Alrededor de un 20% de los matrimoniosafectados por la infidelidad virtual terminan en separación o divorcio. Y más alarmante aun, de acuerdo con un estudio llevado a cabo en 2004, en casi un 40% de los casos, los affairs cibernéticos generan encuentros íntimos en la vida real. Es evidente que estos encuentros en el ciberespacio no son un pasatiempo ni un juego inocente; por el contrario, tienen consecuencias reales.
SEÑALES DE PELIGRO:
Estas son las señales que podrían
indicar un problema. Por supuesto, nunca se debe llegar a conclusiones
sin tener toda la evidencia y sin dialogar francamente con la pareja.
● Cambia su hora de dormir. Duerme muy tarde o se despierta más temprano de lo acostumbrado o necesario.
● Exige privacidad. Sobre todo, cuando está en la computadora. Cambia la clave y la mantiene en secreto.
●
Ignora sus deberes. El deja de atender el jardín y ella pasa menos
tiempo con los niños a la hora de dormir. Es que Internet consume su
tiempo...
● Miente. Dice, pero solo para apaciguar a su pareja, que pasará menos tiempo en línea, pero todo queda en la buena intención.
● Sufre un cambio de personalidad. Si era alegre, de repente se nota seria, reservada; si era cálido y jovial, ahora es frío.
●
Pierde interés en el sexo. Cuando una persona pierde interés en las
relaciones sexuales con la pareja, existe la posibilidad de que tenga
un affair cibernético, ya sea en persona o solamente virtual. Pero...
ojo: la inapetencia sexual puede responder a muchos otros factores,
desde el estrés hasta el cansancio físico o una enfermedad.
●
Invierte cada vez menos tiempo y emociones en su pareja. Echa a un lado
los rituales de pareja, como compartir un baño de espuma o conversar
después de la cena. Esto podría deberse a que otra persona la está
‘llenando’ en el plano emocional.
[b]Para escapar de la red
Cuando
la pareja enfrenta la posibilidad o la realidad de un affair en línea,
debe comenzar por comprender que el ‘culpable’ no es la computadora ni
la nueva tecnología. La realidad es que los problemas que ya existían
en la relación la fueron minando hasta llegar al punto en que uno de
los miembros intentó llenar ese vacío interior con un tercero. Es por
eso que no basta con hacerse promesas de ‘nunca más’. Esta situación
debe tratarse con la seriedad que merece cualquier crisis en la pareja.
En estos casos, se recomienda que ambos consulten con un consejero
matrimonial. Este trabaja con ellos para:
● Tratar el problema
específico. Es importante determinar qué dificultades de la pareja
llevó a uno de sus miembros a buscar un tercero fuera del matrimonio.
Estos pueden ser desde la falta de romance o de comunicación, hasta la
adicción al trabajo de uno de los dos, el estrés, etc. El affair
cibernético es solo el síntoma de un problema mayor. Cuando la pareja
se comunica con la ayuda de un sicólogo o terapeuta, tiene más
probabilidades de salvar la relación.
● Sentar límites. El sicólogo
ayudará a sentar límites si la persona desea seguir navegando por
Internet o conservando relaciones en línea que incomodan a su pareja.
Hay que reconocer que hoy día, Internet es una parte de nuestras vidas,
como lo es el teléfono, por ejemplo, y no es realista vetar su uso. Por
lo mismo se debe...
● Volver a establecer la confianza en la
pareja. Con la comunicación, los límites y el respeto, es posible
escapar de la red cibernética y reconectar en la vida real.
SEÑALES DE PELIGRO:
Estas son las señales que podrían
indicar un problema. Por supuesto, nunca se debe llegar a conclusiones
sin tener toda la evidencia y sin dialogar francamente con la pareja.
● Cambia su hora de dormir. Duerme muy tarde o se despierta más temprano de lo acostumbrado o necesario.
● Exige privacidad. Sobre todo, cuando está en la computadora. Cambia la clave y la mantiene en secreto.
●
Ignora sus deberes. El deja de atender el jardín y ella pasa menos
tiempo con los niños a la hora de dormir. Es que Internet consume su
tiempo...
● Miente. Dice, pero solo para apaciguar a su pareja, que pasará menos tiempo en línea, pero todo queda en la buena intención.
● Sufre un cambio de personalidad. Si era alegre, de repente se nota seria, reservada; si era cálido y jovial, ahora es frío.
●
Pierde interés en el sexo. Cuando una persona pierde interés en las
relaciones sexuales con la pareja, existe la posibilidad de que tenga
un affair cibernético, ya sea en persona o solamente virtual. Pero...
ojo: la inapetencia sexual puede responder a muchos otros factores,
desde el estrés hasta el cansancio físico o una enfermedad.
●
Invierte cada vez menos tiempo y emociones en su pareja. Echa a un lado
los rituales de pareja, como compartir un baño de espuma o conversar
después de la cena. Esto podría deberse a que otra persona la está
‘llenando’ en el plano emocional.
[b]Para escapar de la red
Cuando
la pareja enfrenta la posibilidad o la realidad de un affair en línea,
debe comenzar por comprender que el ‘culpable’ no es la computadora ni
la nueva tecnología. La realidad es que los problemas que ya existían
en la relación la fueron minando hasta llegar al punto en que uno de
los miembros intentó llenar ese vacío interior con un tercero. Es por
eso que no basta con hacerse promesas de ‘nunca más’. Esta situación
debe tratarse con la seriedad que merece cualquier crisis en la pareja.
En estos casos, se recomienda que ambos consulten con un consejero
matrimonial. Este trabaja con ellos para:
● Tratar el problema
específico. Es importante determinar qué dificultades de la pareja
llevó a uno de sus miembros a buscar un tercero fuera del matrimonio.
Estos pueden ser desde la falta de romance o de comunicación, hasta la
adicción al trabajo de uno de los dos, el estrés, etc. El affair
cibernético es solo el síntoma de un problema mayor. Cuando la pareja
se comunica con la ayuda de un sicólogo o terapeuta, tiene más
probabilidades de salvar la relación.
● Sentar límites. El sicólogo
ayudará a sentar límites si la persona desea seguir navegando por
Internet o conservando relaciones en línea que incomodan a su pareja.
Hay que reconocer que hoy día, Internet es una parte de nuestras vidas,
como lo es el teléfono, por ejemplo, y no es realista vetar su uso. Por
lo mismo se debe...
● Volver a establecer la confianza en la
pareja. Con la comunicación, los límites y el respeto, es posible
escapar de la red cibernética y reconectar en la vida real.