Seguramente en seguidas ocasiones has dudado si decir algo o mejor quedarte callada. Y le piensas y le piensas antes de abrir la boca, cierto? Queremos sacar lo que nos sucede, lo que nos angustia, las dudas que tenemos, pero preferimos callarnos. Aunque esto nos dé dolores de cabeza y nos genere sentimientos confusos.
¿Pero, por qué hacemos esto?
A las mujeres nos han educado para agradar a quienes nos rodean, en especial, a los hombres. Desde niñas nos dicen que es mejor cuidar lo que decimos, hablar poco, escuchar y, en especial, no llevar la contra .
Las mujeres que expresan en palabras todo lo que piensan están vistas como personas demasiado independientes, a las que los hombres les huyen al momento de buscar pareja. ¡Podemos alejarlos con sólo emplear ciertos términos mal o en el tono de voz incorrecto!
Esto ha hecho que, de alguna manera, tengamos la costumbre de pensar cien veces antes de decir algo, de dudar sobre lo que vamos a decir e, incluso, de lo que estamos pensando, y esto nos provoca inseguridad en nosotras mismas.
Es bueno pensar antes de hablar, medir o elegir cuidadosamente las palabras que emplearemos. Pero es bien sano expresar nuestra opinión. Decir qué nos gusta y qué no queremos. Poner límites, exponer nuestras ideas, pedir de buen modo lo que deseamos. En todos los ámbitos: con nuestra familia, en el trabajo, con nuestra pareja o con quien tengamos delante de nosotras.
Eso de que "La mujer calladita se ve más bonita"....ya pasó de moda, de acuerdo?
Expresar nuestros sentimientos y pensamientos da una gran paz interior.
La gente que nos quiere, nos querrá siempre. Y quienes no nos quieren… ¡Pues ellos se lo pierden!
Con cariño,
Mel.
¿Pero, por qué hacemos esto?
A las mujeres nos han educado para agradar a quienes nos rodean, en especial, a los hombres. Desde niñas nos dicen que es mejor cuidar lo que decimos, hablar poco, escuchar y, en especial, no llevar la contra .
Las mujeres que expresan en palabras todo lo que piensan están vistas como personas demasiado independientes, a las que los hombres les huyen al momento de buscar pareja. ¡Podemos alejarlos con sólo emplear ciertos términos mal o en el tono de voz incorrecto!
Esto ha hecho que, de alguna manera, tengamos la costumbre de pensar cien veces antes de decir algo, de dudar sobre lo que vamos a decir e, incluso, de lo que estamos pensando, y esto nos provoca inseguridad en nosotras mismas.
Es bueno pensar antes de hablar, medir o elegir cuidadosamente las palabras que emplearemos. Pero es bien sano expresar nuestra opinión. Decir qué nos gusta y qué no queremos. Poner límites, exponer nuestras ideas, pedir de buen modo lo que deseamos. En todos los ámbitos: con nuestra familia, en el trabajo, con nuestra pareja o con quien tengamos delante de nosotras.
Eso de que "La mujer calladita se ve más bonita"....ya pasó de moda, de acuerdo?
Expresar nuestros sentimientos y pensamientos da una gran paz interior.
La gente que nos quiere, nos querrá siempre. Y quienes no nos quieren… ¡Pues ellos se lo pierden!
Con cariño,
Mel.