Hay días en que nos sentimos fatales, las más feas, que no tenemos el valor de vernos a el espejo, nos sentimos hechas un asco, ya sea por el cuerpo o nuestra cara. Pero no hay razón para sentirte así, al levantarnos tenemos que ser una mujer nueva.
¿Qué mujer no ha pasado por eso? Todas alguna vez nos hemos sentido así. No permitas que nada ni nadie te haga sentir mal, pero para esto necesitas comenzar por ti, por valorarte, por ver en el espejo lo bella que eres. Como queremos que las personas de nuestro alrededor nos vean bellas cuando nosotras mismas nos menospreciamos.
Nos hemos enfrascado tanto las mujeres en el prototipo de las modelos de televisión o de cuando hay desfiles de modas el ver en las pasarelas a l mujer con maquillaje con peso pluma. La belleza no solo radica en un cuerpo o cara bonita. Pero déjame recordarte que no hay mujer fea. Solo que necesitamos arreglo personal en ocasiones. Ha! Pero es mejor lamentarnos que hacer algo por nosotras mismas, es mas cómodo quejarte y verte mal, que ir a un gym pos salud y porque no decir por estética.
No vivas amiga con mira aprobatoria de tu entorno. Los días en los que nos sentimos espantosas son producto de un ego. ¡Ni que fuéramos yogur con fecha de caducidad, que de un día para otro amanece con moho y echado a perder!
No permitas que tu autoestima sea tan frágil, llénate de lo positivo tu puedes. Eres un ser individual no quieras ser como la vecina o la compañera. Eres tú un ser bello único, hecho por manos de un creador Dios. Te hizo UNICA.
Amiga la verdad, pregúntate a ti misma. ¿Si tú pudieras cambiar algo de ti, realmente serias feliz? Permíteme decirte que hagas lo que hagas jamás vas a ser feliz con tu imagen mientras no te aceptes tal y como eres. Por más que nos hagamos cambios aquí o allá, lo único que nos hará sentir mejor es enriquecer nuestro interior.
¿Por qué no comenzar a querernos en serio, dándole el valor a lo verdaderamente importante? Liberarse del estrés sirve, y mucho. Tengo varias amigas que cuando se liberan de malas relaciones, de trabajos fastidiosos, de problemas, lucen mucho mejor.
Un buen comienzo es dejar de actuar como esclavas de cánones de belleza convencionales y superficiales; por eso somos despiadadas con nosotras mismas cuando algún rasgo nuestro no es compatible con las reglas establecidas. Y extrañamente sólo las aplicamos a nosotras mismas; incluso admiramos lo que otras detestan de sí mismas: un cabello extremadamente lacio, unas piernas llenas y bien torneadas, unos ojos orientales, un cabello negro azabache, un color de piel moreno bronceado…
Amiga la verdadera belleza radica en tu corazón, en los buenos sentimientos, en lo humanitario.