Cuando conocí a mi suegro supe que era un tipo buena onda y muy moderno, con una sonrisa grande y muy cariñoso. Estaba encantado de, por fin, conocer a su primera nuera aunque, ni modo, fuera extranjera.
Pero hemos tenido situaciones que nos unirán o no separarán defintivamente.
Un día fuimos al desierto (Hatta) con nuestras tiendas de campaña con aire acondicionado. De repente, las mujeres se fueron a conseguir leche y los hombres a montar, nos quedamos sólo mi suegro y yo de la familia. El salió a caminar a pleno sol, mientras yo me quedaba en la frescura de la tienda.
De repente vuelve y dice:_ Hija, invité a unas personas a tomar té, ven para que lo sirvas.
Me dieron una charola con 5 tazas y allá voy, caminando como gallina en banqueta, a alcanzarlo afuera... cuando veo que tenía que servir como 50 tazas pues se encontró a una excursión de ingleses y los invitó a tomar té... ¡a todos!
_Pero hija te vas a insolar si sales sin cubrirte.
Y me puso un pañuelo que solo me dejaba ver trabajosamente. Y comencé a dar vueltas con mis vasos deshechables, me asaba, me tropezaba, se me caían (así que llevaba menos), me resbalaba en la arena, me quemé... pero serví el té para todos, mientras él platicaba encantado. Los ingleses me veían con cara de "pobrecita"...
Terminé más cansada que cuando subo 10 pisos sin elevador, me quité el pañuelo y no me dejaron entrar al aire porque estaba roja de bochorno, así que me abanicaba desesperada cuando volvió:
_Hija, ven que te voy a presentar. Casi me alzó y allá vamos
_Es mi hija, es muy buena sirviendo el té...
Y sólo fue el principio... ¿y ustedes, tienen anécdotas de suegros?
Pero hemos tenido situaciones que nos unirán o no separarán defintivamente.
Un día fuimos al desierto (Hatta) con nuestras tiendas de campaña con aire acondicionado. De repente, las mujeres se fueron a conseguir leche y los hombres a montar, nos quedamos sólo mi suegro y yo de la familia. El salió a caminar a pleno sol, mientras yo me quedaba en la frescura de la tienda.
De repente vuelve y dice:_ Hija, invité a unas personas a tomar té, ven para que lo sirvas.
Me dieron una charola con 5 tazas y allá voy, caminando como gallina en banqueta, a alcanzarlo afuera... cuando veo que tenía que servir como 50 tazas pues se encontró a una excursión de ingleses y los invitó a tomar té... ¡a todos!
_Pero hija te vas a insolar si sales sin cubrirte.
Y me puso un pañuelo que solo me dejaba ver trabajosamente. Y comencé a dar vueltas con mis vasos deshechables, me asaba, me tropezaba, se me caían (así que llevaba menos), me resbalaba en la arena, me quemé... pero serví el té para todos, mientras él platicaba encantado. Los ingleses me veían con cara de "pobrecita"...
Terminé más cansada que cuando subo 10 pisos sin elevador, me quité el pañuelo y no me dejaron entrar al aire porque estaba roja de bochorno, así que me abanicaba desesperada cuando volvió:
_Hija, ven que te voy a presentar. Casi me alzó y allá vamos
_Es mi hija, es muy buena sirviendo el té...
Y sólo fue el principio... ¿y ustedes, tienen anécdotas de suegros?
Última edición por Nediva el Vie 08 Abr 2011, 16:38, editado 1 vez