Dana entró apresuradamente. Estaba llorando. Se encerró en su cuarto.
“Debe ser su primera decepción amorosa” pensó su madre.
Dana era una hermosa joven de 16 años. Con una sonrisa angelical, ojos rasgados color miel y cabello castaño quebrado, era una adolescente atractiva que tenía a su primer novio, Jorge Luis.
Mamá Chú tocó la puerta “¿Puedo pasar?”. Dana tardó unos segundos en responder “Sí”.
Abrió la puerta. Mamá Chú entró: “¿Qué tiene mi niña?”.
Dana se arrojó a sus brazos, llorando: “¡Jorge Luis me engañó! Lo vi besándose con otra. Y cuando hablamos, todo lo negó. Terminamos. No puedo perdonarlo”.
Mamá Chú le respondió: “Me imagino como te sientes, mi niña, hay otras chicas de tu edad que han pasado por lo mismo. Pero platícame ¿Qué es lo que no le puedes perdonar?”
Dana le respondió: “Estaba ilusionada con él. Pensé que había encontrado al hombre de mi vida: fiel, amoroso, sincero. Pero me ha decepcionado. Y no se que hacer para olvidarlo”.
Mamá Chú, con su experiencia de la vida, le respondió: “Dana, no tienes nada que perdonarle a Jorge Luis.
Tu pensaste que él era el hombre de tus sueños ANTES de tratarlo. Cuando lo conociste, él ya era como es: un hombre infiel. Y tú no podías saberlo, hasta en el noviazgo. La diferencia entre el hombre que imaginaste y el que REALMENTE es, eso es lo que te ha decepcionado.
Hombre que imaginabas – Hombre real = Decepción
Y todo está en tu imaginación. Tu imaginación es la que te ha decepcionado. Tu imaginación es la que te está lastimando. No él.”.
Dana respondió: “Creo que tienes razón Mamá Chú, pero aún así no se como olvidarlo. Pienso en los momentos en que Jorge Luis me decía ‘te amo’. Fue un mentiroso. Pienso en los juramentos que nos hicimos. Solo de recordar cuando estaba besándose con otra, me siento morir”.
Con una sonrisa, Mamá Chú le respondió: “Pon atención a esto: cuando imaginas tanto algo, cobra vida propia. La imagen del Jorge Luis fiel, amoroso y sincero le diste vida, alimentándola con tu imaginación. Y la imagen de Jorge Luis vive en ti cada vez que piensas en él. Aunque sea para pensar en su traición. Su imagen seguirá viva en ti, si la sigues alimentando.
Para olvidarlo, alimenta otra imagen. Piensa como será ese nuevo amor que llegará a tu vida. Reflexiona acerca de tus sueños. Aprende a tocar un instrumento. Viaja a la playa. Escala una montaña. Haz algo, lo que sea, pero la energía diaria que tienes para imaginar, dedícala a otras cosas.
Así, la imagen de Jorge Luis, relegada al olvido sin alimentarla, se hará débil y desaparecerá. Esta es la única forma de que lo olvides.”
“No será fácil Mamá Chú” –respondió Dana- “pero lo intentaré”.
Mamá Chú le dijo: “Empieza a partir de este instante ¿Cómo te gustaría que fuera tu nuevo novio?”.
“Bueno”, respondió Dana con una mirada pícara “me gustaría que fuera alto, guapo, parecido a Ricky Martin…”
Y ambas estallaron en una gran carcajada.
Dana aprendió la lección. Su imaginación le jugó una mala pasada, al suponer que había encontrado al amor de su vida antes de tratarlo. Al ver que Jorge Luis era diferente comenzó a sufrir. Mientras siga pensando en las falsas promesas y palabras de amor de Jorge Luis nunca lo olvidará.
Dedicar su imaginación, aunque sea para pensar en el hermano gemelo de Ricky Martin, hará que no le preste atención a Jorge Luis, perdiendo su recuerdo fuerza, hasta perecer en el olvido.
Y en poco tiempo, se recuperará de su dolor y estará lista para un nuevo amor.
