Los saludo a todos, y agradezco haber encontrado este lugar, que estoy segura me será de ayuda. Mi nombre real no es Nami, pero lo soy en lugares ciberneticos, justo como este, porque es el sitio donde soy lo que quiero ser sin imposición, sin chantajes, sin ser presa de los comentarios y las burlas.
No sé muy bien por donde iniciar, porque es practicamente toda mi vida que me he sentido de esta forma; recuerdo que durante mi niñez y adolescencia mi pensamiento constante era la separación de mis padres, y no, ellos jamás se separaron a pesar de que yo lo desee con tanta fuerza y es que aun recuerdo las miles de peleas que siempre tuvieron y los golpes que él terminaba propiciandole...
Tampoco dejaron de existir como siempre lo pedí, pero yo si, mi juego favorito era hacerme invisible ante los demás: no hablar, no hacer ningun tipo de ruido al tener a alguien cerca, a no opinar aunque tuviera ideas, solo ser espectador de la vida, y fue así por mucho tiempo.
Mi padre, un hombre sumamente sabio en las ciencias, conoció a mi madre a la mitad de su preparación universitaria, supongo que algo les atrajo el uno del otro, tuvieron un corto noviazgo y por un embarazo no planeado tuvieron que contraer matrimonio. Los planes de mi padre se esfumaron entonces, de pasar a ser el brillante genio de la universidad, tuvo que conseguir un empleo de medio tiempo, que poco después le obligo a dejar a la mitad sus estudios; las necesidades fueron muchas, el amor no alimentaba, ni ponía un techo sobre nuestras cabezas, no cubria del frió...
Llegué a la conclusión de que ese amor se transformó en resentimiento, de él para ella, y ella, mi madre, solo me queda pensar que siempre espero que él volviera a ser el mismo, que en el fondo aun la quería, que si era paciente tal vez volvería a ser como en un inició, con el paso del tiempo perdió esa ingenuidad, pero el miedo a dejarlo sustituyó ese amor que creía tener hasta entonces, temor al "que dirán", a que él la encontrará y fuera todo peor entonces, miedo a no encontrar una solvencia económica (pues mejoró todo con el tiempo, al menos solo a lo que dinero respecta), ahora espera pacientemente a que la vida le cobre la cuenta a mi padre y ella pueda recuperar su libertad, al fin, entonces.
Ese fue mi drama menos favorito, pero al que me vi obligada a participar, no hubo fiestas de cumpleaños, ni graduaciones, ni vacaciones, ningun logró se celebraba en aquello que soliamos llamar "hogar". Llego entonces la adolescencia, una de las épocas menos favoritas para mi, recuerdo lo confundida que me sentía todo el tiempo, incómoda por los cambios físicos y mentales, no hubo con quien hablar sobre ello, parecia ser yo contra el mundo enteró, y eso me generaba rabia y una profunda tristeza, que no me atrevía a confezar. Pero a pesar de ello, tenia sueños, deseos que esperaba algun día concretar, yo soñaba y lo hacía muy alto hasta que me toco aterrizar de golpe en la realidad.
Y es que, si él no habia podido cumplir sus sueños yo tampoco tenia el derecho, la unica oportunidad que me dio fue terminar lo que él habia iniciado, ser lo que él no pudo, era eso o marcharme de casa sin nada, porque a esa edad no tenia experiencia alguna en la vida, hasta entonces los golpes solo habían sido para mi madre, pero esa forma tan sutil de convencer termino haciendolo conmigo también.
Fueron los años más duros de mi vida, aunque creí encontrar la forma perfecta de vengarme, conocí entonces a una joven de caracter irreverente, siempre encontra de lo injusto, sin temor a decir lo que pensaba, su inteligencia solia molestar a los mayores, la forma justa en la que resolvia cualquier conflicto desesperaba a los maestros y compañeros que se regian por lo que a la sociedad parece correcto, elitistas, corruptos; esas virtudes de guerrera me enamoraron, me hicieron idolatrarla aunque suene exagerado. Pero ella sabía que era una gran lucha cambiar el mundo, se refugiaba entonces en la bebida, en cualquier sustancia que le hicieran ausentarse de la realidad, estuvimos juntas por medio año, su mundo fue el mío y de alguna forma me ayudo a olvidar que todo lo demás era un infierno. Un dia sin más desapareció, y nuevamente todo regreso de golpe, mis padres, ese futuro en el que yo no me veía y esa realidad en la que yo no encajaba, un día se repetía cada día, toda la vida, no encontraba diferencia entre el dia y la noche, deje de dormir, no habia sabores, deje de comer, no encontraba razones para salir de casa y deje de ir a la universidad, me costaba trabajo salir de la cama, hacer cualquier actividad, y pronto no encontré la diferencia entre respirar y no hacerlo. Desde entonces comencé con la medicación, y mi forma para "llamar la atención", como lo dijo mi padre termino.
