Es llamativa la cantidad de consultas que recibo, y no solo de mujeres, contándome que sus parejas les cuestionan mucho de lo que hacen o no aceptan su forma de ser y quieren que modifiquen sus conductas.
Al principio, este pedido de cambio es sutil y solo sobre temas menores. Luego, va perdiendo la “sutileza” y las exigencias se vuelven cada vez mayores. Con el correr de los meses (incluso, de los años), la persona cuestionada siente que se va “despersonalizando”, ya no se reconoce y puede llegar al punto de no tener la libertad que querría para tomar decisiones propias sobre su vida (tanto con respecto a hechos primordiales como a temas secundarios).
Si esto te está sucediendo: ¡ALERTA ROJA!
Tu estilo, tu forma de vestirte o de hablar, tus puntos de vista y tus intereses son tu sello distintivo y así te han conocido y aceptado en primer término. Entonces, separemos los tantos: una cosa es un pedido mínimo o algo lógico (por ejemplo, si fumas y tu pareja no, es una buena idea aceptar no fumar dentro de tu hogar). Pero si siempre te has teñido el cabello de rubio y ahora tu novio/marido (que te eligió con ese color de pelo) te critica o de mal modo te dice que te queda mal, ten en cuenta que ceder en este punto implicará comenzar a regalarle parte de tu territorio… y el otro seguirá avanzando en desmedro de tu propia integridad.
Cuando nos hallamos en una situación así, estamos hablando de una dinámica entre dos personas: una que quiere dominar, manipular, mandar.
¿Y qué suele haber del otro lado? (O sea, del tuyo):
– una persona con baja autoestima
– alguien que busca (desesperadamente) la aprobación de los demás, a cualquier costo
– un ser que probablemente ha aceptado a quien se le acercó, sin mayores miramientos, porque quiere estar acompañado de cualquier forma, aunque le traiga más dolor que alegrías
O sea, ¿estoy queriendo decir que tú, por tener algunos temas no resueltos o inseguridades, tienes responsabilidad en lo que está sucediendo?
POR SUPUESTO
No eres responsable de cómo reacciona o de qué te dice quien tienes a tu lado, sí de que lo aceptes, de que trates de cambiar para agradarle, de que des lugar a pedidos ilógicos o que te incomodan para que no se enoje o no te deje.
Realizar cambios porque uno quiere, porque se han modificado situaciones o porque, con el transcurso del tiempo, van apareciendo prioridades diferentes es excelente. Si has tenido un bebé y quieres dejar de trabajar un tiempo ya que tu situación económica te lo permite, ¡adelante!, pero si te conocieron siendo una persona muy activa y te piden que dejes de trabajar (suelen sumarse desvalorizaciones como que ganas poco o que el trabajo de ellos es más importante que el tuyo), después se suma la “sugerencia” que no hagas tal o cual actividad y luego, que no veas a tal amiga o familiar por cualquier razón, nuevamente, presta atención a esta ALERTA ROJA.
Habitualmente, sostengo que los primeros tiempos de un vínculo son para conocerse y uno tiene la libertad absoluta de decidir si seguir adelante con la relación o no, según las características que va descubriendo en la otra persona.
Por el contrario, si ya hace mucho que vienes tolerando algo así y no sabes cómo manejarlo, el día que quieras puedes ponerle un STOP: decir NO siempre es una opción que puede ayudarte a comenzar a transitar el camino hacia tu centro, para que encuentres tu equilibrio interior nuevamente.
¿Cómo reaccionas cuando alguien intenta cambiarte?
Blog Mejora Emocional
Al principio, este pedido de cambio es sutil y solo sobre temas menores. Luego, va perdiendo la “sutileza” y las exigencias se vuelven cada vez mayores. Con el correr de los meses (incluso, de los años), la persona cuestionada siente que se va “despersonalizando”, ya no se reconoce y puede llegar al punto de no tener la libertad que querría para tomar decisiones propias sobre su vida (tanto con respecto a hechos primordiales como a temas secundarios).
Si esto te está sucediendo: ¡ALERTA ROJA!
Tu estilo, tu forma de vestirte o de hablar, tus puntos de vista y tus intereses son tu sello distintivo y así te han conocido y aceptado en primer término. Entonces, separemos los tantos: una cosa es un pedido mínimo o algo lógico (por ejemplo, si fumas y tu pareja no, es una buena idea aceptar no fumar dentro de tu hogar). Pero si siempre te has teñido el cabello de rubio y ahora tu novio/marido (que te eligió con ese color de pelo) te critica o de mal modo te dice que te queda mal, ten en cuenta que ceder en este punto implicará comenzar a regalarle parte de tu territorio… y el otro seguirá avanzando en desmedro de tu propia integridad.
Cuando nos hallamos en una situación así, estamos hablando de una dinámica entre dos personas: una que quiere dominar, manipular, mandar.
¿Y qué suele haber del otro lado? (O sea, del tuyo):
– una persona con baja autoestima
– alguien que busca (desesperadamente) la aprobación de los demás, a cualquier costo
– un ser que probablemente ha aceptado a quien se le acercó, sin mayores miramientos, porque quiere estar acompañado de cualquier forma, aunque le traiga más dolor que alegrías
O sea, ¿estoy queriendo decir que tú, por tener algunos temas no resueltos o inseguridades, tienes responsabilidad en lo que está sucediendo?
POR SUPUESTO
No eres responsable de cómo reacciona o de qué te dice quien tienes a tu lado, sí de que lo aceptes, de que trates de cambiar para agradarle, de que des lugar a pedidos ilógicos o que te incomodan para que no se enoje o no te deje.
Realizar cambios porque uno quiere, porque se han modificado situaciones o porque, con el transcurso del tiempo, van apareciendo prioridades diferentes es excelente. Si has tenido un bebé y quieres dejar de trabajar un tiempo ya que tu situación económica te lo permite, ¡adelante!, pero si te conocieron siendo una persona muy activa y te piden que dejes de trabajar (suelen sumarse desvalorizaciones como que ganas poco o que el trabajo de ellos es más importante que el tuyo), después se suma la “sugerencia” que no hagas tal o cual actividad y luego, que no veas a tal amiga o familiar por cualquier razón, nuevamente, presta atención a esta ALERTA ROJA.
Habitualmente, sostengo que los primeros tiempos de un vínculo son para conocerse y uno tiene la libertad absoluta de decidir si seguir adelante con la relación o no, según las características que va descubriendo en la otra persona.
Por el contrario, si ya hace mucho que vienes tolerando algo así y no sabes cómo manejarlo, el día que quieras puedes ponerle un STOP: decir NO siempre es una opción que puede ayudarte a comenzar a transitar el camino hacia tu centro, para que encuentres tu equilibrio interior nuevamente.
¿Cómo reaccionas cuando alguien intenta cambiarte?
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