Un abrazo para todas
“Debe ser su primera decepción amorosa” pensó su madre.
Dana era una hermosa joven de 16 años. Con una sonrisa angelical, ojos rasgados color miel y cabello castaño quebrado, era una adolescente atractiva que tenía a su primer novio, Jorge Luis.
Mamá Chú tocó la puerta “¿Puedo pasar?”. Dana tardó unos segundos en responder “Sí”.
Abrió la puerta. Mamá Chú entró: “¿Qué tiene mi niña?”.
Dana se arrojó a sus brazos, llorando: “¡Jorge Luis me engañó! Lo vi besándose con otra. Y cuando hablamos, todo lo negó. Terminamos. No puedo perdonarlo”.
Mamá Chú le respondió: “Me imagino como te sientes, mi niña, hay otras chicas de tu edad que han pasado por lo mismo. Pero platícame ¿Qué es lo que no le puedes perdonar?”
Dana le respondió: “Estaba ilusionada con él. Pensé que había encontrado al hombre de mi vida: fiel, amoroso, sincero. Pero me ha decepcionado. Y no se que hacer para olvidarlo”.
Mamá Chú, con su experiencia de la vida, le respondió: “Dana, no tienes nada que perdonarle a Jorge Luis.
Tu pensaste que él era el hombre de tus sueños ANTES de tratarlo. Cuando lo conociste, él ya era como es: un hombre infiel. Y tú no podías saberlo, hasta en el noviazgo. La diferencia entre el hombre que imaginaste y el que REALMENTE es, eso es lo que te ha decepcionado.
Hombre que imaginabas – Hombre real = Decepción
Y todo está en tu imaginación. Tu imaginación es la que te ha decepcionado. Tu imaginación es la que te está lastimando. No él.”.
Dana respondió: “Creo que tienes razón Mamá Chú, pero aún así no se como olvidarlo. Pienso en los momentos en que Jorge Luis me decía ‘te amo’. Fue un mentiroso. Pienso en los juramentos que nos hicimos. Solo de recordar cuando estaba besándose con otra, me siento morir”.
Con una sonrisa, Mamá Chú le respondió: “Pon atención a esto: cuando imaginas tanto algo, cobra vida propia. La imagen del Jorge Luis fiel, amoroso y sincero le diste vida, alimentándola con tu imaginación. Y la imagen de Jorge Luis vive en ti cada vez que piensas en él. Aunque sea para pensar en su traición. Su imagen seguirá viva en ti, si la sigues alimentando.
Para olvidarlo, alimenta otra imagen. Piensa como será ese nuevo amor que llegará a tu vida. Reflexiona acerca de tus sueños. Aprende a tocar un instrumento. Viaja a la playa. Escala una montaña. Haz algo, lo que sea, pero la energía diaria que tienes para imaginar, dedícala a otras cosas.
Así, la imagen de Jorge Luis, relegada al olvido sin alimentarla, se hará débil y desaparecerá. Esta es la única forma de que lo olvides.”
“No será fácil Mamá Chú” –respondió Dana- “pero lo intentaré”.
Mamá Chú le dijo: “Empieza a partir de este instante ¿Cómo te gustaría que fuera tu nuevo novio?”.
“Bueno”, respondió Dana con una mirada pícara “me gustaría que fuera alto, guapo, parecido a Ricky Martin…”
Y ambas estallaron en una gran carcajada.
Dana aprendió la lección. Su imaginación le jugó una mala pasada, al suponer que había encontrado al amor de su vida antes de tratarlo. Al ver que Jorge Luis era diferente comenzó a sufrir. Mientras siga pensando en las falsas promesas y palabras de amor de Jorge Luis nunca lo olvidará.
Dedicar su imaginación, aunque sea para pensar en el hermano gemelo de Ricky Martin, hará que no le preste atención a Jorge Luis, perdiendo su recuerdo fuerza, hasta perecer en el olvido.
Y en poco tiempo, se recuperará de su dolor y estará lista para un nuevo amor.
Un abrazo para todas