Se acerca el 2010, período en el que surgen muchas buenas intenciones. Pero ¿aún no tienes idea de qué metas elegir para este nuevo año?
Si sientes que este nuevo año te va a dar la fuerza que no has sabido encontrar para alcanzar tus objetivos, lo importante es que aspires a algo mejor en tu vida y sobre todo que sepas que tus ideales no son imposibles. Por eso, ¡bienvenidos sean todos tus propósitos!
Un abanico ilimitado de objetivos
Sobre propósitos no hay nada escrito, así que tu elección puede irse por caminos muy variados:
Llevar una vida más saludable. Proponte alejarte de hábitos como llevar una vida sedentaria, abusar de las grasas y los azúcares en tu alimentación, fumar, tomar alcohol, desvelarte. Plantéate hacer ejercicio, empezar a llevar una alimentación equilibrada, dejar de fumar, reducir el alcohol al mínimo, dormir ocho horas diarias.
Mejorar en el trabajo. Siempre es un excelente momento para aprender inglés o francés, inscribirte en ese curso de computación que tanto te beneficiará en el trabajo.
Ser mejor persona. Encamina tus propósitos hacia ser más solidaria con quienes te rodean, reconciliarte con aquellos familiares y amigos de quienes te has distanciado, aumentar tu sentido del humor, practicar buenos valores, incluso donar sangre.
Cambia tu vida de arriba a abajo. Haz que lleguen a tu mente ideas radicales que transformen el rumbo de tu vida, como independizarte económicamente, mudarte a otra ciudad o incluso a otro país, tomar la decisión de casarte o comenzar a formar una familia.
Que no caigan en saco roto
La mayoría de estas buenas intenciones quedan reducidas precisamente a ideas de las que realmente no estás convencida ni preparada para llevar a cabo. Si realmente hay cosas que quieres hacer y decides que año nuevo equivale a vida nueva, sigue estos consejos para mentalizarte y lograr que tus deseos se hagan realidad:
Proponte proyectos alcanzables. Inscribirte en un gimnasio para ir varias horas diariamente no es la mejor manera de empezar a hacer ejercicio. Prueba con ideas menos agobiantes y más accesibles. Con unas sesiones cortas de carrera o dar paseos ligeros, puedes lograr más ir recuperando tu condición física y que se te antoje ir aumentando el ritmo poco a poco.
Ponte un solo reto a la vez. Plantearte varios desafíos al mismo tiempo puede hacer que todo quede en algo sin importancia. Por ejemplo, querer dejar de fumar y a la vez llevar una estricta dieta no son compatibles, es mejor que vayas cumpliendo cada meta paso a paso. Haz una lista de todos tus propósitos en una hoja de papel, dale preferencia a tus prioridades y distribúyelas a lo largo de todo el año.
Lo importante no es que el 1° de enero del 2010 seas una nueva persona, sino que el 31 de diciembre del 2010 no tengas que plantearte los mismos proyectos otra vez. Tienes todo un año por delante para emprender tus objetivos, mas no al principio de esta etapa, aprovecha el camino para intentar conseguirlos.
Si sientes que este nuevo año te va a dar la fuerza que no has sabido encontrar para alcanzar tus objetivos, lo importante es que aspires a algo mejor en tu vida y sobre todo que sepas que tus ideales no son imposibles. Por eso, ¡bienvenidos sean todos tus propósitos!
Un abanico ilimitado de objetivos
Sobre propósitos no hay nada escrito, así que tu elección puede irse por caminos muy variados:
Llevar una vida más saludable. Proponte alejarte de hábitos como llevar una vida sedentaria, abusar de las grasas y los azúcares en tu alimentación, fumar, tomar alcohol, desvelarte. Plantéate hacer ejercicio, empezar a llevar una alimentación equilibrada, dejar de fumar, reducir el alcohol al mínimo, dormir ocho horas diarias.
Mejorar en el trabajo. Siempre es un excelente momento para aprender inglés o francés, inscribirte en ese curso de computación que tanto te beneficiará en el trabajo.
Ser mejor persona. Encamina tus propósitos hacia ser más solidaria con quienes te rodean, reconciliarte con aquellos familiares y amigos de quienes te has distanciado, aumentar tu sentido del humor, practicar buenos valores, incluso donar sangre.
Cambia tu vida de arriba a abajo. Haz que lleguen a tu mente ideas radicales que transformen el rumbo de tu vida, como independizarte económicamente, mudarte a otra ciudad o incluso a otro país, tomar la decisión de casarte o comenzar a formar una familia.
Que no caigan en saco roto
La mayoría de estas buenas intenciones quedan reducidas precisamente a ideas de las que realmente no estás convencida ni preparada para llevar a cabo. Si realmente hay cosas que quieres hacer y decides que año nuevo equivale a vida nueva, sigue estos consejos para mentalizarte y lograr que tus deseos se hagan realidad:
Proponte proyectos alcanzables. Inscribirte en un gimnasio para ir varias horas diariamente no es la mejor manera de empezar a hacer ejercicio. Prueba con ideas menos agobiantes y más accesibles. Con unas sesiones cortas de carrera o dar paseos ligeros, puedes lograr más ir recuperando tu condición física y que se te antoje ir aumentando el ritmo poco a poco.
Ponte un solo reto a la vez. Plantearte varios desafíos al mismo tiempo puede hacer que todo quede en algo sin importancia. Por ejemplo, querer dejar de fumar y a la vez llevar una estricta dieta no son compatibles, es mejor que vayas cumpliendo cada meta paso a paso. Haz una lista de todos tus propósitos en una hoja de papel, dale preferencia a tus prioridades y distribúyelas a lo largo de todo el año.
Lo importante no es que el 1° de enero del 2010 seas una nueva persona, sino que el 31 de diciembre del 2010 no tengas que plantearte los mismos proyectos otra vez. Tienes todo un año por delante para emprender tus objetivos, mas no al principio de esta etapa, aprovecha el camino para intentar conseguirlos.