Hoy desperté con la inmensa decisión de ser una mujer de verdad,
una que no teme a los miedos
ni a la soledad porque se siente fuerte,
una que encara la vida desde su pedestal a ras del suelo
y deja que vuelen las palomas de su alma en pos de su amor lejano,
una mujer que se pone su armadura de reina
y cabalga comandando a los ejércitos de los sentidos
sobre la piel que desea.
A partir de hoy, de ahora, de este instante,
yo quiero ser esa mujer.
En esta hora juro solemnemente amar
con amor del bueno que no ennegrezca con los años
y que la patina del tiempo no corrompa.
Amar sin atarme las manos al cuello de quien ame,
amar sin decir:"Hare lo que tu quieras con tal de que te quedes"
amar sin pensar:"Como podré vivir sin este amor"
pues será un amor que implique libertad,
que implique independencia,
será un amor limpio de amarres ni ligaduras insafables,
y para ese Amor se necesita ser una mujer de verdad.
Una mujer que no se esconde
tras su olor a Chanel y su bolso Prada,
que no camina con efectismos para causar impactos con sus caderas,
si no que anda la vida codo a codo
con la masculinidad como un valor cierto
que restablece el equilibrio ante lo excesivamente femenino.
Ser una mujer sin plasticismos implica amar y amar profundo
con penetraciones como vidrios rotos y orgasmos como volcanes
y estremecimientos como terremotos, sin gritar ni arañar;
si no es estrictamente
lo que se siente necesidad de hacer mientras se ama.
Quiero ser una mujer de verdad,
una que entiende que en ello le va la vida y la muerte
en un solo alarido de placer y magia,
quiero ser así, y que me toquen tus manos callosas después del taller
y que me toquen tus manos refinadas después de la consulta
y que recorras mi cuerpo como quien lee exhaustivamente un plano
y que me hagas olvidar mi nombre
al menos por un rato mientras me haces saber
que no hay mejor nombre para mí que el de MUJER.
Por eso mientras te espero,
hago mi metamorfosis en algo nuevo
que jamás ha sido visto, ni sentido...
Una mujer de verdad!!!
una que no teme a los miedos
ni a la soledad porque se siente fuerte,
una que encara la vida desde su pedestal a ras del suelo
y deja que vuelen las palomas de su alma en pos de su amor lejano,
una mujer que se pone su armadura de reina
y cabalga comandando a los ejércitos de los sentidos
sobre la piel que desea.
A partir de hoy, de ahora, de este instante,
yo quiero ser esa mujer.
En esta hora juro solemnemente amar
con amor del bueno que no ennegrezca con los años
y que la patina del tiempo no corrompa.
Amar sin atarme las manos al cuello de quien ame,
amar sin decir:"Hare lo que tu quieras con tal de que te quedes"
amar sin pensar:"Como podré vivir sin este amor"
pues será un amor que implique libertad,
que implique independencia,
será un amor limpio de amarres ni ligaduras insafables,
y para ese Amor se necesita ser una mujer de verdad.
Una mujer que no se esconde
tras su olor a Chanel y su bolso Prada,
que no camina con efectismos para causar impactos con sus caderas,
si no que anda la vida codo a codo
con la masculinidad como un valor cierto
que restablece el equilibrio ante lo excesivamente femenino.
Ser una mujer sin plasticismos implica amar y amar profundo
con penetraciones como vidrios rotos y orgasmos como volcanes
y estremecimientos como terremotos, sin gritar ni arañar;
si no es estrictamente
lo que se siente necesidad de hacer mientras se ama.
Quiero ser una mujer de verdad,
una que entiende que en ello le va la vida y la muerte
en un solo alarido de placer y magia,
quiero ser así, y que me toquen tus manos callosas después del taller
y que me toquen tus manos refinadas después de la consulta
y que recorras mi cuerpo como quien lee exhaustivamente un plano
y que me hagas olvidar mi nombre
al menos por un rato mientras me haces saber
que no hay mejor nombre para mí que el de MUJER.
Por eso mientras te espero,
hago mi metamorfosis en algo nuevo
que jamás ha sido visto, ni sentido...
Una mujer de verdad!!!