Muere tras doce horas jugando online
El joven, cuya identidad no ha sido revelada, jugaba junto a otros adolescentes en un «PC Bang», en Corea del Sur, uno de esos centros especializados en juegos en línea tan populares en ese país asiático.
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Rescatamos, en nuestro periplo diario por la blogosfera, una noticia publicada en la bitácora ALT1040 (vía DualShockers) que está siendo ampliamente difundida y comentada en las redes sociales. Un estudiante surcoreano de diecinueve años de edad falleció el pasado 27 de diciembre mientras participaba en una maratón de juegos online, tras doce horas pegado a la pantalla.
El joven, cuya identidad no ha sido revelada, jugaba junto a otros adolescentes en un «PC Bang», uno de esos centros especializados en juegos en línea tan populares en el país asiático. Después de permanecer durante ocho horas jugando, se tomó un pequeño descanso para comer y regresar nuevamente a la partida; horas después sufriría un colapso y era trasladado al hospital más cercano, donde los médicos sólo pudieron certificar su defunción.
Ante el aumento de este tipo de casos, el gobierno surcoreano tomó una medida tan impopular como efectiva a mediados de 2010: limitar el número de horas que es posible permanecer jugando online. El Ministerio de Industria, Deportes y Turismo controla desde entonces el tiempo que los jugadores permanecen en estos centros, obligando a sus usuarios a desconectar durante determinadas franjas horarias.
Un ejemplo del mal uso de la tecnología y del fuerte influjo que este tipo de juegos en grupo ejercen sobre unos adolescentes sin la formación adecuada en el uso de las nuevas herramientas digitales. El suceso, como bien indica José Carlos Castillo en el blog, no debería hacernos reflexionar sobre el papel de estos divertimentos, sino más bien sobre el papel de padres y educadores en la formación de los jóvenes.
El joven, cuya identidad no ha sido revelada, jugaba junto a otros adolescentes en un «PC Bang», en Corea del Sur, uno de esos centros especializados en juegos en línea tan populares en ese país asiático.
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Rescatamos, en nuestro periplo diario por la blogosfera, una noticia publicada en la bitácora ALT1040 (vía DualShockers) que está siendo ampliamente difundida y comentada en las redes sociales. Un estudiante surcoreano de diecinueve años de edad falleció el pasado 27 de diciembre mientras participaba en una maratón de juegos online, tras doce horas pegado a la pantalla.
El joven, cuya identidad no ha sido revelada, jugaba junto a otros adolescentes en un «PC Bang», uno de esos centros especializados en juegos en línea tan populares en el país asiático. Después de permanecer durante ocho horas jugando, se tomó un pequeño descanso para comer y regresar nuevamente a la partida; horas después sufriría un colapso y era trasladado al hospital más cercano, donde los médicos sólo pudieron certificar su defunción.
Ante el aumento de este tipo de casos, el gobierno surcoreano tomó una medida tan impopular como efectiva a mediados de 2010: limitar el número de horas que es posible permanecer jugando online. El Ministerio de Industria, Deportes y Turismo controla desde entonces el tiempo que los jugadores permanecen en estos centros, obligando a sus usuarios a desconectar durante determinadas franjas horarias.
Un ejemplo del mal uso de la tecnología y del fuerte influjo que este tipo de juegos en grupo ejercen sobre unos adolescentes sin la formación adecuada en el uso de las nuevas herramientas digitales. El suceso, como bien indica José Carlos Castillo en el blog, no debería hacernos reflexionar sobre el papel de estos divertimentos, sino más bien sobre el papel de padres y educadores en la formación de los jóvenes.