Regrese a la universidad, termine los estudios, realice servicio social, ahí mismo me contrataron, parecia que todo estaba resuelto, un departamento para solteros, un modesto salario, siempre sola. Veo muy poco a mis padres, las pocas veces que voy a su casa mi padre no deja de burlarse, "lo ves, ahora eres una profesionista, con empleo y casa, no una... ¿qué querías ser?, ¿ama de casa, costurera, sirvienta, qué era lo que querías estudiar?", se burla de lo poco que he logrado y comenta que de haber sido él su nombre rezonaría por todo el mundo. Ahora él esta enfermo, tiene un problema en el corazón y lo poco que he entendido es que ha tenido micro infartos.
A sido largo, lo sé, me ha costado mucho escribir esto, nunca lo he comentado porque no hay con quien hacerlo, jamás tuve amigos, me siento incómoda entre la gente, así que.... Parece que lo que esperaba mi madre para ser libre se acerca y yo no estoy segura de que sentir, o tal vez solo me cuesta reconocer que a las personas que más debo amar son las mismas a las que más odio.
Lo cierto es que hace años que sigo sintiendome de la misma forma, como si viviera el mismo dia una y otra vez, no se si es por el medicamento para la depresión (que jamás pude dejar de tomar), que continuo saliendo por esa puerta, lo que me da las fuerzas para despertar, hace mucho que no sueño y la última ilusión que tuve de este tipo la olvide, tengo treinta y cuatro años y siento que he vivido toda una eternidad, no siento temor, ni tristeza, ni alegría, ni un solo sentimiento, es como si hubiera un agujero negro que me traga desde dentro todos los dias. No sé, a veces ya no tengo ni idea del porque sigo aqui.
Lamento si incomode a alguien con mis palabras, estoy segura que me ha servido al menos como desahogo, gracias por adelantado por leer y por las palabras de aliento que sé, me han de dar. Saludos nuevamete.
No sé muy bien por donde iniciar, porque es practicamente toda mi vida que me he sentido de esta forma; recuerdo que durante mi niñez y adolescencia mi pensamiento constante era la separación de mis padres, y no, ellos jamás se separaron a pesar de que yo lo desee con tanta fuerza y es que aun recuerdo las miles de peleas que siempre tuvieron y los golpes que él terminaba propiciandole...
Tampoco dejaron de existir como siempre lo pedí, pero yo si, mi juego favorito era hacerme invisible ante los demás: no hablar, no hacer ningun tipo de ruido al tener a alguien cerca, a no opinar aunque tuviera ideas, solo ser espectador de la vida, y fue así por mucho tiempo.
Mi padre, un hombre sumamente sabio en las ciencias, conoció a mi madre a la mitad de su preparación universitaria, supongo que algo les atrajo el uno del otro, tuvieron un corto noviazgo y por un embarazo no planeado tuvieron que contraer matrimonio. Los planes de mi padre se esfumaron entonces, de pasar a ser el brillante genio de la universidad, tuvo que conseguir un empleo de medio tiempo, que poco después le obligo a dejar a la mitad sus estudios; las necesidades fueron muchas, el amor no alimentaba, ni ponía un techo sobre nuestras cabezas, no cubria del frió...
Llegué a la conclusión de que ese amor se transformó en resentimiento, de él para ella, y ella, mi madre, solo me queda pensar que siempre espero que él volviera a ser el mismo, que en el fondo aun la quería, que si era paciente tal vez volvería a ser como en un inició, con el paso del tiempo perdió esa ingenuidad, pero el miedo a dejarlo sustituyó ese amor que creía tener hasta entonces, temor al "que dirán", a que él la encontrará y fuera todo peor entonces, miedo a no encontrar una solvencia económica (pues mejoró todo con el tiempo, al menos solo a lo que dinero respecta), ahora espera pacientemente a que la vida le cobre la cuenta a mi padre y ella pueda recuperar su libertad, al fin, entonces.
