Amigas:
Saben? creo que tanto la felicidad como la infelicidad se heredan. Hasta donde recuerdo mi papá rara vez sonríe, rara vez está contento, casi todo le molesta nada le parece, para él todo es tonto y absurdo. Cuando éramos niñas mis hermanas y yo mi papá era muy explosivo, muy grosero casi nunca era cariñoso con nosotras y siempre prefería estar en su trabajo que asistir a un festival de la escuela y mi mamy pobrecita tenía tanto trabajo en la casa que no le daba tiempo de ir, así que íbamos solitas mientras todos con sus papás.
Mi mamá me dijo la otra vez que mi abuela (la mamá de mi papá) tuvo una vida muy dura y que siempre decía "qué tiene de bonito la vida?" y creo que todo eso se lo transmitió a mi papá, así que él creció con miedos, con dudas, siempre asustado, siempre preocupado y yo de niña siempre lo percibí así cuando en realidad la imagen paterna te debería proyectar seguridad y confianza y por lo mismo crecí como una niña asustada, preocupada, nerviosa e insegura... no saben la magnitud del daño que eso puede ocasionar y lo mucho que yo he sufrido por eso.
Hoy en día mi padre tiene 70 años y empieza ya a tener serios problemas de memoria, él es pensionado y todo el día se la pasa encerrado en la casa, no le gusta hablar con nadie creo que ni siquiera con nosotros que somos su familia. Yo creí que el estar en casa ya sin el ajetreo del trabajo le haría bien pero fue todo lo contrario, cada día está peor al grado de que ya no se puede hablar con él sin que se ponga histérico y nos empiece a gritar por todo, incluso ya a dos de mis hermanas les quiso pegar.
Hace poco yo me enfermé y estuve varios días en casa... la verdad ya empezaba a sentirme asfixiada por mi papá. En un momento en que el dolor físico no me dejaba en paz comencé a sollozar de la desesperación, luego empezó a brotar un llanto más fluido y luego lanzé un grito como nunca en mi vida!! yo misma me sorprendí de escucharlo! pero saben qué? ese grito no fue solo de dolor físico sino de dolor emocional, en verdad llegó un momento en que quise contenerlo pero ya no podía! era mi interior el que gritaba todos esos años en que me hizo falta el abrazo de mi padre en momentos difíciles, una palabra de aliento, de cariño... era mi impotencia de ver a mi padre que cada vez va perdiendo la memoria, sentí miedo de saber que un día él se irá, me sentí como cuando era niña y estaba asustada y me hacía falta esa imagen paterna que te da seguridad y que yo nunca tuve.
Ese grito desesperado fue de frustración por muchas cosas que de niña viví y de adulta también... waw... nunca en mi vida había gritado de esa manera. En cuanto mi papá me escuchó empezó a correr por toda la casa como buscando a alguien y como un niño asustado decía: "mi mamá, dónde está mi mamá?"... Fue cuando comprendí que jamás tendré ese abrazo, ni esa palabra de cariño, ni nada de eso que tanta falta me hizo porque mi padre cada vez está más lejos... más y más.
Mi hermana me dijo "ya no grites más porque asustas a mi papá" y fue cuando me quedé en silencio... les pedí perdón a todos en casa por haber gritado de esa manera pero saben qué? ese grito fue liberador... mi alma en verdad lo necesitaba. Ese grito era un cúmulo de cosas retenidas en mi corazón, yo soy una persona que se aguanta mucho las cosas y no las dice y eso me ha hecho daño.
Es un proceso difícil saben? es duro esto que estamos viviendo como familia porque a veces ya no sabemos cómo tratar a mi padre, a veces yo misma estoy agobiada por mis propios problemas y quisiera a veces que él me diera un consejo pero... me queda claro que soy yo la que debe cuidarlo a él. Mi papá siempre ha estado ausente en mi vida y ahora más que nunca lo va a estar. Mi papá sigue siendo ese niño asustado que siempre fue, nunca lo pudo superar y ahora menos con sus problemas de salud...
No sé si seré capaz de enfrentar el reto de cuidar de él, le pido a Dios que me de la fortaleza para enfrentar lo que se viene.
