Autor: Karina
Galarza Vásquez
Diversos
estudios revelan que el consumo de frutas y verduras en la población infantil y
adolescente no cumple con las cantidades necesarias. ¿Cómo lograr que ingieran
el porcentaje que les permita contar con una dieta equilibrada?
Se sabe
que es labor de los padres enseñar y fomentar buenos hábitos alimenticios en
los hijos, así como hacer de cada una de las comidas momento placentero y en
familia. Sin embargo, en los últimos años se ha evidenciado un cambio en la
organización de la mayoría de los hogares mexicanos, pues ahora ambos padres
trabajan y las comidas en familia se reducen a los fines de semana.
“En
consecuencia, es difícil supervisar y controlar lo que consumen los hijos,
quienes pueden optar por comida rápida y golosinas con calorías vacías”,
comenta la nutrióloga Luisa Maya Funes. En efecto, aunque estén al cuidado de
alguien, suelen argumentar que “ya comieron en la escuela”, pero no se sabe qué
es lo que consumieron.
Comestibles
muy nutritivos
Frutas y vegetales constituyen fuente primordial de importantes nutrientes,
como vitaminas, sales minerales y fibra. Por tanto, su deficiente consumo es
factor de riesgo para el desarrollo de diversas enfermedades crónicas: aterosclerosis
(formación de depósitos de grasa en las vías sanguíneas), colon irritable
(genera diarrea, estreñimiento y dolor abdominal), anemia (deficiente
producción de glóbulos rojos, casi siempre por falta de hierro) y
estreñimiento, entre otras.
En este
contexto, cabe destacar que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) está
intensificando sus esfuerzos para fomentar hábitos alimenticios saludables en
América Latina, entre los que destaca la promoción del consumo de cinco
porciones de frutas y verduras diariamente.
La OPS
recomienda consumir 400 gramos de frutas y hortalizas cada día (lo que equivale
a cinco porciones, aproximadamente) como ayuda inestimable para prevenir
enfermedades crónicas, incluyendo las cardiovasculares, cáncer, diabetes tipo 2
(altos niveles de azúcar en sangre) y obesidad.
Problemática
y soluciones
Es común que los niños, en especial los preescolares, tengan especial aversión
hacia ciertos alimentos, como las verduras. Si bien las preferencias por las
comidas deben ser respetadas y considerarse en el momento de planificar las
comidas, no hay que permitir que el infante dicte su voluntad.
“En este
sentido, es importante que la variedad de alimentos que se cocinen en casa sea
muy amplia; de esta manera, los niños tendrán más opciones y menos
posibilidades de rechazar. Además, lo anterior, también les permite comprender
la necesidad e importancia de comer todo tipo de alimentos”, sugiere la
especialista.
Tome en
cuenta que las costumbres de alimentación que adquiera el niño desde su
infancia más temprana, marcarán los hábitos para el resto de su vida. Por ello,
Maya Funes aconseja lo siguiente:
Ayudar a
nuestros hijos a consumir más frutas y verduras no tiene que representar labor
titánica. En su desayuno escolar podemos agregar fruta diferente cada día de la
semana, para lo cual contamos con muchas opciones. En las comidas hagamos
ensaladas con vegetales y frutos coloridos, y siempre tenga en mente que la
creatividad al momento de servir será su mejor aliada.
Galarza Vásquez
Diversos
estudios revelan que el consumo de frutas y verduras en la población infantil y
adolescente no cumple con las cantidades necesarias. ¿Cómo lograr que ingieran
el porcentaje que les permita contar con una dieta equilibrada?
Se sabe
que es labor de los padres enseñar y fomentar buenos hábitos alimenticios en
los hijos, así como hacer de cada una de las comidas momento placentero y en
familia. Sin embargo, en los últimos años se ha evidenciado un cambio en la
organización de la mayoría de los hogares mexicanos, pues ahora ambos padres
trabajan y las comidas en familia se reducen a los fines de semana.
