Encontrar el camino de la vida en tu vida es hallar el corazón de los sueños palpitando desde el fondo del alma. Encontrar una vía, una posible realización de ser uno con el afán, es acercarse a Dios a través de una acción que modificará tu vida y la de los demás.
Todos tenemos ideales y sueños en nuestro espíritu, hemos llegado al mundo con ellos, solo que el mismo sistema de vida actual nos condiciona de tal forma que los sueños muchas veces quedan relegados al arcón de los recuerdos, pues el ritmo de vida imperante en la sociedad actual productiva y materialista nos quita parte del sueño y el ideal. Se nos venden ideas de éxito a las que no podemos más que aceptar si queremos vivir en una sociedad como la nuestra.
Pero siempre hay una puerta abierta, un resquicio de luz se filtra desde los nubarrones del destino incierto en que a veces nos encontramos. Un llamado del alma y una respuesta del corazón. Muchas son las personas que se encuentran de cara a la vida con muchas preguntas y muy pocas respuestas: ¿qué hacer de mi vida? ¿cuál es mi misión? ¿adónde voy? ¿para qué vine a este mundo?…
A veces buscamos las respuestas en lugares equivocados, las buscamos en los rostros de la gente, de la familia, de los amigos, de los personajes de televisión, en la historia y algunos se atreven a soñar y no dejan de hacerlo, buscamos respuestas en las voces autorizadas de personas que quieren nuestro bien, y no está mal oírlas, solo que debes saber algo: Dios ha puesto en tu corazón la respuesta a muchas inquietudes.
Seguro tendrás aficiones y aptitudes para muchas cosas, pero habrá algunas que las harás maravillosamente bien, cuando las haces, las personas que te rodean quedan por un momento encantadas de verte o de percibir tus acciones, tus logros, tu natural don. Habrá quienes digan: "es muy lindo lo que dice o hace, pero eso no produce dinero, ni mantiene un hogar" "no tiene futuro". ¡ No le creas ! Porque allí está tu don, tu virtud y tus sueños desplegando sus alitas. Allí está naciendo el camino de tu vida, la misión que deberás llevar a cabo. Si le haces caso y sopesas con la razón y la lógica aprendida estarás acordando con el resto de las personas una misión impuesta y adquirida, si eso no es tu sueño y tu voluntad, podrás hacerlo bien, pero allí no está tu misión.
Si todos tienen un don, una virtud celeste en su interior, es posible llevarla a la realidad. Dios no te pondrá misiones que no podrás cumplir, por muy costosas que sean, por muy largas que parezcan, en algún momento se cumplirán, en algún tiempo te darán sus frutos y podrás compartir con tus seres queridos y con aquellos que en tí confiaron, un momento de felicidad, los laureles de la victoria que solo logra el que confió y supo hacer su camino con sus pasos, no esperó que primero se trazara el sendero, lo hizo.
Haz de tu vocación, tu profesión. Haz de tu imaginación, tu máquina de crear, haz de tu vida, la luz del camino y haz el camino al mover tus pasos hacia la plenitud. Dios no espera que sepas copiarte bien de los demás, si lo deseas puedes hacer lo mismo que hizo aquel prócer, artista, navegante o profesor, pero mejóralo, re-crealo, hazlo nuevamente y en lo posible, en la genuinidad de tu vida haz algo nuevo.
¡ Vive tus sueños ! No te dejes vencer. Ámate y déjate amar. Derrama amor en lo que haces y pronto surgirá en tí el espíritu que Dios selló en tu corazón, se te abrirán las puertas del éxito y tu vida será un faro para otros que no encuentran el sentido del destino, serás un foco de luz que brilla en la oscuridad.