Saben? creo que tanto la felicidad como la infelicidad se heredan. Hasta donde recuerdo mi papá rara vez sonríe, rara vez está contento, casi todo le molesta nada le parece, para él todo es tonto y absurdo. Cuando éramos niñas mis hermanas y yo mi papá era muy explosivo, muy grosero casi nunca era cariñoso con nosotras y siempre prefería estar en su trabajo que asistir a un festival de la escuela y mi mamy pobrecita tenía tanto trabajo en la casa que no le daba tiempo de ir, así que íbamos solitas mientras todos con sus papás.
Mi mamá me dijo la otra vez que mi abuela (la mamá de mi papá) tuvo una vida muy dura y que siempre decía "qué tiene de bonito la vida?" y creo que todo eso se lo transmitió a mi papá, así que él creció con miedos, con dudas, siempre asustado, siempre preocupado y yo de niña siempre lo percibí así cuando en realidad la imagen paterna te debería proyectar seguridad y confianza y por lo mismo crecí como una niña asustada, preocupada, nerviosa e insegura... no saben la magnitud del daño que eso puede ocasionar y lo mucho que yo he sufrido por eso.
Hoy en día mi padre tiene 70 años y empieza ya a tener serios problemas de memoria, él es pensionado y todo el día se la pasa encerrado en la casa, no le gusta hablar con nadie creo que ni siquiera con nosotros que somos su familia. Yo creí que el estar en casa ya sin el ajetreo del trabajo le haría bien pero fue todo lo contrario, cada día está peor al grado de que ya no se puede hablar con él sin que se ponga histérico y nos empiece a gritar por todo, incluso ya a dos de mis hermanas les quiso pegar.
Hace poco yo me enfermé y estuve varios días en casa... la verdad ya empezaba a sentirme asfixiada por mi papá. En un momento en que el dolor físico no me dejaba en paz comencé a sollozar de la desesperación, luego empezó a brotar un llanto más fluido y luego lanzé un grito como nunca en mi vida!! yo misma me sorprendí de escucharlo! pero saben qué? ese grito no fue solo de dolor físico sino de dolor emocional, en verdad llegó un momento en que quise contenerlo pero ya no podía! era mi interior el que gritaba todos esos años en que me hizo falta el abrazo de mi padre en momentos difíciles, una palabra de aliento, de cariño... era mi impotencia de ver a mi padre que cada vez va perdiendo la memoria, sentí miedo de saber que un día él se irá, me sentí como cuando era niña y estaba asustada y me hacía falta esa imagen paterna que te da seguridad y que yo nunca tuve.
Ese grito desesperado fue de frustración por muchas cosas que de niña viví y de adulta también... waw... nunca en mi vida había gritado de esa manera. En cuanto mi papá me escuchó empezó a correr por toda la casa como buscando a alguien y como un niño asustado decía: "mi mamá, dónde está mi mamá?"... Fue cuando comprendí que jamás tendré ese abrazo, ni esa palabra de cariño, ni nada de eso que tanta falta me hizo porque mi padre cada vez está más lejos... más y más.
Mi hermana me dijo "ya no grites más porque asustas a mi papá" y fue cuando me quedé en silencio... les pedí perdón a todos en casa por haber gritado de esa manera pero saben qué? ese grito fue liberador... mi alma en verdad lo necesitaba. Ese grito era un cúmulo de cosas retenidas en mi corazón, yo soy una persona que se aguanta mucho las cosas y no las dice y eso me ha hecho daño.
Es un proceso difícil saben? es duro esto que estamos viviendo como familia porque a veces ya no sabemos cómo tratar a mi padre, a veces yo misma estoy agobiada por mis propios problemas y quisiera a veces que él me diera un consejo pero... me queda claro que soy yo la que debe cuidarlo a él. Mi papá siempre ha estado ausente en mi vida y ahora más que nunca lo va a estar. Mi papá sigue siendo ese niño asustado que siempre fue, nunca lo pudo superar y ahora menos con sus problemas de salud...
No sé si seré capaz de enfrentar el reto de cuidar de él, le pido a Dios que me de la fortaleza para enfrentar lo que se viene.