Índice
El noviazgo siempre es un torbellino. Él es guapo, encantador, seguro. Sus cartas de amor están llenas de anhelo. El halago fluye. Eres inteligente. Hermosa. Eres su amor ideal.
Maestro de los grandes gestos, te lleva volando en románticos fines de semana. En medio del Atlántico, saca un pequeño regalo para ti, mientras la camarera llena tu vaso con vino.
Tu no tienes ni idea de que él es un psicópata: profundamente narcisista, desprovisto de sentimiento verdadero, un depredador romántico. ¿Por qué a ti? Él es el hombre de tus sueños.
Él podría ser "ella". El trastorno ha sido estudiado más en hombres, pero los psiquiatras creen que los psicópatas femeninos son igualmente frecuentes, dice el doctor Robert Hare, autor de Sin Consciencia: El Inquietante Mundo de los Psicópatas entre Nosotros, y otros libros. Un profesor retirado de psicología de la British Columbia, es considerado un experto mundial en dicha condición. Ha estudiado al psicópata que vive en la puerta de al lado, al que duerme en tu cama, al que trabaja en el cubículo adyacente al tuyo.
La sociedad sólo señala los casos extremos de comportamiento psicopático, los casos criminalmente violentos, los Paul Bernardos, los Charles Mansons, los Hannibal Lecters de la ficción.
Pero hay una variedad digna de un jardín. En su libro del año 2005, El Vecino Sociópata (The Sociopath Next Door)], la Doctora Martha Stout escribe que este "incorregible desfiguramiento del carácter" ahora "se piensa que está presente en el 4% de la población - es decir, una de cada 25 personas".
Comparando, el muy publicitado desorden de la anorexia, considerado un problema social significativo, es estimado en 3.43 por ciento.
El psicópata no es consciente de su condición, por supuesto. Él no es un criminal. Él es carismático, locuaz, inteligente. Él piensa que es maravilloso.
Tus amigos son encantadores, también. Qué alma sensitiva, dicen. Qué intuitivo. Qué ambicioso. Él posee todas las características más admiradas en la gente.
Estás totalmente conquistada. "No somos la norma", podría decir él. Ustedes dos son el tipo especial de gente, murmura él. Propone casamiento. Quizás se pone de rodillas en la playa en Bermuda, un anillo de diamante en su bolsillo, como un guijarro. Es como una escena de una película.
Y sí, seguramente, tal vez escuchas una pequeña voz de advertencia en tu cabeza -de que este tipo es demasiado, de que él es demasiado suave- pero lo ignoras, porque, bueno, tu eres probablemente muy joven. Te está faltando autoestima, insegura, recién salida de una relación quizás, o recién llegada a una ciudad con la que no estás familiarizada, o eres una madre soltera.
Eres vulnerable de algún modo. Y, en alguna parte dentro de ti, crees que mereces esto, que eres especial. Él está al mando, como un hombre de verdad, te imaginas. Sabe lo que quiere. Hará que tu vida sea maravillosa. Lo cual es sexy. Nadie te ha amado así antes. Es como una droga.
Tu llevas la intoxicación como un secreto. Te sostiene. A decir verdad, lo lamentas por la gente que no logra experimentar este nivel de pasión.
Después de todo, piensas, así es como debería ser el romance -abrumador, innegable, grande.
Es solamente después, cuando en el matrimonio o en la rutina diaria de una relación, notas que las cosas no están del todo bien. Él culpa a otros por los problemas que encuentra. Derrocha mucho dinero, inclusive cuando la familia tiene problemas financieros.
Quizás toma y deja empleos. Si tiene problemas en el trabajo, acerca de cuestiones que él reclama como gastos, culpa al contador. Si su contrato no es renovado por no hacer el trabajo para el cual fue contratado, él sugiere que el tipo que lo empleó estaba confundido sobre lo que él dijo acerca de sus habilidades. El jefe era un estúpido, según él.
Juega con la gente y el sistema, y nunca se hace responsable de sus acciones. Miente. Es altamente manipulativo y propenso a estallar de enojo.
También descubres cuán crítico es con respecto a ti. El torrente verbal abusivo es tan fluido como alguna vez lo fue con la adulación.
Empiezas a creer que algo no anda bien en ti. Piensas: si estoy mas delgada, o si me visto mejor, él me amará otra vez. Tal vez dibujas en tu diario una imagen de ti misma con un gran agujero en el medio. Te sientes completamente sola.
