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90 días: El camino hacia la no dependencia

2 participantes

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Martha.

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staff del foro
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90 días: El camino hacia la no dependencia 20140907_071435
Yo solía buscar constantemente validación en los demás. Era como vivir en un cráter de infelicidad. Dependía de lo que otros pensaban de mí y ello me mantenía enganchada un círculo de codependencia, disfunción y relaciones que ya no eran saludables. La disfunción radicaba en forzarlas a que funcionaran cuando ya no daban más. La manera saludable de relacionarse con los demás es a través de nuestro sentido de plenitud: somos seres completos y los demás también. Así nos relacionamos de manera interdependiente.

Con la autora Melodie Beattie aprendí que hay un paso intermedio entre la codependencia y la interdependencia: la no dependencia. Primero hay que desaprender la dependencia enfermiza en los demás en todos los aspectos de nuestras vidas para luego entender cómo nos apoyamos mutuamente de maneras saludables, respetando la integridad y el sentido de completitud de nosotras mismas y de los demás. Por ahí ando, explorando el camino medio de la no dependencia. Conociéndome y re-conociéndome a mí misma. Abrazando mi humanidad.

“Yo quería que alguien más me creciera a mí”, me dijo una mujer, y me miré en su espejo. Y eso no es posible. Aprendemos a crecer nosotras mismas con la ayuda del cosmos entero, oraciones, pensamientos positivos y quizás asistencia temporera. Cultivamos el hábito de pedir lo que queremos directamente de la Fuente que nos insufló vida, nos hace respirar y hace latir nuestro corazón sin descanso. El concepto de la no dependencia es una paradoja.  Dejamos de tener esperanza en las cosas, lugares o personas fuera de nosotras, para confiar totalmente en Aquello que existe en nuestro interior. Es la contradicción de entender que no podemos inyectarnos la sustancia de vida nosotras mismas, dependemos de la Inteligencia que creó todo y que también Vive y Es en nosotros. Mas en esa entrega absoluta a un Poder Interior y Superior a nuestro ego sufrido hecho giñapo existe la plenitud de nuestra humanidad sin las ataduras codependientes y dolorosas. Esa conexión es directa, nadie más puede entrar ahí. Somos Dios y yo, y vamos solas, porque como dijo Santa Teresa de Ávila: Sólo Dios basta.

La solución a la disfunción y codependencia, a ser adicta a la aprobación de los demás, es aprender a amarme a mí misma incondicionalmente: como la Vida me ama. Mi corazón sigue latiendo y sigo recibiendo oxígeno sin importar los momentos amargos que he tenido, las equivocaciones que he cometido, y los desamores y rechazos registrados en mi sistema nervioso. Mi valor es inherente, es el valor de la Vida misma que late en mí y Soy Yo. Puedo dejar ir las creencias aprendidas de que hay algo intrínsecamente equivocado con mi humanidad.

A través de las enseñanzas de Louise Hay, entendí que que el Universo apoya mi diálogo interior. Observé mis pensamientos acerca de mí misma y mi conversación interior. Gran parte de mi diálogo diario consistía en recordar todo lo que había ido mal en mi vida pasada. Mi mente intentaba constantemente cambiar el pasado y para ello repetía los mensajes negativos grabados en mi cerebro: “Soy torpe, tonta, codependiente, vaga”. Eran conceptos falsos sobre mí misma y creerlos a un nivel subconsciente me hacía sufrir. Peor aún, estas creencias se reflejaban en mi mundo exterior a través de mis relaciones interpersonales. Encontraba personas que pensaban esas cosas de mí y me las decían. Comencé el proceso de cambiar la conversación conmigo misma.

Los mensajes sobre nosotras mismas fueron grabados en nuestra niñez. Si rompimos un plato y escuchamos  que éramos torpes y no hacíamos nada bien, ¿qué ocurrirá si rompemos algo en el momento presente? ¿Cuál sería el mensaje automático en nuestra cabeza? Aprendí con la terapeuta y psicóloga Rita Witt que lo que creemos de nosotras mismas se convierte en nuestra realidad. Si creemos que somos torpes, nos volvemos torpes. Con ella tomé el curso “Grupo de Terapia para Sobrevivientes”, el cual me ayudó a mirar mis patrones pasados con más detenimiento para dejarlos ir y vivir con un nuevo paradigma.

