Si le hicieras a tu esposo (o pareja) esta pregunta ¿Qué crees que respondería? Esta fue mi respuesta y, por lo menos, a mí me gustó.
Ante todo, me gustan los retos. No me malinterpretes, no quiero hacerte cambiar ni someterte. No, tú me haces pensar, planear, reconsiderar y no tienes problemas para decirme cuando estoy equivocado o cuando cometí un error (afortunadamente tampoco te pones a la defensiva si yo hago lo mismo). No me avergüenza decir que eres más inteligente que yo y en algunas cosas tienes más experiencia de la que tengo; me gusta aprender, que me pongan retos, crecer. Y tú haces eso.
Sé exactamente dónde estoy parado en este matrimonio. No me chantajeas, ni haces juegos mentales. Si te hago enojar, me dices exactamente lo que hice mal. Y si te hago feliz, tampoco tienes problemas con decírmelo, así que no tengo que perder tiempo o energía tratando de leer tu mente o suponer. Eres honesta conmigo. Lo más importante es que las líneas de comunicación y responsabilidad son de dos vías, en lugar de sólo una y ninguno de los dos tiene que hacer todo el trabajo al comunicarnos; nunca he dicho “¿Y ahora que hice para molestarla?” o “Nunca me dice lo que siente”, simplemente son preguntas que, contigo, no tienen ningún caso.
Además estar contigo es siempre muy divertido. Tienes un gran sentido del humor y me haces reír, a veces, histéricamente. ¿Qué sentido tiene casarse con alguien si no te vas a divertir con ella?
El sexo es genial. Sabes lo que te gusta y lo que no, y no me mientes.
¿Ya dije que no me chantajeas? Nunca me dirías “si realmente me amaras, sabrías porqué estoy molesta”, tu dirás “¡Estoy molesta porque tú me has hecho enojar!” Refrescante y honesto, como no tenemos tiempo que perder en chantajes, es fácil resolver los problemas y nuestra relación se hace más fuerte y mejora.
Me gusta estar casado con alguien que logra mantenerme interesado, es franca conmigo, pelea conmigo (en el buen sentido), me ama honestamente, se ríe conmigo (y a veces de mí) y con la que puedo hablar de manera inteligente. Si por alguna razón siento que me ignoras, me sorprendo a mí mismo haciendo lo que sea porque sepas que existo.
Las personas que no comprendieron (ni comprenden) mi decisión de entrar a este matrimonio, no tienen idea de lo interesante y reconfortante que es. Espero que no cambie y me esforzaré porque así sea.
Ante todo, me gustan los retos. No me malinterpretes, no quiero hacerte cambiar ni someterte. No, tú me haces pensar, planear, reconsiderar y no tienes problemas para decirme cuando estoy equivocado o cuando cometí un error (afortunadamente tampoco te pones a la defensiva si yo hago lo mismo). No me avergüenza decir que eres más inteligente que yo y en algunas cosas tienes más experiencia de la que tengo; me gusta aprender, que me pongan retos, crecer. Y tú haces eso.
Sé exactamente dónde estoy parado en este matrimonio. No me chantajeas, ni haces juegos mentales. Si te hago enojar, me dices exactamente lo que hice mal. Y si te hago feliz, tampoco tienes problemas con decírmelo, así que no tengo que perder tiempo o energía tratando de leer tu mente o suponer. Eres honesta conmigo. Lo más importante es que las líneas de comunicación y responsabilidad son de dos vías, en lugar de sólo una y ninguno de los dos tiene que hacer todo el trabajo al comunicarnos; nunca he dicho “¿Y ahora que hice para molestarla?” o “Nunca me dice lo que siente”, simplemente son preguntas que, contigo, no tienen ningún caso.
Además estar contigo es siempre muy divertido. Tienes un gran sentido del humor y me haces reír, a veces, histéricamente. ¿Qué sentido tiene casarse con alguien si no te vas a divertir con ella?
El sexo es genial. Sabes lo que te gusta y lo que no, y no me mientes.
¿Ya dije que no me chantajeas? Nunca me dirías “si realmente me amaras, sabrías porqué estoy molesta”, tu dirás “¡Estoy molesta porque tú me has hecho enojar!” Refrescante y honesto, como no tenemos tiempo que perder en chantajes, es fácil resolver los problemas y nuestra relación se hace más fuerte y mejora.
Me gusta estar casado con alguien que logra mantenerme interesado, es franca conmigo, pelea conmigo (en el buen sentido), me ama honestamente, se ríe conmigo (y a veces de mí) y con la que puedo hablar de manera inteligente. Si por alguna razón siento que me ignoras, me sorprendo a mí mismo haciendo lo que sea porque sepas que existo.
Las personas que no comprendieron (ni comprenden) mi decisión de entrar a este matrimonio, no tienen idea de lo interesante y reconfortante que es. Espero que no cambie y me esforzaré porque así sea.