Informacion interesante!
Según estudios médicos, cerca de 175 millones de personas en el mundo que tiene diabetes están ligadas al sobrepeso o a la obesidad. Además de los 1700 millones más que, según el International Obesity Task Force, se encuentran en riesgo de desarrollar esa y otras enfermedades debido al exceso de peso.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es un desorden del metabolismo en el que el páncreas no produce suficiente insulina, o si lo hace, las células no son capaces de utilizara en forma adecuada.
La insulina es una hormona que se encarga de dejar pasar a las células una sustancia llamada glucosa, pero al no haber suficiente insulina, la glucosa que produce el cuerpo no se transforma en energía y permanece en la sangre sin que se ocupe.
Existen diferentes tipos de diabetes: la diabetes mellitus tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional, que se presenta en mujeres embarazadas.
Ahora bien, la obesidad es el principal factor de riesgo de la diabetes tipo 2, porque provoca alteraciones metabólicas que hacen que el páncreas deje de funcionar normalmente.
Esos kilitos que se tienen de más en el abdomen (obesidad intraabdominal) constituyen un fácil acceso para la diabetes. Cuando el perímetro de cintura supera los 102 centímetros en el hombre o los 88 en la mujer, la persona tiene un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 ya que las células adiposas que se encuentran en la cavidad intraabdominal liberan una gran cantidad de ácidos grasos libres y glicerol al torrente sanguíneo, lo que hace que el hígado aumente su producción de glucosa.
Al mismo tiempo, los ácidos grasos libres impiden que el músculo y la grasa utilicen la insulina para transformar la glucosa en energía. Esta es la llamada insulinorresistencia.
El resultado es que las células productoras de insulina empiezan a dejar de cumplir con su tarea. Entonces, estamos a un paso de la diabetes, que se declara cuando el paciente tiene niveles elevados de glucosa en la sangre.
El proceso que lleva de la obesidad intraabdominal a la diabetes tipo 2 no puede ser revertido, pero sí desacelerado. Sin embargo, lo más importante es contar con un tratamiento adecuado que pueda prevenir las complicaciones de la diabetes y mejorar la calidad de vida. Así, al combatir la obesidad estarás combatiendo no sólo la diabetes, sino además, otras complicaciones cardiovasculares.
Según estudios médicos, cerca de 175 millones de personas en el mundo que tiene diabetes están ligadas al sobrepeso o a la obesidad. Además de los 1700 millones más que, según el International Obesity Task Force, se encuentran en riesgo de desarrollar esa y otras enfermedades debido al exceso de peso.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es un desorden del metabolismo en el que el páncreas no produce suficiente insulina, o si lo hace, las células no son capaces de utilizara en forma adecuada.
La insulina es una hormona que se encarga de dejar pasar a las células una sustancia llamada glucosa, pero al no haber suficiente insulina, la glucosa que produce el cuerpo no se transforma en energía y permanece en la sangre sin que se ocupe.
Existen diferentes tipos de diabetes: la diabetes mellitus tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional, que se presenta en mujeres embarazadas.
Ahora bien, la obesidad es el principal factor de riesgo de la diabetes tipo 2, porque provoca alteraciones metabólicas que hacen que el páncreas deje de funcionar normalmente.
Esos kilitos que se tienen de más en el abdomen (obesidad intraabdominal) constituyen un fácil acceso para la diabetes. Cuando el perímetro de cintura supera los 102 centímetros en el hombre o los 88 en la mujer, la persona tiene un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 ya que las células adiposas que se encuentran en la cavidad intraabdominal liberan una gran cantidad de ácidos grasos libres y glicerol al torrente sanguíneo, lo que hace que el hígado aumente su producción de glucosa.
Al mismo tiempo, los ácidos grasos libres impiden que el músculo y la grasa utilicen la insulina para transformar la glucosa en energía. Esta es la llamada insulinorresistencia.
El resultado es que las células productoras de insulina empiezan a dejar de cumplir con su tarea. Entonces, estamos a un paso de la diabetes, que se declara cuando el paciente tiene niveles elevados de glucosa en la sangre.
El proceso que lleva de la obesidad intraabdominal a la diabetes tipo 2 no puede ser revertido, pero sí desacelerado. Sin embargo, lo más importante es contar con un tratamiento adecuado que pueda prevenir las complicaciones de la diabetes y mejorar la calidad de vida. Así, al combatir la obesidad estarás combatiendo no sólo la diabetes, sino además, otras complicaciones cardiovasculares.