Lees montañas de libros de auto-ayuda, acerca del enojo, acerca del amor, el miedo, sobre como hacer que tu matrimonio funcione. Te sientes confundida. ¿Por qué él dijo eso? ¿Por qué hizo eso? ¿Qué he hecho para hacerlo enojar tanto?
Si mencionas tu angustia a tus amigos, y el hecho de que estás considerando el divorcio, todos dicen: "Oh, si tu le dejas, tendrá una nueva relación en un minuto. Él es un gran muchacho". Para ellos, lo es, por supuesto. Los psiquiatras llaman a esto "dirección de impresión".
Lo que debes hacer es leer el libro de Harvey Checkley, The Mask Of Sanity (La Máscara de la Cordura), escrito en 1955 y aún considerado un texto fundamental sobre el síndrome. Todo empezará a tener sentido. Te impresionará. Te consideras inteligente, y aún así no has notado esto. Tu compañero era un psicópata de libro, y no lo viste. Pensabas que él era el amor de tu vida.
El Doctor Hares no está de acuerdo con la Doctora Stout acerca del 4 por ciento de la población como portadora del síndrome. Usando PCL-R (o la lista de comprobación de psicpatía, revisada), una medida precisa del espectro de comportamientos que juntos permiten un diagnóstico médico de una personalidad psicopática, él dice que la prevalencia es más como el 1 por ciento de la población general.
"Si uno es o no psicópata depende de cuántas de estas características tiene uno", explica. Pero a la vez admite: "Una persona podría no tener necesariamente todas ellas para ser un problema real en una relación."
El psicópata es un parásito, esperando obtener algo de ti -sexo, dinero, estabilidad o estatus, dice el Doctor Hare. "La gente tiene puntos débiles, vulnerabilidades, y botones que pueden ser presionados, y estos psicópatas buscan los botones para presionar".
Aquí viene -sin embargo- la parte buena. Podría ser difícil deshacerse de él (encenderá el encanto otra vez cuando percibe que podrías irte; él hará lo que pueda para manipularte para que te quedes), pero cuando te enfrentas a esta intimidación emocional y te liberas, puedes estar segura de una cosa. El rápidamente se irá. Te reemplazará rápidamente. No pensará más en ti y se volverá el problema de alguna otra persona.
Maestro de los grandes gestos, te lleva volando en románticos fines de semana. En medio del Atlántico, saca un pequeño regalo para ti, mientras la camarera llena tu vaso con vino.
Tu no tienes ni idea de que él es un psicópata: profundamente narcisista, desprovisto de sentimiento verdadero, un depredador romántico. ¿Por qué a ti? Él es el hombre de tus sueños.
Él podría ser "ella". El trastorno ha sido estudiado más en hombres, pero los psiquiatras creen que los psicópatas femeninos son igualmente frecuentes, dice el doctor Robert Hare, autor de Sin Consciencia: El Inquietante Mundo de los Psicópatas entre Nosotros, y otros libros. Un profesor retirado de psicología de la British Columbia, es considerado un experto mundial en dicha condición. Ha estudiado al psicópata que vive en la puerta de al lado, al que duerme en tu cama, al que trabaja en el cubículo adyacente al tuyo.
La sociedad sólo señala los casos extremos de comportamiento psicopático, los casos criminalmente violentos, los Paul Bernardos, los Charles Mansons, los Hannibal Lecters de la ficción.
Pero hay una variedad digna de un jardín. En su libro del año 2005, El Vecino Sociópata (The Sociopath Next Door)], la Doctora Martha Stout escribe que este "incorregible desfiguramiento del carácter" ahora "se piensa que está presente en el 4% de la población - es decir, una de cada 25 personas".
Comparando, el muy publicitado desorden de la anorexia, considerado un problema social significativo, es estimado en 3.43 por ciento.
El psicópata no es consciente de su condición, por supuesto. Él no es un criminal. Él es carismático, locuaz, inteligente. Él piensa que es maravilloso.
Tus amigos son encantadores, también. Qué alma sensitiva, dicen. Qué intuitivo. Qué ambicioso. Él posee todas las características más admiradas en la gente.
Estás totalmente conquistada. "No somos la norma", podría decir él. Ustedes dos son el tipo especial de gente, murmura él. Propone casamiento. Quizás se pone de rodillas en la playa en Bermuda, un anillo de diamante en su bolsillo, como un guijarro. Es como una escena de una película.
