Las mujeres, y cada vez más los hombres, suelen dar un significado exacerbado al cuerpo.
Para muchas personas, la mayor parte de nuestra autoestima está basada en los kilos de más o de menos que tengamos, en que podamos volver a vestir esos pantalones que unos meses atrás nos cerraban, en mirar en la TV esas modelos flaquísimas y suspirar, en hacer cuanta dieta caiga en nuestras manos, porque parecería que ser flaco es sinónimo de felicidad.
Muchos de los valores que nos rodean a diario están distorsionados, y considero que el del cuerpo es uno de ellos. El mayor atractivo de las personas radica en su personalidad y en su actitud, no en el tamaño de su cintura o en la celulitis o en las llantitas que tenga o deje de tener. Así es como se ven cada vez más desórdenes alimenticios… creo que si valoráramos las cosas que son realmente importantes, muchos de estos desórdenes desaparecerían.
Claro que una mujer con bellas formas es muy atractiva, pero una no tan agraciada (como yo comprenderé), chispeante y con sentido del humor, tiene igual o más éxito entre los hombres. Ellos confiesan que las flacas desabridas no les gustan más que para pasar el rato, y siguen eligiendo para quedarse, en el largo plazo, a las mujeres que los hacen felices, tengan o no unos kilitos de más.
Mi propuesta es que, desde hoy, pienses en tu cuerpo como en tu aliado. De hecho, no está en contra de ti: es quien te ayuda a realizar tus actividades diarias, a ir a trabajar, a ocuparte de ti y de tu familia.
Es quien facilita tu comunicación con otros, “te lleva y te trae”, te permite demostrar tus sentimientos, el amor, la amistad, además de jugar con tus hijos y relacionarte con las personas que quieres.
Entonces, a partir de hoy, sigue eligiendo comidas sanas para alimentarte bien, y además ¡mímate y cómete ese postre que estuviste evitando “porque engorda”! Haz ejercicio físico, el que más te agrade, aunque sólo sea salir a caminar y respirar aire puro, en contacto con la naturaleza.
Vístete como más te guste, sin preocuparte tanto por qué pensarán los otros (aunque “digan” que la altura o las caderas no sean las “ideales” para ese atuendo...( verdad Sil ? ), o que ese color no es para quienes “tienen kilos extra”) … ¡los demás siempre opinan! Tienen derecho a hacerlo, y tú tienes la opción de hacer oídos sordos a lo que digan… Anímate a ser quien eres… ¡tu cuerpo es tu aliado!
Con cariño
Mel.
Para muchas personas, la mayor parte de nuestra autoestima está basada en los kilos de más o de menos que tengamos, en que podamos volver a vestir esos pantalones que unos meses atrás nos cerraban, en mirar en la TV esas modelos flaquísimas y suspirar, en hacer cuanta dieta caiga en nuestras manos, porque parecería que ser flaco es sinónimo de felicidad.
Muchos de los valores que nos rodean a diario están distorsionados, y considero que el del cuerpo es uno de ellos. El mayor atractivo de las personas radica en su personalidad y en su actitud, no en el tamaño de su cintura o en la celulitis o en las llantitas que tenga o deje de tener. Así es como se ven cada vez más desórdenes alimenticios… creo que si valoráramos las cosas que son realmente importantes, muchos de estos desórdenes desaparecerían.
Claro que una mujer con bellas formas es muy atractiva, pero una no tan agraciada (como yo comprenderé), chispeante y con sentido del humor, tiene igual o más éxito entre los hombres. Ellos confiesan que las flacas desabridas no les gustan más que para pasar el rato, y siguen eligiendo para quedarse, en el largo plazo, a las mujeres que los hacen felices, tengan o no unos kilitos de más.
Mi propuesta es que, desde hoy, pienses en tu cuerpo como en tu aliado. De hecho, no está en contra de ti: es quien te ayuda a realizar tus actividades diarias, a ir a trabajar, a ocuparte de ti y de tu familia.
Es quien facilita tu comunicación con otros, “te lleva y te trae”, te permite demostrar tus sentimientos, el amor, la amistad, además de jugar con tus hijos y relacionarte con las personas que quieres.
Entonces, a partir de hoy, sigue eligiendo comidas sanas para alimentarte bien, y además ¡mímate y cómete ese postre que estuviste evitando “porque engorda”! Haz ejercicio físico, el que más te agrade, aunque sólo sea salir a caminar y respirar aire puro, en contacto con la naturaleza.
Vístete como más te guste, sin preocuparte tanto por qué pensarán los otros (aunque “digan” que la altura o las caderas no sean las “ideales” para ese atuendo...( verdad Sil ? ), o que ese color no es para quienes “tienen kilos extra”) … ¡los demás siempre opinan! Tienen derecho a hacerlo, y tú tienes la opción de hacer oídos sordos a lo que digan… Anímate a ser quien eres… ¡tu cuerpo es tu aliado!
Con cariño
Mel.