Ese fue mi drama menos favorito, pero al que me vi obligada a participar, no hubo fiestas de cumpleaños, ni graduaciones, ni vacaciones, ningun logró se celebraba en aquello que soliamos llamar "hogar". Llego entonces la adolescencia, una de las épocas menos favoritas para mi, recuerdo lo confundida que me sentía todo el tiempo, incómoda por los cambios físicos y mentales, no hubo con quien hablar sobre ello, parecia ser yo contra el mundo enteró, y eso me generaba rabia y una profunda tristeza, que no me atrevía a confezar. Pero a pesar de ello, tenia sueños, deseos que esperaba algun día concretar, yo soñaba y lo hacía muy alto hasta que me toco aterrizar de golpe en la realidad.
Y es que, si él no habia podido cumplir sus sueños yo tampoco tenia el derecho, la unica oportunidad que me dio fue terminar lo que él habia iniciado, ser lo que él no pudo, era eso o marcharme de casa sin nada, porque a esa edad no tenia experiencia alguna en la vida, hasta entonces los golpes solo habían sido para mi madre, pero esa forma tan sutil de convencer termino haciendolo conmigo también.
Fueron los años más duros de mi vida, aunque creí encontrar la forma perfecta de vengarme, conocí entonces a una joven de caracter irreverente, siempre encontra de lo injusto, sin temor a decir lo que pensaba, su inteligencia solia molestar a los mayores, la forma justa en la que resolvia cualquier conflicto desesperaba a los maestros y compañeros que se regian por lo que a la sociedad parece correcto, elitistas, corruptos; esas virtudes de guerrera me enamoraron, me hicieron idolatrarla aunque suene exagerado. Pero ella sabía que era una gran lucha cambiar el mundo, se refugiaba entonces en la bebida, en cualquier sustancia que le hicieran ausentarse de la realidad, estuvimos juntas por medio año, su mundo fue el mío y de alguna forma me ayudo a olvidar que todo lo demás era un infierno. Un dia sin más desapareció, y nuevamente todo regreso de golpe, mis padres, ese futuro en el que yo no me veía y esa realidad en la que yo no encajaba, un día se repetía cada día, toda la vida, no encontraba diferencia entre el dia y la noche, deje de dormir, no habia sabores, deje de comer, no encontraba razones para salir de casa y deje de ir a la universidad, me costaba trabajo salir de la cama, hacer cualquier actividad, y pronto no encontré la diferencia entre respirar y no hacerlo. Desde entonces comencé con la medicación, y mi forma para "llamar la atención", como lo dijo mi padre termino.
Regrese a la universidad, termine los estudios, realice servicio social, ahí mismo me contrataron, parecia que todo estaba resuelto, un departamento para solteros, un modesto salario, siempre sola. Veo muy poco a mis padres, las pocas veces que voy a su casa mi padre no deja de burlarse, "lo ves, ahora eres una profesionista, con empleo y casa, no una... ¿qué querías ser?, ¿ama de casa, costurera, sirvienta, qué era lo que querías estudiar?", se burla de lo poco que he logrado y comenta que de haber sido él su nombre rezonaría por todo el mundo. Ahora él esta enfermo, tiene un problema en el corazón y lo poco que he entendido es que ha tenido micro infartos.
A sido largo, lo sé, me ha costado mucho escribir esto, nunca lo he comentado porque no hay con quien hacerlo, jamás tuve amigos, me siento incómoda entre la gente, así que.... Parece que lo que esperaba mi madre para ser libre se acerca y yo no estoy segura de que sentir, o tal vez solo me cuesta reconocer que a las personas que más debo amar son las mismas a las que más odio.
Lo cierto es que hace años que sigo sintiendome de la misma forma, como si viviera el mismo dia una y otra vez, no se si es por el medicamento para la depresión (que jamás pude dejar de tomar), que continuo saliendo por esa puerta, lo que me da las fuerzas para despertar, hace mucho que no sueño y la última ilusión que tuve de este tipo la olvide, tengo treinta y cuatro años y siento que he vivido toda una eternidad, no siento temor, ni tristeza, ni alegría, ni un solo sentimiento, es como si hubiera un agujero negro que me traga desde dentro todos los dias. No sé, a veces ya no tengo ni idea del porque sigo aqui.
Lamento si incomode a alguien con mis palabras, estoy segura que me ha servido al menos como desahogo, gracias por adelantado por leer y por las palabras de aliento que sé, me han de dar. Saludos nuevamete.