negaron. Queríamos lograr un negocio y se cayó. Que los hijos estén bien y se enferman. Por más que tengamos un plan, sale la diosa fortuna y juega con nosotros.
Y como no hay pleno control, puede que nos produzca resignación o pesimismo.
A pesar que no puedas controlar las acciones de la vida, puedes controlar la actitud y la preparación que se tenga antes las oportunidades futuras.
Este mensaje fue el que quiso dejar el Presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke a la clase graduanda del 2009 de la Escuela de Leyes de Boston College el pasado 22 de mayo.*
No se enfocó en técnicas monetarias o la situación económica. Se enfocó en lo inherentemente impredecible de nuestras vidas individuales y cómo la flexibilidad y el optimismo son formas claves de lidiar con esta realidad.
“Tendrás un control limitado sobre los retos y oportunidades que enfrentarás o la buena fortuna o eventos que experimentarás. Sin embargo, tendrás más control sobre cuan bien preparado y disponible estás, personalmente y profesionalmente, en hacer lo máximo de las oportunidades que la vida te provee.”
Lo dice un hombre que ha tenido que enfrentar la mayor crisis económica desde la gran depresión.
“En cada momento que veas ante algo difícil, pero que vale la pena; o que te enfrentes a una situación que rete los preconceptos de tus propios límites, incrementas tu capacidad de hacer lo máximo de esa oportunidad no esperada y que inevitablemente te serán presentadas.”
Él mismo que se ha dedicado la mayor parte de su vida a estudiar e investigar la historia económica y financiera con énfasis en la gran depresión, reconoce que a pesar de los modelos y preceptos que estudió, ha enfrentado una situación económica que lo obligó a salirse del molde si quería parar el derrame económico. Hay un consenso que la situación hubiese sido peor si no fuera por las acciones tomadas por la Reserva Federal bajo su liderazgo.
“No puedes saber hoy qué problemas o retos enfrentarás en el curso de tu vida profesional. Por tanto, espero, que mientras sigas adquiriendo mayor conocimiento en un área y algunas veces específicos aspectos de la ley, continuarás manteniendo una amplia perspectiva y entusiasmo de expandir las fronteras de tu conocimiento y experiencias.”
Es un mensaje que vale la pena escuchar y reflexionar. En estos tiempos económicos que muchos se llenan de resignación o pesimismo, que salgan de su zona de conformidad en busca de opciones. Que nuestra mente tiene que estar flexible y lista para las oportunidades que se pueden estar presentando incluso en estos tiempos.
El mismo Bernanke explicó que un pesimismo similar existió a finales de la década de los setenta cuando él apenas se graduaba. Era una época de altos precios y una inflación de dos dígitos. La crisis en el medio oriente y un mundo inestable. Pero, subsecuentemente la economía norteamericana entró en un periodo de crecimiento y prosperidad que duró más de dos décadas.
Aunque siguen existiendo retos económicos como el bajo nivel de ahorro dentro de Estados Unidos y crear una fuerza laboral más competitiva, no debemos permitir cerrarnos en el túnel sin salida del pesimismo o la resignación porque no podemos lograr a veces lo que queremos o no vemos soluciones a los problemas.
A veces hay que salirse de la zona de conformismo y explorar oportunidades. Es como dijo el científico Louis Pasteur: la oportunidad favorece al preparado.
Al final tú decides.