No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor mujer deprimida que la que se estanca en lo que se convierte su desgracia infinita. Si sientes que cada vez te hundes más en el pozo de una depresión, la solución no es levantarse: es querer hacerlo. Cómo recuperar la energía positiva y dejar de preocuparte por tonterías.
Una ruptura amorosa, los conflictos laborales o familiares y las diversas crisis emocionales que en algún momento de la vida te han tomado como su rehén, no son el fin del mundo, sino una excelente oportunidad para comenzar de nuevo, renovando energías, reorganizando tu vida y proponiéndote un plan de vida emocional que te haga sentir útil, feliz y satisfecha.
Ocho pasos concretos y fáciles para convertirte en la mujer emprendedora que siempre has querido ser.
1. Siempre debes tener un plan: Andar por la vida sin saber lo que quieres, es uno de los factores de riesgo para encender la mecha de constantes depresiones. Si preguntas como “¿cuál es mi papel en este mundo? ¿Para qué soy buena?” te bajan de nota un día normal, ahí comienza el conflicto. No te afanes si no lo deduces de inmediato: requiere de paciencia y de descubrir lo que realmente te apasiona. ¿Cómo saber lo que quieres? Busca qué es lo que más deseas en este mundo. Esto debe ir ligado con una necesidad en tu vida, para que realmente no se quede como una fantasía. Piensa en personas que admires, que puedan ser un modelo a seguir. No trates de emularlos de manera exacta: ellos serán una inspiración. También puedes pensar en quienes envidias. Estas personas también generan sentimientos positivos ya que quieres tener o ser como ellas en ciertos planos.
2. Inicio, desarrollo y desenlace del problema: Antes de seguir pensando cuán triste te vas a sentir mañana, analiza el problema con cabeza fría, sin pañuelo en mano, como si fuera una tarea de colegio que debes resolver. Piensa exactamente qué es lo que sucede, cómo te sentiste con eso, por qué crees que ocurrió y cómo lo solucionarías. Nada de autoflagelarse imponiéndose culpas o gritar al cielo que tú no te lo mereces: el punto es que ya paso y lo único que puedes hacer al respecto es avanzar. Haz un plan de acción con estos 4 pasos y te darás cuenta de que la solución a tus problemas la tienes al alcance de tu mano. Escúchate a ti misma, tú también puedes razonar mejor que nadie.
3. Distingue entre un capricho y tus verdaderas necesidades: Existen cosas que realmente son más producto de nuestra imaginación que verdaderas falencias en nuestra vida. Siempre ve por más, pero no por lo que es imposible. Una cosa es querer lograr tus metas, retarte a ti misma y superarte; otra muy diferente y errónea es portarte como una niña caprichosa: con ese comportamiento lo único que haces es alejarte de tus verdaderas responsabilidades y de aquello que realmente tiene el secreto para hacerte feliz.
4. Mantente limpia, bonita y cómoda: Quiérete a través de trucos de belleza que para nosotras las mujeres son infalibles al momento de incrementar nuestra autoestima. No te arregles como si fueras para una fiesta cada vez que vas al supermercado. La pulcritud y la sensación de bienestar de nuestro cuerpo nos producen sensaciones positivas, suben el ánimo y nos motivan a hacer cosas productivas.
5. Perdónate: Dejar atrás las metidas de pata es la única forma en que no se convertirán en un cargo de conciencia eterno. Equivocarse también nos deja grandes lecciones para crecer como personas, volvernos más fuertes y no cometer los mismos errores. Eres humana y es normal que “la embarres” de vez en cuando. Olvídate de la mujer del pasado y disfruta de la que eres en el presente.
6. Adquiere más poder: Sobre tu trabajo, sobre tus relaciones, sobre tus amistades y sobre tus responsabilidades. Si no te sientes contenta con tu vida laboral, cambia de trabajo y busca uno nuevo. Si un hombre trapea el piso contigo y no puedes hacer nada, toma el control de tus emociones y de la relación; cuando tú mandas llevas el liderazgo y no permites que hagan lo que te hace infeliz. Si te sientes fea, genera cambios posibles en tu físico y complementa con el éxito en otras áreas: no son las bonitas las que logran lo que quieren, sí las que están seguras de sí mismas. Si te hace falta un novio, sal con más personas, ten relaciones casuales y conoce gente a través de tus amigos; ve a fiestas y diviértete. Cuando la soledad te acompleje, no te encierres en tu cuarto, por el contrario encuentra espacios donde interactúes con lo que más te gusta y lo que te haga crecer emocional e intelectualmente. Si te sientes inútil, ingresa a cursos y practica nuevas habilidades. Todos son contextos en los que interactuás con más personas, te vuelves productiva, importante y tienes el poder de lo que haces, piensas y sientes.
7. Aléjate de quienes te hacen infeliz: Si alguien te lastima, te aburre, te desestabiliza tan solo con su presencia (incluso en la vida virtual), hazlo a un lado como si no existiera. Si te hace daño hablarle, llamarle, ver su Facebook o solo observalo... ¡no lo hagas! Reemplaza a esa persona por otras actividades que además de apartar tu mente de dicho individuo, te harán sentir bien y pro activa.
8. Valora tus logros: Compararte con los demás no te llevará a ningún lado si esto no te motiva a crecer sino a autocriticarte destructivamente. Las cosas buenas que hacemos o que nos suceden, son las que olvidamos más rápido porque estamos concentradas en nuestra “mala suerte”: lo negativo opaca cualquier cosa positiva que has logrado. Felicítate por tus logros, siéntete agradecida contigo misma por cada pequeña cosa que puedes llevar a cabo, incluso si es un primer paso para proyectos más grandes. Date el gusto de sentirte satisfecha por lo que cumples y por lo que tienes planificado. Quizás eres feliz, pero no lo sabes.
