Hablar de sexo con ellos es un momento que se evade lo más posible, pero a la vez es una prueba de confianza. Pocos lo hacen, aunque de la información y apoyo que tus papás te den puede depender la erradicación de muchos problemas
No recuerdo cuántas veces hablé de sexo con mis amigos, fueron muchas. Siempre intercambiando experiencias, preguntándonos cosas que, obvio, no sabíamos, pero que les buscamos respuestas inmediatas que nunca fueron graves. Muchas cosas las descubrí por ellos, los libros no decían gran cosa.
En casa se hablaba de él, pero no abiertamente, siempre comentarios sueltos. Jamás cometí una tontería. Fue en secundaria donde, por obvias razones, se sabe porque se sabe. La sexualidad empieza a ser ya parte inherente a nosotros.
Comenzar la vida sexual puede ser uno de los momentos más emocionantes y también más frustrantes, pues la poca información al respecto posibilita problemas con fácil o difícil solución. Desde pequeños, comenzamos a tener al alcance información referente al sexo o la sexualidad, ya sea en libros de la escuela, revistas, televisión, etcétera.
Cuando crecemos nos damos cuenta de que no sabemos nada y si hay algún interés, hacemos lo posible por saber, aunque no siempre se acuden a las fuentes correctas o más fidedignas. Dicen que no hay nada mejor que hablar con los padres. ¿Qué?, ¿cómo hacerlo? Seguro se imaginarán cosas, además hay que reconocer que muchos de ellos no están del todo abiertos y nosotros preferimos acudir a otras personas.
No cabe duda que de una buena información depende mucho nuestro futuro; un gran número de los casos de embarazo no deseado (por citar un ejemplo) son porque no se sabe sobre protección o, por lo menos, no lo suficiente. La información básica ha existido siempre, pero a veces se es inmaduro y no se toma en cuenta. Ahora hay infinidad de fuentes, campañas en televisión, radio, Internet y muchos lugares a los que se pueden acudir.
Pero, ¿tú hablaste o sigues hablando con tus padres sobre sexo? Tva.com.mx entrevistó a algunos lectores sobre la importancia de hacerlo.
Daniel comenta: “Sí, hablé cuando era adolescente, lo sigo haciendo, pero no como antes. Es importante, pero depende de la confianza que haya con la persona, no importa quién sea, aunque lo ideal es que sean los padres. Es clave en nuestra vida, ya que son cosas importantes y mientras esté uno más informado, menos riesgo puede tener”.
Mayrén dice: “Yo no hablo con ellos y es por gusto. No me late hablar del tema, lo evado. Considero que estos temas deben comentarse con personas a las que les tengamos confianza y que nos puedan aportar comentarios útiles y favorables, no necesariamente tus padres. Creo que las personas responsables de su sexualidad obtienen información según sus necesidades. Los padres pueden reafirmar tu confianza en este ámbito, pero depende de que tan abiertos sean. Creo que más allá de las enfermedades sexuales, los adultos deben enfocarse en las cosas buenas y malas del sexo, es decir, más allá de sólo hacer notar los riesgos, como comúnmente se hace en la escuela, creo que es bueno hablar de los sentimientos de pareja, del disfrute sensorial al que nos conduce el sexo y de la inteligencia emocional”.
Pablo afirma: “Mi mamá nos ha enseñado a no tenerle miedo a nada, lo vemos como un tema abierto. Es importante que ellos orienten, son los indicados para resolver las dudas. Sobre los temas más importantes creo que todos lo son, pero el de la protección es clave”.
Muchos ya pasamos por diversas etapas, sabemos qué es bueno y qué no, tenemos conocimiento sobre algunos temas, pero desconocemos otros, lo peor es que incluso nuestros padres desconocen algunos, pues hay muchos temas de los que antes no se hablaba mucho. Por tal motivo, creo que nos toca “el paquete” de acudir a donde hay información y, por qué no, difundirla.
Y tú, ¿hablaste de sexo con tus padres?, ¿lo sigues haciendo?, ¿crees que sea importante?
¿Qué opinas?
Por Héctor Ledezma