La medicina tibetana está íntimamente ligada con el budismo ya que éste constituye su fundamento espiritual y su más precioso sustrato. La cualidad que hace única a la medicina tibetana se halla no sólo en el claro compromiso de sanar el cuerpo humano de males y enfermedades, sino también en que se revela como un camino a través del cual el cuerpo y la mente pueden liberarse de los sufrimientos de la existencia condicionada, el samsara.
De acuerdo con la tradición tibetana, hace miles de años el Buda Shakiamuni emanó como el Buda de la Medicina, Bhaishajyaguru, estableciendo las bases de la medicina tibetana en la forma de los Gyushi o los Cuatro Tantras Médicos, los cuales fueron escritos con tinta de lapislázuli sobre láminas de oro en aproximadamente 5400 versos, y depositados en el Palacio de las Dakinis de Uddiyana.
La medicina tibetana actual deriva enteramente de las escrituras tántricas que se han incorporado dentro del Tanjur; la versión revisada de los Cuatro Tantras Médicos que se sigue utilizando en la actualidad fue compilada en el siglo XII y resume los conocimientos recogidos en el Tíbet y en otros lugares de Asia y Oriente Medio. .
Teoría de la Medicina Tibetana
Como ya se mencionó, este sistema médico se encuentra íntimamente ligado con el budismo tibetano, el cual sostiene que hasta que la ignorancia y la codicia queden eliminadas del fluir de la mente, por muy sanos que creamos estar, seguimos enfermos. Asimismo, contempla al análisis del cuerpo como el fundamento de la cosmología y de la filosofía budista y considera que el estado de salud depende de un balance en la dieta, la conducta, las condiciones ambientales y psicológicas, y los factores sociales, siendo todos ellos tomados en cuenta para la elaboración del diagnóstico de las enfermedades y del tratamiento correspondiente.
Los fenómenos animados e inanimados existen en dependencia con los agregados de las cinco energías cósmicas: la tierra, el fuego, el agua, el aire y el espacio o éter. Fisiológicamente, el cuerpo humano está constituido por 3 humores, 7 energías físicas y 3 tipos de excreciones. Las 7 esencias o energías físicas son las nutricias, la sangre, la carne, el tejido adiposo, la médula ósea y el óvulo o la esperma, dependiendo del sexo del individuo. Los 3 humores son las manifestaciones biológicas de las 5 energías cósmicas y se consideran como el surgimiento de las 3 aflicciones básicas: el deseo, el enojo y la confusión; éstas se conocen como el viento, la bilis y la flema.
El viento (Lung) está constituido por los elementos viento y el espacio, representan la fusión nerviosa y recibe la influencia de las 3 causas de sufrimiento evidenciadas por el Buda. La bilis (TrIPA) se encuentra conformada por los elementos fuego y el agua, es responsable del metabolismo y del calor corporal (tumo), de la digestión y de la excreción; el enojo actúa sobre su equilibrio desestabilizándola. La flema (BekAN) asegura la regeneración y la producción de líquidos, y es perturbada por el veneno de la confusión. La flema está compuesta por los elementos tierra y agua.
La salud es el estado de balance de estos 3 humores, mientras que la enfermedad surge si algunos de ellos quedan fuera de balance. La condición por la cual se manifiesta la enfermedad tiene que ver con una dieta inapropiada, una conducta impropia, infecciones derivadas de agentes patógenos, factores ambientales y los espíritus.
Los desórdenes también se clasifican como fríos o calientes o como una combinación de ambos. Los desórdenes calientes están asociados con la sangre y la bilis; los fríos con desbalances en la flema o el viento, en tanto que las infecciones o desórdenes linfáticos pueden ser originados por desórdenes calientes o fríos.
De acuerdo con la tradición tibetana, hace miles de años el Buda Shakiamuni emanó como el Buda de la Medicina, Bhaishajyaguru, estableciendo las bases de la medicina tibetana en la forma de los Gyushi o los Cuatro Tantras Médicos, los cuales fueron escritos con tinta de lapislázuli sobre láminas de oro en aproximadamente 5400 versos, y depositados en el Palacio de las Dakinis de Uddiyana.
La medicina tibetana actual deriva enteramente de las escrituras tántricas que se han incorporado dentro del Tanjur; la versión revisada de los Cuatro Tantras Médicos que se sigue utilizando en la actualidad fue compilada en el siglo XII y resume los conocimientos recogidos en el Tíbet y en otros lugares de Asia y Oriente Medio. .
Teoría de la Medicina Tibetana
Como ya se mencionó, este sistema médico se encuentra íntimamente ligado con el budismo tibetano, el cual sostiene que hasta que la ignorancia y la codicia queden eliminadas del fluir de la mente, por muy sanos que creamos estar, seguimos enfermos. Asimismo, contempla al análisis del cuerpo como el fundamento de la cosmología y de la filosofía budista y considera que el estado de salud depende de un balance en la dieta, la conducta, las condiciones ambientales y psicológicas, y los factores sociales, siendo todos ellos tomados en cuenta para la elaboración del diagnóstico de las enfermedades y del tratamiento correspondiente.
Los fenómenos animados e inanimados existen en dependencia con los agregados de las cinco energías cósmicas: la tierra, el fuego, el agua, el aire y el espacio o éter. Fisiológicamente, el cuerpo humano está constituido por 3 humores, 7 energías físicas y 3 tipos de excreciones. Las 7 esencias o energías físicas son las nutricias, la sangre, la carne, el tejido adiposo, la médula ósea y el óvulo o la esperma, dependiendo del sexo del individuo. Los 3 humores son las manifestaciones biológicas de las 5 energías cósmicas y se consideran como el surgimiento de las 3 aflicciones básicas: el deseo, el enojo y la confusión; éstas se conocen como el viento, la bilis y la flema.
El viento (Lung) está constituido por los elementos viento y el espacio, representan la fusión nerviosa y recibe la influencia de las 3 causas de sufrimiento evidenciadas por el Buda. La bilis (TrIPA) se encuentra conformada por los elementos fuego y el agua, es responsable del metabolismo y del calor corporal (tumo), de la digestión y de la excreción; el enojo actúa sobre su equilibrio desestabilizándola. La flema (BekAN) asegura la regeneración y la producción de líquidos, y es perturbada por el veneno de la confusión. La flema está compuesta por los elementos tierra y agua.
La salud es el estado de balance de estos 3 humores, mientras que la enfermedad surge si algunos de ellos quedan fuera de balance. La condición por la cual se manifiesta la enfermedad tiene que ver con una dieta inapropiada, una conducta impropia, infecciones derivadas de agentes patógenos, factores ambientales y los espíritus.
Los desórdenes también se clasifican como fríos o calientes o como una combinación de ambos. Los desórdenes calientes están asociados con la sangre y la bilis; los fríos con desbalances en la flema o el viento, en tanto que las infecciones o desórdenes linfáticos pueden ser originados por desórdenes calientes o fríos.