No solo el yoga y las hierbas sirven para la relajación. Los productos que contienen componentes naturales, como la rosa mosqueta, el té verde o el pepino, son excelentes aliados para empezar el día –y mantenerlo– de la mejor forma posible.
Esas son las claves de la llamada belleza zen, que implica hacer un alto en las obligaciones diarias y conectarte contigo misma. ¿Complejo? No tanto, si se tiene la sintonía y las ganas de querer hacerlo.
Transformar la meditación en una costumbre, no significa solamente cambiar la manera de vestirse o de vivir, sino que va más allá: según los expertos, es aprender a tener una actitud mental pasiva, de modo que el medioambiente no afecte el estado de ánimo, y a mantenerse en calma frente a los problemas o las exigencias exógenas, convirtiéndolos, en una opción de crecimiento.
Algunos expertos señalan, que en general la meditación
ayuda a liberar el estrés, que es precursor de muchas enfermedades; bajar las revoluciones del pensamiento y permite además la conexión con verdades profundas del ser interior.
Especialistas en la materia y en la práctica de la disciplina, sostinen que el ser humano es multidimensional, es decir, no sólo es su cuerpo físico, sino también cuerpos energéticos que se armonizan al momento de meditar, y que tienen que ver con diferentes niveles de conciencia.
Hay algunos muy altos, desde el punto de vista espiritual o místico, y bajar las revoluciones del pensamiento, es una de las formas de aumentar la conciencia: La meditación facilita la conexión con verdades más certeras, ya que logra ver al ser humano desde su grandeza trascendental.
Al momento de meditar, lo ideal es contar con elementos que ayuden a enfocarse y a eliminar las distracciones. Cerrar los ojos elimina el 80% de los estímulos del ambiente externo. La música de tonos largos, profundos y pausados, que propician las ondas cerebrales, sirve también para la meditación. Los aromas, como el incienso, inducen a la relajación mental.
De todas formas, si no es posible contar con esos elementos, basta con meditar en silencio, con los ojos cerrados y repetir un mantra. Lo ideal es meditar todos los días, ojalá en la mañana, para comenzar con mayor libertad y enfocarte de mejor manera en lo que debes hacer.