No se puede dejar de enfatizar lo importante que es nunca perder de vista a los niños—ni por una cuestión de minutos.
Un buen ejemplo de lo que puede pasar en un abrir y cerrar de ojos ocurrió la semana pasada en Queens, Nueva York. Una madre estaba con su hijo, de 3 años, en un McDonald’s. Soltó la mano de su hijo para ir a tirar algo a la basura y cuando volvió el niño se había desaparecido. Pero lo más impresionante es lo lejos que llegó el pequeñín. Este niño—muy aventurero por lo visto—salió del restaurante, entró en la estación de metro y se montó al tren. Viajó por siete estaciones, llegando a Manhattan, hasta que alguien se dio cuenta de que el niño estaba solo y llamó a las autoridades. Varias horas después se reunió con la madre. En un reportaje del suceso, la madre dice que a su hijo le encantan los trenes, por lo que piensa se escapó a montarse en uno.
Menos mal que esta historia tuvo un final feliz, pero recuerda que no siempre resulta asi.
Un buen ejemplo de lo que puede pasar en un abrir y cerrar de ojos ocurrió la semana pasada en Queens, Nueva York. Una madre estaba con su hijo, de 3 años, en un McDonald’s. Soltó la mano de su hijo para ir a tirar algo a la basura y cuando volvió el niño se había desaparecido. Pero lo más impresionante es lo lejos que llegó el pequeñín. Este niño—muy aventurero por lo visto—salió del restaurante, entró en la estación de metro y se montó al tren. Viajó por siete estaciones, llegando a Manhattan, hasta que alguien se dio cuenta de que el niño estaba solo y llamó a las autoridades. Varias horas después se reunió con la madre. En un reportaje del suceso, la madre dice que a su hijo le encantan los trenes, por lo que piensa se escapó a montarse en uno.
Menos mal que esta historia tuvo un final feliz, pero recuerda que no siempre resulta asi.