La terapeuta también nos enseñó a crear nuevas grabaciones en nuestra cabeza. Una manera efectiva de descubrir las creencias que guarda nuestra niña interior es a través de la escritura. Rita nos dio un lápiz de madera enorme con hojas de papel de líneas entrecortadas, parecidos a las herramientas que utilizamos en kindergarten para aprender a escribir. Agarramos el lápiz con nuestra mano no dominante y escuchamos lo que quería salir.

womanhandonheartSi pensaba, “Estás gorda”, me invitaba a afirmar: “Amo y acepto mi cuerpo”. Si creía, “Soy tonta”, podía cambiarlo por “Soy sabia y capaz”. Si me latigaba pensando, “¡No puedo hacer nada bien!”, recordaba: “Siempre hago lo mejor que puedo con el conocimiento que tengo”. Aprendí que cometer errores no significaba que yo era un error. Implicaba que era humana y que ser humana se trata de equivocarse y crecer en el proceso.

Como parte de su curso, comencé a consolar a mi niña interior cada vez que recordaba un episodio difícil, y aprovechaba el momento para crear una grabación nueva. Si me equivocaba o rompía algo y sentía a mi niña interior aterrada, esperando un regaño, le decía: “Siento mucho lo que ocurrió en el pasado. Siento mucho los mensajes que recibiste. Lo siento por las veces en las que hiciste lo mejor que pudiste y aún así escuchaste que no era suficiente. Lo siento por las veces que alguien se rió de ti porque eras diferente. Lo siento por las veces en las que sentiste que no importabas o incluso sentiste que no merecías amor. El Poder que te dio vida te creó perfecta y completa. Eres un ser maravilloso y mereces amor y felicidad. Reconozco el dolor que sentiste. Ahora deja ir a aquellos que te han herido y descansa en la verdad de que lo que alguien más te hizo no fue culpa tuya. Eres amada: reclama tu felicidad”.

Comencé a tratarme mejor y a cuidar más de mí. En medio de ese proceso, escuché que mi ciclo laboral terminaría pronto. Rita me invitó a pensar que merecía un trabajo en el que pudiera cuidar de mí misma. Pronto apareció la oportunidad de mudarme a California para practicar con la comunidad de Deer Park Monastery en la tradición zen de Thich Nhat Hanh, quien enfatiza la importancia de cuidar de nuestro cuerpo, pensamientos y hábitos. Aún no tenía trabajo nuevo, más sin embargo, la psicóloga me aseguró: “Yo creo que cuando cuidamos de nosotras mismas, el Universo nos apoya”. Me ayudó a creer que aparecerían las herramientas necesarias para llevar a cabo mi transición de vida. Cuando comencé a pensar de esa manera, mi vida comenzó a cambiar.

El camino hacia la no dependencia puede parecer solitario. Al no depender de las opiniones de otros, ello puede significar no pertenecer a los “cliques” o grupitos donde alguien más tiene el control, donde alguien más decide si una pertenece o no. Una ya no se siente obligada a seguir la corriente cuando verdaderamente quiere hacer otra cosa. Implica andar sola por la vida escuchando únicamente el rugido de la leona en nuestra conciencia, la que se sabe libre y quiere romper el ciclo de depender de las manipulaciones o confusión de los demás. Supone quizás aguantar el rechazo que quema debajo de la piel, desde las terminaciones nerviosas hasta el centro de nuestra humanidad. Requiere, quizás, enfrentar el miedo de que no vamos a sobrevivir, el temor a morir, y andar por el bosque tétrico de nuestros espantos. Contiene, además, la lección de vivir un día a la vez: hoy tengo suficiente aire para respirar, la comida necesaria en mi nevera, un lugar acogedor para dormir, mis cuentas están al día. La libertad cuesta, pero vale cada centavo vivir en ella.


Autora: Yaisha Vargas/crónica publicada el domingo 31 de mayo de 2015 en el diario puertorriqueño “El Nuevo Día”.

290 días: El camino hacia la no dependencia Empty felicidades Mar 11 Ago 2015, 16:59

yany25


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guau esta súper el tema me gusto muchísimo ojala lo pueda aplicar a mi misma .

mil gracias

90 días: El camino hacia la no dependencia 659829

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