Hijos de padres divorciados, padres de hijos en crisis, esposas
conviviendo con violencia domestica, esposos sufriendo abusos y
adicciones e hijos viviendo en medio de la carencia económica o
emocional. No importa donde estés parado ni de donde vengas.
Solo una cosa importa: a donde vas.
Cada vez que miramos a donde queremos ir, como nos queremos sentir o lo que queremos tener, sentimos el peso de nuestra historia haciendo lento
nuestro caminar o deteniéndonos sin poder dar un paso más.
Es momento de liberarnos del pasado y comenzar a caminar.
Cuando elegimos como queremos vivir, lo hacemos inconscientemente desde
nuestros temores, nuestras debilidades y ansiedades, volviendo a elegir
lo mismo, aunque quizás con una cara diferente.
Parejas diferentes en relaciones parecidas, nuevos trabajos con experiencias similares y flamantes proyectos con resultados conocidos.
Ha llegado el momento de romper esta rutina y volver a elegir. A elegir de
verdad, concientes que podemos cambiar nuestra realidad si optamos por
una alternativa que jamás hayamos escogido con claridad y conciencia.
Para el ego, esto significa un gran desafío, por eso responderá con dudas,
incertidumbre y hasta con dolores físicos y emocionales.
Atrévete a cuestionar tu manera de mirar el mundo: lo que piensas de tu trabajo, de tu pareja, de tus padres, de tus amigos...y lo que piensas de ti.
Ya es momento de sacudir tu vida con nuevas decisiones.
Observa aquello que no se siente bien en tu vida, deja ir los juicios que
tienes hacia esa situación o esa persona y vuelve a elegir.
Decide y ponte en acción!
Eres responsable de crear tu realidad y debes actuar en consecuencia.
No hay nadie que pueda hacer este trabajo por ti, por más amoroso que sea
tu entorno. Esta es tu misión y tu vida es tu gran obra.
Eres Michelangelo y también eres el David. Eres el escultor creando su propia obra. Y la obra eres tu!
Una nueva vida comenzará el mismo momento que te pongas en marcha con una decisión.
Y recuerda que vivir debe ser fácil, simple y divertido.
conviviendo con violencia domestica, esposos sufriendo abusos y
adicciones e hijos viviendo en medio de la carencia económica o
emocional. No importa donde estés parado ni de donde vengas.
Solo una cosa importa: a donde vas.
Cada vez que miramos a donde queremos ir, como nos queremos sentir o lo que queremos tener, sentimos el peso de nuestra historia haciendo lento
nuestro caminar o deteniéndonos sin poder dar un paso más.
Es momento de liberarnos del pasado y comenzar a caminar.
Cuando elegimos como queremos vivir, lo hacemos inconscientemente desde
nuestros temores, nuestras debilidades y ansiedades, volviendo a elegir
lo mismo, aunque quizás con una cara diferente.
Parejas diferentes en relaciones parecidas, nuevos trabajos con experiencias similares y flamantes proyectos con resultados conocidos.
Ha llegado el momento de romper esta rutina y volver a elegir. A elegir de
verdad, concientes que podemos cambiar nuestra realidad si optamos por
una alternativa que jamás hayamos escogido con claridad y conciencia.
Para el ego, esto significa un gran desafío, por eso responderá con dudas,
incertidumbre y hasta con dolores físicos y emocionales.
Atrévete a cuestionar tu manera de mirar el mundo: lo que piensas de tu trabajo, de tu pareja, de tus padres, de tus amigos...y lo que piensas de ti.
Ya es momento de sacudir tu vida con nuevas decisiones.
Observa aquello que no se siente bien en tu vida, deja ir los juicios que
tienes hacia esa situación o esa persona y vuelve a elegir.
Decide y ponte en acción!
Eres responsable de crear tu realidad y debes actuar en consecuencia.
No hay nadie que pueda hacer este trabajo por ti, por más amoroso que sea
tu entorno. Esta es tu misión y tu vida es tu gran obra.
Eres Michelangelo y también eres el David. Eres el escultor creando su propia obra. Y la obra eres tu!
Una nueva vida comenzará el mismo momento que te pongas en marcha con una decisión.
Y recuerda que vivir debe ser fácil, simple y divertido.