Hoy ya no eres la mujer del ayer, has cambiado.
Pero hay momentos de la vida en los que hay que realizar cambios más grandes, tomar decisiones importantes que afectarán tu futuro, cambiar intencionadamente, cambiar porque sabes que aunque cueste es lo mejor para ti. Como mujer valiosa, fuerte e independiente que estás aprendiendo a ser, debes estar lista para el cambio.
Estoy hablando de un cambio a nivel consciente, no del que opera por defecto sino de ese cambio que vienes pensando, fantaseando, soñando pero que siempre encuentra excusas para retrasarse.
Hablo de la gran decisión de tu vida.
Tú sabes cuál será. Esa elección que hará que tu vida sea otra diametralmente opuesta a la de ahora.
Si hasta hoy no te has atrevido a hacer eso que requieres, es simplemente porque crees que “puedes perder”. Ese sentimiento de “perder lo seguro” nos corroe el alma.
Y el perder forma parte inevitable del vivir. Incluso a veces tenemos que perder para ganar, pero ten presente algo “perder” es una forma de observar la vida. Puedes volver a mirar, y descubrirás que lo que creías que perdías era sólo una ganancia.
Cambiar algo que no queremos para nuestra vida, o que sentimos que no funciona, puede ser una relación amorosa o de amistad, la forma en que nos comunicamos con nuestra familia, el modo de cuidar de nuestro cuerpo físico, el puesto que tenemos en el trabajo, el país donde residimos, la vocación, sea lo que sea, implica cambiar de paradigma. O sea cambiar de forma de entender, mirar, interpretar, e internalizar el mundo que nos rodea.
Pero hay momentos de la vida en los que hay que realizar cambios más grandes, tomar decisiones importantes que afectarán tu futuro, cambiar intencionadamente, cambiar porque sabes que aunque cueste es lo mejor para ti. Como mujer valiosa, fuerte e independiente que estás aprendiendo a ser, debes estar lista para el cambio.
Estoy hablando de un cambio a nivel consciente, no del que opera por defecto sino de ese cambio que vienes pensando, fantaseando, soñando pero que siempre encuentra excusas para retrasarse.
Hablo de la gran decisión de tu vida.
Tú sabes cuál será. Esa elección que hará que tu vida sea otra diametralmente opuesta a la de ahora.
Si hasta hoy no te has atrevido a hacer eso que requieres, es simplemente porque crees que “puedes perder”. Ese sentimiento de “perder lo seguro” nos corroe el alma.
Y el perder forma parte inevitable del vivir. Incluso a veces tenemos que perder para ganar, pero ten presente algo “perder” es una forma de observar la vida. Puedes volver a mirar, y descubrirás que lo que creías que perdías era sólo una ganancia.
Cambiar algo que no queremos para nuestra vida, o que sentimos que no funciona, puede ser una relación amorosa o de amistad, la forma en que nos comunicamos con nuestra familia, el modo de cuidar de nuestro cuerpo físico, el puesto que tenemos en el trabajo, el país donde residimos, la vocación, sea lo que sea, implica cambiar de paradigma. O sea cambiar de forma de entender, mirar, interpretar, e internalizar el mundo que nos rodea.