Chicas! encontré éste artículo y me pareció interesante compartirlo, ya que tal vez algunas estén interesadas en rehacer su vida y tengan algunos temores e inquietudes al respecto.
¿Quieres volverte a casar?
Por: Maribel Belaval, el 23 de junio de 2009, 12:06 PM
Casarse es un evento especial en la vida de cualquier mujer. Casarse de nuevo es un evento trascendental, especialmente cuando hay hijos. La decisión no solo afecta a los cónyuges, sino también, a todos los miembros de ambas familias.
Unos meses atrás, asistí a la despedida de soltera de una amiga que se volvía a casar. Después de haber pasado por un divorcio difícil y un proceso de sanación familiar, había decido intentar la convivencia matrimonial con un nuevo amor.
En un aparte de conversación íntima, el grupo de amigas cercanas le preguntamos: ¿Sientes la misma ilusión que la primera vez? ¿Qué es diferente esta vez? ¿Cómo integras tus hijos adolescentes al proceso de cambio?
En broma y en serio fuimos aclarando dudas y entendiendo lo importante que es la capacidad de tomar decisiones conscientes, que sean ecológicas y sabias para el bien de todos, en el momento correcto, sobre todo, con la persona adecuada.
Nos comentaba mi amiga: "Aunque a veces siento miedo, el amor maduro es una energía tan positiva, que sobrepasa la ansiedad natural, ante lo desconocido por venir. El anhelo de un núcleo familiar amoroso y funcional es más fuerte que la desilusión de la relación que no resultó". Ahora se conocía mejor y tenía más seguridad en sí misma.
Aunque esta nueva relación era diferente y estaba basada en verdades y realidades, sentía mucha ilusión, como la primera vez.
Lo que iba a ser diferente esta vez es era la comunicación afectiva. Hablar más, escucharse más y respetar más las diferencias. Cada miembro de las familias estaba pasando por su propio proceso único de adaptabilidad al cambio, a una convivencia nueva. Fue importante manejar a tiempo la resistencia, evitando que quedaran situaciones no resueltas, que luego se podían convertir en resentimientos.
Todos tenían diferentes expectativas y apreciaciones de la realidad y se fueron aclarando positivamente, con mucha paciencia y prudencia. Hubo un proceso de reflexión en el cual la familia trabajó como equipo para lograr una meta común: hacer que esta "nueva" familia tenga todas las de ganar.
Todos iban a cooperar y colaborar en el proceso de integración.
Comenzar de nuevo, pasar la página, aprender lecciones, cerrar círculo de dolor pasado, son decisiones de mujeres valientes y seguras de sí mismas; libres ya de dolores, soledades y dependencias. La motivación positiva depende de cuán segura estás de haber escogido bien a un compañero que comparte ideales y valores familiares similares
¿Quieres volverte a casar" Considera si . . .
- Has cerrado ya tu ciclo de pérdida de la relación anterior.
- Tus hijos ya están abiertos al cambio a una nueva convivencia familiar.
- Él te quiere y te acepta a ti y tus circunstancias, tal cuales son.
- Tú lo quieres y lo aceptas a él y sus circunstancias, tal cuales son.
- Llevan ambos expectativas reales a este matrimonio "diferente" al anterior.
- Estás lista para compartir tu familia y tu "espacio" con otra persona y su familia.
- Estás dispuesta a esperar el momento adecuado para todos.
- Te sientes ilusionada, segura y congruente con tu decisión.
Creo firmemente que el mejor regalo que damos a nuestros hijos es nuestra
propia felicidad. Todavía más, si les damos la oportunidad de vivir una vida familiar llena de amor, empatía, comprensión, respeto y alegría.
Si tu intuición de mujer y madre responsable te dice que has escogido un buen candidato para vivir un nuevo gran amor y traer a tus hijos a la experiencia, ¡FELICIDADES!
LINK: www.mipropiaterapia.com
¿Quieres volverte a casar?
Por: Maribel Belaval, el 23 de junio de 2009, 12:06 PM
Casarse es un evento especial en la vida de cualquier mujer. Casarse de nuevo es un evento trascendental, especialmente cuando hay hijos. La decisión no solo afecta a los cónyuges, sino también, a todos los miembros de ambas familias.
Unos meses atrás, asistí a la despedida de soltera de una amiga que se volvía a casar. Después de haber pasado por un divorcio difícil y un proceso de sanación familiar, había decido intentar la convivencia matrimonial con un nuevo amor.
En un aparte de conversación íntima, el grupo de amigas cercanas le preguntamos: ¿Sientes la misma ilusión que la primera vez? ¿Qué es diferente esta vez? ¿Cómo integras tus hijos adolescentes al proceso de cambio?
En broma y en serio fuimos aclarando dudas y entendiendo lo importante que es la capacidad de tomar decisiones conscientes, que sean ecológicas y sabias para el bien de todos, en el momento correcto, sobre todo, con la persona adecuada.
Nos comentaba mi amiga: "Aunque a veces siento miedo, el amor maduro es una energía tan positiva, que sobrepasa la ansiedad natural, ante lo desconocido por venir. El anhelo de un núcleo familiar amoroso y funcional es más fuerte que la desilusión de la relación que no resultó". Ahora se conocía mejor y tenía más seguridad en sí misma.
Aunque esta nueva relación era diferente y estaba basada en verdades y realidades, sentía mucha ilusión, como la primera vez.
Lo que iba a ser diferente esta vez es era la comunicación afectiva. Hablar más, escucharse más y respetar más las diferencias. Cada miembro de las familias estaba pasando por su propio proceso único de adaptabilidad al cambio, a una convivencia nueva. Fue importante manejar a tiempo la resistencia, evitando que quedaran situaciones no resueltas, que luego se podían convertir en resentimientos.
Todos tenían diferentes expectativas y apreciaciones de la realidad y se fueron aclarando positivamente, con mucha paciencia y prudencia. Hubo un proceso de reflexión en el cual la familia trabajó como equipo para lograr una meta común: hacer que esta "nueva" familia tenga todas las de ganar.
Todos iban a cooperar y colaborar en el proceso de integración.
Comenzar de nuevo, pasar la página, aprender lecciones, cerrar círculo de dolor pasado, son decisiones de mujeres valientes y seguras de sí mismas; libres ya de dolores, soledades y dependencias. La motivación positiva depende de cuán segura estás de haber escogido bien a un compañero que comparte ideales y valores familiares similares
¿Quieres volverte a casar" Considera si . . .
- Has cerrado ya tu ciclo de pérdida de la relación anterior.
- Tus hijos ya están abiertos al cambio a una nueva convivencia familiar.
- Él te quiere y te acepta a ti y tus circunstancias, tal cuales son.
- Tú lo quieres y lo aceptas a él y sus circunstancias, tal cuales son.
- Llevan ambos expectativas reales a este matrimonio "diferente" al anterior.
- Estás lista para compartir tu familia y tu "espacio" con otra persona y su familia.
- Estás dispuesta a esperar el momento adecuado para todos.
- Te sientes ilusionada, segura y congruente con tu decisión.
Creo firmemente que el mejor regalo que damos a nuestros hijos es nuestra
propia felicidad. Todavía más, si les damos la oportunidad de vivir una vida familiar llena de amor, empatía, comprensión, respeto y alegría.
Si tu intuición de mujer y madre responsable te dice que has escogido un buen candidato para vivir un nuevo gran amor y traer a tus hijos a la experiencia, ¡FELICIDADES!
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