Ocho pasos concretos y fáciles para convertirte en la mujer emprendedora que siempre has querido ser.
1. Siempre debes tener un plan: Andar por la vida sin saber lo que quieres, es uno de los factores de riesgo para encender la mecha de constantes depresiones. Si preguntas como “¿cuál es mi papel en este mundo? ¿Para qué soy buena?” te bajan de nota un día normal, ahí comienza el conflicto. No te afanes si no lo deduces de inmediato: requiere de paciencia y de descubrir lo que realmente te apasiona. ¿Cómo saber lo que quieres? Busca qué es lo que más deseas en este mundo. Esto debe ir ligado con una necesidad en tu vida, para que realmente no se quede como una fantasía. Piensa en personas que admires, que puedan ser un modelo a seguir. No trates de emularlos de manera exacta: ellos serán una inspiración. También puedes pensar en quienes envidias. Estas personas también generan sentimientos positivos ya que quieres tener o ser como ellas en ciertos planos.
2. Inicio, desarrollo y desenlace del problema: Antes de seguir pensando cuán triste te vas a sentir mañana, analiza el problema con cabeza fría, sin pañuelo en mano, como si fuera una tarea de colegio que debes resolver. Piensa exactamente qué es lo que sucede, cómo te sentiste con eso, por qué crees que ocurrió y cómo lo solucionarías. Nada de autoflagelarse imponiéndose culpas o gritar al cielo que tú no te lo mereces: el punto es que ya paso y lo único que puedes hacer al respecto es avanzar. Haz un plan de acción con estos 4 pasos y te darás cuenta de que la solución a tus problemas la tienes al alcance de tu mano. Escúchate a ti misma, tú también puedes razonar mejor que nadie.
3. Distingue entre un capricho y tus verdaderas necesidades: Existen cosas que realmente son más producto de nuestra imaginación que verdaderas falencias en nuestra vida. Siempre ve por más, pero no por lo que es imposible. Una cosa es querer lograr tus metas, retarte a ti misma y superarte; otra muy diferente y errónea es portarte como una niña caprichosa: con ese comportamiento lo único que haces es alejarte de tus verdaderas responsabilidades y de aquello que realmente tiene el secreto para hacerte feliz.
4. Mantente limpia, bonita y cómoda: Quiérete a través de trucos de belleza que para nosotras las mujeres son infalibles al momento de incrementar nuestra autoestima. No te arregles como si fueras para una fiesta cada vez que vas al supermercado. La pulcritud y la sensación de bienestar de nuestro cuerpo nos producen sensaciones positivas, suben el ánimo y nos motivan a hacer cosas productivas.
5. Perdónate: Dejar atrás las metidas de pata es la única forma en que no se convertirán en un cargo de conciencia eterno. Equivocarse también nos deja grandes lecciones para crecer como personas, volvernos más fuertes y no cometer los mismos errores. Eres humana y es normal que “la embarres” de vez en cuando. Olvídate de la mujer del pasado y disfruta de la que eres en el presente.
6. Adquiere más poder: Sobre tu trabajo, sobre tus relaciones, sobre tus amistades y sobre tus responsabilidades. Si no te sientes contenta con tu vida laboral, cambia de trabajo y busca uno nuevo. Si un hombre trapea el piso contigo y no puedes hacer nada, toma el control de tus emociones y de la relación; cuando tú mandas llevas el liderazgo y no permites que hagan lo que te hace infeliz. Si te sientes fea, genera cambios posibles en tu físico y complementa con el éxito en otras áreas: no son las bonitas las que logran lo que quieren, sí las que están seguras de sí mismas. Si te hace falta un novio, sal con más personas, ten relaciones casuales y conoce gente a través de tus amigos; ve a fiestas y diviértete. Cuando la soledad te acompleje, no te encierres en tu cuarto, por el contrario encuentra espacios donde interactúes con lo que más te gusta y lo que te haga crecer emocional e intelectualmente. Si te sientes inútil, ingresa a cursos y practica nuevas habilidades. Todos son contextos en los que interactuás con más personas, te vuelves productiva, importante y tienes el poder de lo que haces, piensas y sientes.
7. Aléjate de quienes te hacen infeliz: Si alguien te lastima, te aburre, te desestabiliza tan solo con su presencia (incluso en la vida virtual), hazlo a un lado como si no existiera. Si te hace daño hablarle, llamarle, ver su Facebook o solo observalo... ¡no lo hagas! Reemplaza a esa persona por otras actividades que además de apartar tu mente de dicho individuo, te harán sentir bien y pro activa.
8. Valora tus logros: Compararte con los demás no te llevará a ningún lado si esto no te motiva a crecer sino a autocriticarte destructivamente. Las cosas buenas que hacemos o que nos suceden, son las que olvidamos más rápido porque estamos concentradas en nuestra “mala suerte”: lo negativo opaca cualquier cosa positiva que has logrado. Felicítate por tus logros, siéntete agradecida contigo misma por cada pequeña cosa que puedes llevar a cabo, incluso si es un primer paso para proyectos más grandes. Date el gusto de sentirte satisfecha por lo que cumples y por lo que tienes planificado. Quizás eres feliz, pero no lo sabes.
Fuente: Fuscia