En general en Occidente no hay mucha información sobre la muerte. La gente no quiere oír hablar de la muerte. Por supuesto que ninguno deseamos morir, pero por más esfuerzos que hagamos para evitar la muerte, ésta llegará, porque es un hecho natural. A lo largo de nuestra vida tenemos que aprender el proceso de morir. Aunque vivamos la vida acompañados de mucha gente, el morir tenemos que afrontarlo solos. En el primer estadio otras personas pueden ser de mucha ayuda, pero en estadios posteriores, el ser que está muriendo lo hace completamente solo, nadie puede acompañarle, por eso es preferible saber algo del proceso de la muerte.
La muerte es algo muy natural que tenemos que aceptar respecto a uno mismo y a los demás. En relación con los demás, esto significa que no nos dejamos afectar de forma negativa, sintiéndonos tristes durante mucho tiempo o cayendo en una depresión. En cuanto a nosotros mismos, aceptar la muerte como algo natural significa que atravesamos el proceso en paz. Para poder morir en paz necesitamos saber previamente lo que va a ocurrir.
El principal obstáculo a la paz, en el momento de la muerte, es el miedo. Generalmente no sabemos lo que va a pasar y el miedo surge ante lo desconocido. Por eso debemos hacer los preparativos con anterioridad, en el momento de la muerte no podemos hacer gran cosa.
El proceso de la muerte comienza con la disolución del elemento tierra del cuerpo, la persona se siente muy pesada y siente como si cayera de un precipicio. En este punto debemos pensar, “esta sensación se debe a la disolución del elemento tierra, en realidad no me caigo”, y verlo como parte del proceso.
En el siguiente estadio se disuelve el elemento agua, los líquidos corporales se absorben. Los ojos y los labios se secan, la persona que está muriendo siente mucha sed, pero no puede beber. Aquí tenemos que reconocer que el elemento agua se está absorbiendo, saber que pasará la sed, sin preocuparnos. Puede que se estén preguntando para qué necesitan saber cómo se disuelven los elementos. La respuesta es que el saberlo sirve de ayuda para mantener la mente en paz.
Al disolverse el elemento agua se tienen visiones de olas gigantes que vienen sobre uno y con la disolución del elemento tierra se siente como si la tierra se abriera. Cuando se tienen este tipo de visiones no es posible mantener la mente en calma.
Tenemos que entrenarnos para que cuando llegue el momento y tengamos estas visiones, ser capaces de entenderlo como parte del proceso de la muerte.
Lo importante es mantener la mente fresca y clara durante todo el proceso, con una actitud positiva.
En tercer lugar se absorbe el elemento fuego. El cuerpo pierde el calor y se tienen temblores, la persona que está muriendo siente frío aún cuando haga calor en la habitación y necesita más ropa. Actitudes negativas de apego y odio surgen como resultado de las proyecciones de la disolución de los elementos.
Luego se disuelve el elemento viento, la respiración se hace más corta y más fuerte, exhalando más aire del que se inhala.
En este punto se pierde el contacto con el mundo exterior, todo lo que ocurre a partir de aquí sólo es sentido por la persona que está muriendo. Todas las funciones cerebrales se detienen y la persona es declarada clínicamente muerta, pero todavía no está muerta, su sistema de canales está funcionando aún, la mente muy sutil sigue experimentando.
El cuerpo humano tiene dos niveles, uno burdo que es el cuerpo físico y el otro es el cuerpo sutil. Este cuerpo sutil se componen de canales, chakras y gotas que no son visibles al ojo normal. Los siguientes estadios de disolución se producen a partir de este punto en el nivel sutil del cuerpo.
Normalmente entendemos como muerte el momento en que el elemento viento se absorbe y cesa la respiración, el pulso y la actividad cerebral, pero la persona aún no ha muerto, el proceso puede durar un tiempo. La gente que ha tenido alguna práctica puede permanecer en ese estadio horas, días e incluso meses. En ese estado hay una energía especial que se puede utilizar, por eso en Oriente tenemos la costumbre de no mover el cuerpo hasta pasados tres días, incluso en los casos ordinarios. Si se observa alguna señal de meditación se deja todo el tiempo que ésta dure.
Si tienen oportunidad de estar junto al lecho de alguien que está muriendo, observen el proceso y digan oraciones para desearle un buen viaje a esa persona. Cualquier tipo de oración o pensamiento positivo es e gran ayuda en el momento de la muerte.
Lo más importante es morir en paz, si morimos en paz podemos tener una reencarnación mejor. Si estamos con alguien que va a morir no debemos causarle ninguna molestia, ni llorar para que pueda irse en paz. Morir recordando a los seres santos es una buena manera de morir; pensar en el dinero, los hijos, etc., no es útil, ya que no podemos hacer nada.
