Se llama aborto a la interrupción del embarazo antes de que el feto sea viable. No se sabe exactamente el porcentaje de embarazos que se interrumpen espontáneamente, pero se cree que rondaría de un 10 al 30% aproximadamente. Siempre precede a la expulsión del embarazo la muerte intrauterina, motivo por el cual nos remitiremos a cuales pueden ser las causas de la misma.
La causa más frecuente parece ser una anomalía en el desarrollo del embrión. Según varios investigadores, existe una incidencia del 30% al 60% de embriones con anomalías cromosómicas en todos los embarazos interrumpidos. La causa exacta se desconoce, pero serían anomalías en los estadios más precoces de segmentación del óvulo fecundado o del medio que los rodea.
Se cree que la edad del óvulo o el espermatozoide en el momento de la concepción tendría importancia, ya que si las células germinales (óvulo y espermatozoide) están en período de involución, su vitalidad estaría disminuida. También es importante que el ambiente intrauterino se encuentre en un estado óptimo, ya que debe encargarse de la nutrición del huevo en sus estadios más precoces. Cuando el útero no está preparado hormonalmente en forma adecuada no permite la implantación del embarazo y de lograr implantarse su nutrición será deficiente lo que terminará irremediablemente con su interrupción espontánea.
Existen además factores que alteran el medio intrauterino, como son las infecciones virales o bacterianas (micoplasma, chlamydia, brucelosis, listeriosis), radiaciones, factores químicos o enfermedades crónicas maternas (diabetes descompensada, hipertiroidismo o hipotiroidismo, hipertensión arterial) y deformaciones uterinas (fibromas uterinos). Incluso traumatismos físicos o psíquicos y el estrés pueden ser causa de interrupciones de un embarazo. Aunque es poco frecuente
, es importante mencionar la pérdida del embarazo por causa inmunológica, que se produce cuando el organismo materno rechaza al embarazo como a un injerto orgánico.La causa más frecuente parece ser una anomalía en el desarrollo del embrión. Según varios investigadores, existe una incidencia del 30% al 60% de embriones con anomalías cromosómicas en todos los embarazos interrumpidos. La causa exacta se desconoce, pero serían anomalías en los estadios más precoces de segmentación del óvulo fecundado o del medio que los rodea.
Se cree que la edad del óvulo o el espermatozoide en el momento de la concepción tendría importancia, ya que si las células germinales (óvulo y espermatozoide) están en período de involución, su vitalidad estaría disminuida. También es importante que el ambiente intrauterino se encuentre en un estado óptimo, ya que debe encargarse de la nutrición del huevo en sus estadios más precoces. Cuando el útero no está preparado hormonalmente en forma adecuada no permite la implantación del embarazo y de lograr implantarse su nutrición será deficiente lo que terminará irremediablemente con su interrupción espontánea.
Existen además factores que alteran el medio intrauterino, como son las infecciones virales o bacterianas (micoplasma, chlamydia, brucelosis, listeriosis), radiaciones, factores químicos o enfermedades crónicas maternas (diabetes descompensada, hipertiroidismo o hipotiroidismo, hipertensión arterial) y deformaciones uterinas (fibromas uterinos). Incluso traumatismos físicos o psíquicos y el estrés pueden ser causa de interrupciones de un embarazo. Aunque es poco frecuente