El principal dolor de cabeza de toda madre trabajadora es el cuidado de sus hijos. Existen diferentes opciones. Investiga cuidadosamente todas las alternativas hasta encontrar aquella con la que te sientas más cómoda.
Red de contención
Una red de contención compuesta por tu pareja, tu familia y tus amigos es de vital importancia.
Cuando estás más aliviada ofrece ayuda a los demás, de modo de no sentirte culpable cuando tienes que recurrir a ellos. Y siempre es bueno poder charlar con alguien cuando la angustia te sobrepasa.
Flexibilidad y fortaleza
El primer paso para lograr un equilibrio exitoso es compatibilizar tus horarios laborales con tus obligaciones familiares. Los trabajos de medio tiempo, los empleos que pueden ejercerse desde casa, y las licencias laborales con reemplazo son opciones interesantes.
Asegúrate de tener horarios de salida fijos en el trabajo. Nunca lograrás un equilibrio si llegas tarde todo el tiempo a poner tus niños en la cama. Y tampoco es positivo para tu vida privada llevarte trabajo a casa. Sin embargo, conserva la perspectiva: el mundo no se derrumbará si llegas cinco minutos más tarde a recoger a tus hijos de la escuela, o si ocasionalmente necesitas pedir un poco más de tiempo para entregar un reporte laboral. Y olvídate de la culpa: a menos de que te conviertas en la "Mujer Maravilla" nunca lograrás satisfacer al cien por ciento ni a tu empleador ni a tu familia.
Tiempo para ti misma
Haz tiempo para ti misma. Las mujeres ha menudo nos sentimos tan culpables por no dedicar suficiente tiempo a nuestros hijos que no dejamos nada de tiempo para relajarnos. Una sesión de masajes de vez en cuando, o visitas regulares al gimnasio te ayudarán a descargar el estrés, y tomarte un recreo tanto de las presiones laborales como de las familiares. ¡Igualmente importante es dedicar tiempo a la pareja!
Red de contención
Una red de contención compuesta por tu pareja, tu familia y tus amigos es de vital importancia.
Cuando estás más aliviada ofrece ayuda a los demás, de modo de no sentirte culpable cuando tienes que recurrir a ellos. Y siempre es bueno poder charlar con alguien cuando la angustia te sobrepasa.
Flexibilidad y fortaleza
El primer paso para lograr un equilibrio exitoso es compatibilizar tus horarios laborales con tus obligaciones familiares. Los trabajos de medio tiempo, los empleos que pueden ejercerse desde casa, y las licencias laborales con reemplazo son opciones interesantes.
Asegúrate de tener horarios de salida fijos en el trabajo. Nunca lograrás un equilibrio si llegas tarde todo el tiempo a poner tus niños en la cama. Y tampoco es positivo para tu vida privada llevarte trabajo a casa. Sin embargo, conserva la perspectiva: el mundo no se derrumbará si llegas cinco minutos más tarde a recoger a tus hijos de la escuela, o si ocasionalmente necesitas pedir un poco más de tiempo para entregar un reporte laboral. Y olvídate de la culpa: a menos de que te conviertas en la "Mujer Maravilla" nunca lograrás satisfacer al cien por ciento ni a tu empleador ni a tu familia.
Tiempo para ti misma
Haz tiempo para ti misma. Las mujeres ha menudo nos sentimos tan culpables por no dedicar suficiente tiempo a nuestros hijos que no dejamos nada de tiempo para relajarnos. Una sesión de masajes de vez en cuando, o visitas regulares al gimnasio te ayudarán a descargar el estrés, y tomarte un recreo tanto de las presiones laborales como de las familiares. ¡Igualmente importante es dedicar tiempo a la pareja!