No podemos llevarnos ni siquiera un pelo, todo queda aquí. Es necesario recordar esto.
Textos extraidos de conferencias impartidas por el Lama Gueshe Ngawan Sherab.
La muerte es algo muy natural que tenemos que aceptar respecto a uno mismo y a los demás. En relación con los demás, esto significa que no nos dejamos afectar de forma negativa, sintiéndonos tristes durante mucho tiempo o cayendo en una depresión. En cuanto a nosotros mismos, aceptar la muerte como algo natural significa que atravesamos el proceso en paz. Para poder morir en paz necesitamos saber previamente lo que va a ocurrir.
El principal obstáculo a la paz, en el momento de la muerte, es el miedo. Generalmente no sabemos lo que va a pasar y el miedo surge ante lo desconocido. Por eso debemos hacer los preparativos con anterioridad, en el momento de la muerte no podemos hacer gran cosa.
El proceso de la muerte comienza con la disolución del elemento tierra del cuerpo, la persona se siente muy pesada y siente como si cayera de un precipicio. En este punto debemos pensar, “esta sensación se debe a la disolución del elemento tierra, en realidad no me caigo”, y verlo como parte del proceso.
En el siguiente estadio se disuelve el elemento agua, los líquidos corporales se absorben. Los ojos y los labios se secan, la persona que está muriendo siente mucha sed, pero no puede beber. Aquí tenemos que reconocer que el elemento agua se está absorbiendo, saber que pasará la sed, sin preocuparnos. Puede que se estén preguntando para qué necesitan saber cómo se disuelven los elementos. La respuesta es que el saberlo sirve de ayuda para mantener la mente en paz.
Al disolverse el elemento agua se tienen visiones de olas gigantes que vienen sobre uno y con la disolución del elemento tierra se siente como si la tierra se abriera. Cuando se tienen este tipo de visiones no es posible mantener la mente en calma.
Tenemos que entrenarnos para que cuando llegue el momento y tengamos estas visiones, ser capaces de entenderlo como parte del proceso de la muerte.
Lo importante es mantener la mente fresca y clara durante todo el proceso, con una actitud positiva.
En tercer lugar se absorbe el elemento fuego. El cuerpo pierde el calor y se tienen temblores, la persona que está muriendo siente frío aún cuando haga calor en la habitación y necesita más ropa. Actitudes negativas de apego y odio surgen como resultado de las proyecciones de la disolución de los elementos.
Luego se disuelve el elemento viento, la respiración se hace más corta y más fuerte, exhalando más aire del que se inhala.
En este punto se pierde el contacto con el mundo exterior, todo lo que ocurre a partir de aquí sólo es sentido por la persona que está muriendo. Todas las funciones cerebrales se detienen y la persona es declarada clínicamente muerta, pero todavía no está muerta, su sistema de canales está funcionando aún, la mente muy sutil sigue experimentando.
El cuerpo humano tiene dos niveles, uno burdo que es el cuerpo físico y el otro es el cuerpo sutil. Este cuerpo sutil se componen de canales, chakras y gotas que no son visibles al ojo normal. Los siguientes estadios de disolución se producen a partir de este punto en el nivel sutil del cuerpo.
Normalmente entendemos como muerte el momento en que el elemento viento se absorbe y cesa la respiración, el pulso y la actividad cerebral, pero la persona aún no ha muerto, el proceso puede durar un tiempo. La gente que ha tenido alguna práctica puede permanecer en ese estadio horas, días e incluso meses. En ese estado hay una energía especial que se puede utilizar, por eso en Oriente tenemos la costumbre de no mover el cuerpo hasta pasados tres días, incluso en los casos ordinarios. Si se observa alguna señal de meditación se deja todo el tiempo que ésta dure.
Si tienen oportunidad de estar junto al lecho de alguien que está muriendo, observen el proceso y digan oraciones para desearle un buen viaje a esa persona. Cualquier tipo de oración o pensamiento positivo es e gran ayuda en el momento de la muerte.
Lo más importante es morir en paz, si morimos en paz podemos tener una reencarnación mejor. Si estamos con alguien que va a morir no debemos causarle ninguna molestia, ni llorar para que pueda irse en paz. Morir recordando a los seres santos es una buena manera de morir; pensar en el dinero, los hijos, etc., no es útil, ya que no podemos hacer nada.
No podemos llevarnos ni siquiera un pelo, todo queda aquí. Es necesario recordar esto.
Textos extraidos de conferencias impartidas por el Lama Gueshe Ngawan Sherab.