Un estudio pequeño sugiere que beber un par de tazas de café antes de realizar ejercicio fuerte reduciría la probabilidad de sufrir dolor muscular al día siguiente.
Los autores hallaron que los hombres jóvenes que hicieron una sesión intensa de ejercicio en una bicicleta fija sintieron menos dolor muscular con una dosis previa de cafeína.
Es más, los beneficios se observaron tanto en los consumidores habituales de cafeína como en los que no la ingerían comúnmente, publicó International Journal of Sports Nutrition and Exercise Metabolism.
Los resultados se suman a los de investigaciones previas que habían demostrado que la cafeína previene ese dolor muscular tan frecuente que aparece durante y después de una rutina de ejercicio intensa o nueva.
En teoría, la cafeína reduciría el dolor muscular al inhibir la actividad de una sustancia química llamada adenosina. Su liberación es una respuesta inflamatoria a las lesiones y puede activar a los receptores del dolor en las células del organismo.
Estos últimos resultados sugieren que la cafeína podría ser una forma segura de que las personas que hacen ejercicio controlen el dolor muscular, comentó a Reuters Health el investigador principal del estudio, Robert W. Motl, profesor de kinesiología y salud comunitaria de la University of Illinois.
El trabajo incluyó a 25 varones universitarios aptos físicamente; la mitad consumía normalmente poca o nada de cafeína. El resto ingería por lo menos 400 miligramos de cafeína por día, lo que equivale a tres o cuatro tazas de café.
El equipo dirigido por Motl pidió a los participantes que pedalearan en una bicicleta fija durante dos sesiones de alta intensidad de 30 minutos cada una.
En una sesión, los hombres habían recibido una dosis de cafeína equivalente a dos o tres tazas de café una hora antes del ejercicio; en la segunda, se les había dado una píldora de placebo.
En general, los participantes sintieron menos dolor en el músculo del muslo con la cafeína que con el placebo. Ya que no hubo diferencia entre los consumidores habituales de cafeína y los no consumidores, las personas no desarrollarían tolerancia a los efectos analgésicos de la cafeína.
Según Motl, quienes hacen ejercicio deben tener en cuenta el consumo de una pequeña dosis de cafeína antes de hacer ejercicio exigente o de comenzar con una nueva rutina de ejercicio, o si van a hacer algún ejercicio que antes les haya causado dolor muscular.
Los autores hallaron que los hombres jóvenes que hicieron una sesión intensa de ejercicio en una bicicleta fija sintieron menos dolor muscular con una dosis previa de cafeína.
Es más, los beneficios se observaron tanto en los consumidores habituales de cafeína como en los que no la ingerían comúnmente, publicó International Journal of Sports Nutrition and Exercise Metabolism.
Los resultados se suman a los de investigaciones previas que habían demostrado que la cafeína previene ese dolor muscular tan frecuente que aparece durante y después de una rutina de ejercicio intensa o nueva.
En teoría, la cafeína reduciría el dolor muscular al inhibir la actividad de una sustancia química llamada adenosina. Su liberación es una respuesta inflamatoria a las lesiones y puede activar a los receptores del dolor en las células del organismo.
Estos últimos resultados sugieren que la cafeína podría ser una forma segura de que las personas que hacen ejercicio controlen el dolor muscular, comentó a Reuters Health el investigador principal del estudio, Robert W. Motl, profesor de kinesiología y salud comunitaria de la University of Illinois.
El trabajo incluyó a 25 varones universitarios aptos físicamente; la mitad consumía normalmente poca o nada de cafeína. El resto ingería por lo menos 400 miligramos de cafeína por día, lo que equivale a tres o cuatro tazas de café.
El equipo dirigido por Motl pidió a los participantes que pedalearan en una bicicleta fija durante dos sesiones de alta intensidad de 30 minutos cada una.
En una sesión, los hombres habían recibido una dosis de cafeína equivalente a dos o tres tazas de café una hora antes del ejercicio; en la segunda, se les había dado una píldora de placebo.
En general, los participantes sintieron menos dolor en el músculo del muslo con la cafeína que con el placebo. Ya que no hubo diferencia entre los consumidores habituales de cafeína y los no consumidores, las personas no desarrollarían tolerancia a los efectos analgésicos de la cafeína.
Según Motl, quienes hacen ejercicio deben tener en cuenta el consumo de una pequeña dosis de cafeína antes de hacer ejercicio exigente o de comenzar con una nueva rutina de ejercicio, o si van a hacer algún ejercicio que antes les haya causado dolor muscular.