Siempre que pienso en éste asunto, me acuerdo del primer capítulo de “Sex and the City”, en el cual, Carrie, el personaje principal, se pregunta si las mujeres podemos mantener relaciones sexuales esporádicas, sin más consecuencia que el placer del momento, sin compromisos ni sentimientos, es decir, como hombre.
Bueno, de que podemos, anatómicamente, claro que podemos. Más bien, la pregunta que corresponde es, deberíamos? Y para nada me refiero a los “límites morales” o sociales , sino a que, de muchas maneras, somos diferentes a los hombres.
Una de las formas en las que somos diferentes a los hombres es en el aspecto hormonal de nuestra sexualidad. El sexo y el orgasmo son eventos poderosos en nuestro cuerpo, y hormonas muy poderosas se liberan durante el sexo y al momento del orgasmo. Estas hormonas se liberan en diferentes cantidades en hombres y mujeres. En el caso de los hombres, la hormona que más fuertemente se libera es la serotonina, que los relaja en extremo (eso explica porque se duermen inmediatamente después del sexo, ¡más no lo justifica!).
En el caso de las mujeres es la oxitocina. La oxitocina es la hormona de la vinculación afectiva, por eso sentimos ganas de que nos abracen después del sexo. Últimamente, se han estado haciendo investigaciones sobre un fenómeno llamado “tristeza post-orgásmica” que se da cuando, al no tener nada que nos motive a expresarnos emocionalmente, la oxitocina produce una enorme sensación de tristeza y de vacio emocional.
Y entonces qué, no más sexo casual para nosotras? No precisamente. Esta es una decisión individual, claro está, pero es importante tener en cuenta algunos puntos:
1. El paso más importante al tomar la decisión de irse a la cama con cualquier persona, es el reflexionar sobre como y (más importante aún) porqué quiero compartir mi cuerpo con esta persona. Las investigaciones indican que la mayoría de las mujeres que tiene sexo casual lo hacen para sentirse acompañadas, que alguien se fije y ocupe de ellas, más que por la simple búsqueda del placer, con lo cual después se arrepienten, porque se sienten utilizadas, dolidas y menospreciadas.
2. Por otra parte, hay que dejar las inhibiciones en la puerta. Y más importante que la falta de inhibición necesaria para llegar con un “conocido amistoso” a la cama, es desinhibir las emociones, poder promover activamente la conexión emocional que necesitamos, especialmente después de la “tormenta”.
3. Finalmente, tomar conciencia que, aunque el sexo sea con una persona no amada (incluso desconocida), se puede conectar con ella, entregarse 100%, para después retirarse con la tranquilidad de que se obtuvo lo que se quería (ver punto 1).
Y vos, has tenido sexo como hombre? Cómo fue tu experiencia? Cómo te sentiste?
Psicologa Ana Salgado Tello