AMAR Y QUERER.
DESCUBRE LA DIFERENCIA EN LOS PRIMEROS 7 AÑOS DE MATRIMONIO.
A decir de terapeutas familiares, consejeros matrimoniales y sicólogos
que han estudiado el tema de los agarrones conyugales, hay etapas bien
identificadas en la vida de pareja en las que resulta inevitable que la
relación saque chispas. No obstante, apuntan, muchas de las peleas
derivan en rupturas irreconciliables debido a la falta de conciencia
que sobre estos ciclos tienen los protagonistas.
Éstos son siete de los principales síntomas que provocan que, alrededor del séptimo aniversario de bodas, el lenguaje de los chocolates y las flores sea sustituido por los gritos y el lanzamiento de zapatillas.
1.-FIN DEL ROMANTICISMO
El amor romántico —basado en el deseo obsesivo de atender a la otra persona y en el gusto por estar con ella demasiado tiempo— sólo dura dos años. “Este estado emocional se desvanece muy rápido y, para que el fin de este ciclo no traiga consecuencias catastróficas, el matrimonio debería estar preparado para evolucionar y transitar hacia el amor profundo, que
consiste en querer y aceptar a la otra persona tal y como es”.
2.-LA COMPETENCIA
Después de la luna de miel, el segundo y el tercer años del matrimonio se caracterizan por la rivalidad entre la esposa y el marido.“Durante el segundo y el tercer años de la relación, es evidente la competencia profesional y económica. Ambos luchan por demostrar quién es el más fuerte, el más solvente, el más preparado, pero no hay un proyecto de vida común”,
3.-EL DESENCANTO
Entre el tercero y el quinto años, los contrayentes suelen experimentar una desilusión de la vida marital. “Es en esta etapa cuando se dan cuenta de que el matrimonio no es el cuento de hadas con el que soñaron”.
Muchos jóvenes, “se dan cuenta de que la vida no es el pastel y el oropel de la ceremonia, y se enfrentan con toda su crudeza al convivir cotidiano: a los orines que el marido deja en la taza del baño o a los ronquidos de la señora.”
4.-LA INDIFERENCIA
Todo este cúmulo de estrés, desgano y decepción hace crisis cuando el matrimonio cumple entre seis y ocho años. “Estalla como olla de presión” Es
entonces cuando la mujer comienza a salir más con las amigas; es cuando
las señoras se buscan cursos de veinte cosas “con tal de no estar en la
casa”.Al esposo, por su parte, le surgen horarios extralargos en el trabajo, ya que debe salir a las siete de la mañana y regresa a casa hasta las once de la noche. “Lo que vemos en este periodo es que las parejas se dan cuenta de que el matrimonio no es lo que esperaban y buscan maneras de distraerse. Las discusiones se tornan más frecuentes, sobrevienen los insultos y, en ocasiones, la violencia”.
5.-LOS HIJOS.
Generalmente, al llegar al séptimo aniversario de la boda, la mayoría de los matrimonios tiene por lo menos un hijo, ambos tienden a ocupar la mayor parte de su tiempo en la atención de los menores, y los encuentros a solas se reducen al mínimo.
6.-LA INFIDELIDAD
Es alrededor de los siete años de vida en pareja cuando la mayoría de las
personas sucumben, por primera vez, a la tentación de involucrarse en
relaciones extramaritales, la decepción que deja una convivencia mal encaminada, la frecuencia de las discusiones, la escasez de actividades conjuntas y la distracción que implica el cuidado de los hijos propician que la pareja deje de ser la primera opción.
7.-LA SEPARACIÓN.
El punto más crítico de la debacle matrimonial es cuando alguno de los involucrados decide separarse. De acuerdo con los especialistas consultados, la relativa juventud y la independencia económica con las que cuentan las parejas en ese momento juega en favor de la ruptura. No obstante, apuntan, estadísticamente está comprobado que quienes superan esta etapa tienen grandes posibilidades de llevar una vida marital plena,
por lo menos hasta que sobreviene la segunda gran crisis: cuando los hijos crecen y se van.
Última edición por SIL. el Jue 12 Mar 2009, 17:30, editado 2 veces