Ana. Antes no se podía hablar de masturbación femenina.
La masturbación era un terreno que parecía exclusivamente masculino. Poco a poco, la masturbación femenina va dejando de ser en tabú ¿para convertirse en una obligación? A veces, en conversaciones con amigas parece que para ser muy modernas y liberales es obligatorio masturbase
Carme. Si hay dos acciones que no se llevan bien con la sexualidad son prohibir y obligar. Durante mucho tiempo, las creencias religiosas imperantes prohibían masturbarse a hombres y mujeres, aunque los hombres siempre han tenido bula ante su sexualidad, lo cierto es que la mayoría vivía determinadas prácticas sexuales con culpabilidad y remordimiento. Y una de ellas era la masturbación.
Freud se encargó de desmitificar muchos tabúes sexuales, pero sobre todo los masculinos, a las mujeres, por la sociedad en la que le tocó vivir, todavía muy patriarcal y falocéntrica nos dejó a medias e incluso nos complicó un poco más con la idea de que “no éramos mujeres sino teníamos orgasmos vaginales”, los orgasmos clitoridianos eran propios de mujeres que se habían quedado fijadas en alguna etapa del desarrollo piscosexual.
Ana ¿Etapa del desarrollo psicosexual?
Carme Son etapas que se van sucediendo desde el inicio de la vida y que hay que ir “quemando” hasta llegar a la edad adulta
Ana A estás alturas ¿está aceptado que un orgasmo es un orgasmo? ¿O se sigue “valorando más” los orgasmos vaginales?
Carme. Un orgasmo es un orgasmo y se siente en el cerebro venga del clítoris, de la vagina, o de la estimulación de los pezones… o incluso sin tocarse!!! Hay mujeres que me han comentado que han tenido orgasmos durante el sueño!!! Y se han despertado sorprendidas!!!
La masturbación es una manera de auto conocerse sexualmente. Hombres y mujeres nacemos seres sexuales y nos damos cuenta a medida que vamos creciendo. Los dos sexos tenemos deseo sexual y practicamos juegos sexuales desde la infancia, pero el entorno próximo y también el cultural nos facilita desarrollar esa capacidad sexual que tenemos o nos la inhibe… Y a las mujeres nos la han inhibido siglo tras siglo por la dualidad de virgen-puta (o eras virgen e inmaculada o una perdida).
Con la liberación sexual ligado al feminismo, comienzan los talleres de autoconocimiento teóricos pero también experienciales y algunas mujeres comienzan a explicar que se masturban y ayudan a otras a experimentar cómo se hace… pero no nos olvidemos que esto queda en una determinada élite en los años 70 y 80… Es a partir de la generalización de determinados “paquetes de educación sexual televisivo” (Elena Ochoa, por ejemplo) y de la información sexual, aunque haya sido a golpes y de manera disruptiva, y de la píldora anticonceptiva,…que un grupo más numeroso de mujeres comienza a ser más proactivas en cuanto a su sexualidad y a su autoconocimiento corporal. Aunque todavía queda mucho trecho por recorrer…
Si una no se autoconoce sexualmente (lo que le gusta, lo que no, en qué momento le apetece, cómo lo quiere…) será muy difícil hacerle saber a su pareja, sea hombre o mujer cómo ayudarle a que disfrute. Aquí es muy importante la asertividad: cómo decirlo a la pareja sin molestar pero de manera clara lo que nos apetece… Mi hipótesis es que es muy difícil explicarle a alguien cómo tiene qué hacértelo si tú nunca te lo has hecho (queda un poco bruto pero mi experiencia profesional me lo indica así…). La masturbación es una manera poco arriesgada de experimentar (si la “cagas” nadie se entera), una manera de reducir estrés, de pasar un buen rato contigo misma… tiene una parte lúdica de autoerotismo que no te lo ofrece ni el mejor amante… además hoy la técnica ayuda: los vibradores son un muy buen invento. De ahí mi defensa de la masturbación, femenina y masculina, pero nunca una obligación. (a mi el chocolate me vuelve loca pero si me hicieran comerlo por obligación, pues no sé…)
Ana. Vale ¿y si no se darme placer?
Carme. Todo en esta vida se aprende!!! A darse placer, a disfrutar de un cuadro, de una determinada música, de un buen vino… y más si es bueno!!! si bien parece obvio que no a todas las personas nos tiene que gustar lo mismo, pero es cogerle el punto, como todo…
Ahora bien, otra cosa muy diferente son “las pijas enteradas porque han ido a un tupersex” para las que estar a la última es llevar colgado determinado bolso y hablar de sexo como las de la serie, después película, de Sexo en NY
La sexualidad tiene una parte de compartir con otra persona pero también de autoerotismo y las mujeres parece que pocas veces podemos hacer “cosas” para nosotras mismas. He tenido en terapia muchas mujeres que después de “hacerle” de todo a su marido ellas se acaban plantando a los 50 con aquello de que “ahora quiero disfrutar yo”…Y el inicio de este camino es “pues eso mismo, primero vas a comenzar sola y cuando tú tengas claro qué es lo que te gusta y como llegar, se lo enseñas a él…”
Ana. Y si no me gusta masturbarme ¿soy un bicho raro? ¿No soy guay? ¿No sé?
Carme. Es lo que comentaba antes… no hay obligación, al contrario, el sexo no tiene que ser un objeto de consumo más “si no lo tengo, no soy guay”, pero sí estar abierta a experimentar. Te propongo una situación “tipo”: vuelves a casa, un poco cansada, te pones la música que te guste, te das un baño o una ducha y comienzas a juguetear con tu cuerpo, dentro de la bañera, o una vez seca fuera, con lubricante… Hay que crear un ambiente, quizás hacerlo a palo seco a ti no te gusta… pero puedes ayudarte de las fantasías sexuales que tengas para potenciar tu deseo y tu excitación
*Conversaciones de dos mujeres que se conocen en la red social y que viven una en Madrid y la otra en Barcelona