Y sí, seguramente, tal vez escuchas una pequeña voz de advertencia en tu cabeza -de que este tipo es demasiado, de que él es demasiado suave- pero lo ignoras, porque, bueno, tu eres probablemente muy joven. Te está faltando autoestima, insegura, recién salida de una relación quizás, o recién llegada a una ciudad con la que no estás familiarizada, o eres una madre soltera.
Eres vulnerable de algún modo. Y, en alguna parte dentro de ti, crees que mereces esto, que eres especial. Él está al mando, como un hombre de verdad, te imaginas. Sabe lo que quiere. Hará que tu vida sea maravillosa. Lo cual es sexy. Nadie te ha amado así antes. Es como una droga.
Tu llevas la intoxicación como un secreto. Te sostiene. A decir verdad, lo lamentas por la gente que no logra experimentar este nivel de pasión.
Después de todo, piensas, así es como debería ser el romance -abrumador, innegable, grande.
Es solamente después, cuando en el matrimonio o en la rutina diaria de una relación, notas que las cosas no están del todo bien. Él culpa a otros por los problemas que encuentra. Derrocha mucho dinero, inclusive cuando la familia tiene problemas financieros.
Quizás toma y deja empleos. Si tiene problemas en el trabajo, acerca de cuestiones que él reclama como gastos, culpa al contador. Si su contrato no es renovado por no hacer el trabajo para el cual fue contratado, él sugiere que el tipo que lo empleó estaba confundido sobre lo que él dijo acerca de sus habilidades. El jefe era un estúpido, según él.
Juega con la gente y el sistema, y nunca se hace responsable de sus acciones. Miente. Es altamente manipulativo y propenso a estallar de enojo.
También descubres cuán crítico es con respecto a ti. El torrente verbal abusivo es tan fluido como alguna vez lo fue con la adulación.
Empiezas a creer que algo no anda bien en ti. Piensas: si estoy mas delgada, o si me visto mejor, él me amará otra vez. Tal vez dibujas en tu diario una imagen de ti misma con un gran agujero en el medio. Te sientes completamente sola.
Lees montañas de libros de auto-ayuda, acerca del enojo, acerca del amor, el miedo, sobre como hacer que tu matrimonio funcione. Te sientes confundida. ¿Por qué él dijo eso? ¿Por qué hizo eso? ¿Qué he hecho para hacerlo enojar tanto?
Si mencionas tu angustia a tus amigos, y el hecho de que estás considerando el divorcio, todos dicen: "Oh, si tu le dejas, tendrá una nueva relación en un minuto. Él es un gran muchacho". Para ellos, lo es, por supuesto. Los psiquiatras llaman a esto "dirección de impresión".
Lo que debes hacer es leer el libro de Harvey Checkley, The Mask Of Sanity (La Máscara de la Cordura), escrito en 1955 y aún considerado un texto fundamental sobre el síndrome. Todo empezará a tener sentido. Te impresionará. Te consideras inteligente, y aún así no has notado esto. Tu compañero era un psicópata de libro, y no lo viste. Pensabas que él era el amor de tu vida.
El Doctor Hares no está de acuerdo con la Doctora Stout acerca del 4 por ciento de la población como portadora del síndrome. Usando PCL-R (o la lista de comprobación de psicpatía, revisada), una medida precisa del espectro de comportamientos que juntos permiten un diagnóstico médico de una personalidad psicopática, él dice que la prevalencia es más como el 1 por ciento de la población general.
"Si uno es o no psicópata depende de cuántas de estas características tiene uno", explica. Pero a la vez admite: "Una persona podría no tener necesariamente todas ellas para ser un problema real en una relación."
El psicópata es un parásito, esperando obtener algo de ti -sexo, dinero, estabilidad o estatus, dice el Doctor Hare. "La gente tiene puntos débiles, vulnerabilidades, y botones que pueden ser presionados, y estos psicópatas buscan los botones para presionar".
Aquí viene -sin embargo- la parte buena. Podría ser difícil deshacerse de él (encenderá el encanto otra vez cuando percibe que podrías irte; él hará lo que pueda para manipularte para que te quedes), pero cuando te enfrentas a esta intimidación emocional y te liberas, puedes estar segura de una cosa. El rápidamente se irá. Te reemplazará rápidamente. No pensará más en ti y se volverá el problema de alguna otra persona.