“En
consecuencia, es difícil supervisar y controlar lo que consumen los hijos,
quienes pueden optar por comida rápida y golosinas con calorías vacías”,
comenta la nutrióloga Luisa Maya Funes. En efecto, aunque estén al cuidado de
alguien, suelen argumentar que “ya comieron en la escuela”, pero no se sabe qué
es lo que consumieron.
Comestibles
muy nutritivos
Frutas y vegetales constituyen fuente primordial de importantes nutrientes,
como vitaminas, sales minerales y fibra. Por tanto, su deficiente consumo es
factor de riesgo para el desarrollo de diversas enfermedades crónicas: aterosclerosis
(formación de depósitos de grasa en las vías sanguíneas), colon irritable
(genera diarrea, estreñimiento y dolor abdominal), anemia (deficiente
producción de glóbulos rojos, casi siempre por falta de hierro) y
estreñimiento, entre otras.
En este
contexto, cabe destacar que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) está
intensificando sus esfuerzos para fomentar hábitos alimenticios saludables en
América Latina, entre los que destaca la promoción del consumo de cinco
porciones de frutas y verduras diariamente.
La OPS
recomienda consumir 400 gramos de frutas y hortalizas cada día (lo que equivale
a cinco porciones, aproximadamente) como ayuda inestimable para prevenir
enfermedades crónicas, incluyendo las cardiovasculares, cáncer, diabetes tipo 2
(altos niveles de azúcar en sangre) y obesidad.
Problemática
y soluciones
Es común que los niños, en especial los preescolares, tengan especial aversión
hacia ciertos alimentos, como las verduras. Si bien las preferencias por las
comidas deben ser respetadas y considerarse en el momento de planificar las
comidas, no hay que permitir que el infante dicte su voluntad.
“En este
sentido, es importante que la variedad de alimentos que se cocinen en casa sea
muy amplia; de esta manera, los niños tendrán más opciones y menos
posibilidades de rechazar. Además, lo anterior, también les permite comprender
la necesidad e importancia de comer todo tipo de alimentos”, sugiere la
especialista.
Tome en
cuenta que las costumbres de alimentación que adquiera el niño desde su
infancia más temprana, marcarán los hábitos para el resto de su vida. Por ello,
Maya Funes aconseja lo siguiente:
- Presentar los platos en
forma divertida, con ingredientes que aporten colorido y atractivo; es un
“gancho” para niños y jóvenes porque les llama la atención y resulta
apetitoso. - Procurar que inicien el día
comiendo alguna fruta, ya sea picada o en jugo; además, tienen la ventaja
de que pueden llevarse fácilmente a todos lugares. - Incluir en su almuerzo o
lunch un tazón con frutas o verduras. Y si trabaja, siempre tenga estos
alimentos visibles en casa y a alcance de los chicos; tome en cuenta que
si los ven, es más probable que los coma. - Añadir siempre una
guarnición de vegetales o frutas, ya sea en forma de ensalada o puré, a
los platillos preparados con carne. - Utilizar puré de verduras
para espesar sopas y añadir sabor. - Usar algún aderezo, o bien,
limón y chile piquín en polvo. - Preparar postres con
hortalizas (zanahoria, calabaza) o frutas. - Cortar los alimentos en
formas curiosas.
Ayudar a
nuestros hijos a consumir más frutas y verduras no tiene que representar labor
titánica. En su desayuno escolar podemos agregar fruta diferente cada día de la
semana, para lo cual contamos con muchas opciones. En las comidas hagamos
ensaladas con vegetales y frutos coloridos, y siempre tenga en mente que la
creatividad al momento de servir será su mejor aliada.
Alimentación Correcta |
De acuerdo con el Centro Latinoamericano de Información Alimentaria (CLIA), un régimen correcto permitirá mantenerse en perfecto estado de salud y, al mismo tiempo, disfrutar de pleno estado de bienestar. Para ello, es necesario que cumpla con las siguientes características:
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