* 12 Síntomas de la crisis matrimonial de los 40 años
* 10 Causas que originan la crisis matrimonial de los 40 años
* 17 Soluciones para la crisis matrimonial de los 40 años
* 15 Sentencias sobre la crisis matrimonial de los 40 años
* 10 Causas que originan la crisis matrimonial de los 40 años
* 17 Soluciones para la crisis matrimonial de los 40 años
* 15 Sentencias sobre la crisis matrimonial de los 40 años
Es lo que algunos llaman, la crisis matrimonial del medio término. Suele ser una crisis de personalidad, que se produce entre los 35 y los 45 años y que coincide, algunas veces, con la mitad de la expectativa de vida para las personas, en la cual se produce una evaluación de la vida, en base a la comparación entre las metas fijadas y los logros obtenidos.
También se le llama crisis de madurez, ya que de ella puede salirse, con una frustración o con un fuerte equilibrio, y un gran sentido del deber de la pareja, pues a partir de ese momento de análisis mutuo, pueden alcanzar una vida plena, fructífera, equilibrada, con un amplio y mayor sentido del deber, aunque los cambios y las actitudes hayan sido profundos, súbitos y violentos. La diferencia está en convertir esta etapa de crisis y frustración, en una etapa de esplendor futuro.
A las personas solteras, por voluntad propia o por otras circunstancias, también les puede llegar la crisis de los 40. Muchos de los síntomas, son los mismos que para las personas casadas. Si se ha dedicado intensamente los últimos años al trabajo, deben procurar cambiar su actitud, intentar relajarse, descansar con más frecuencia, viajar si no lo han hecho anteriormente y no rechazar la oportunidad de establecer, una relación amorosa que les motive y les haga vivir plenamente su madurez, porque tienen que pensar que la edad de los 40, es una buena época para renacer.
Las crisis pueden ocurrir por motivos personales, familiares, sociales, religiosos, políticos, económicos, militares, etc. Son las emergencias o las épocas de dificultades. Pero nos vamos a centrar en la crisis matrimonial de los 40.
No tienen que olvidar que, cuando decidieron unirse en matrimonio, tenían tres principales objetivos: Hacer muy feliz a su pareja, vivir juntos hasta que la muerte les separase, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad y formar una familia con sus hijos.
En un verdadero matrimonio, ambos tienen que aprender a desarrollar su vida conyugal, en todas sus manifestaciones, descubrimientos y vivencias físicas, afectivas, sexuales, intelectuales, sociales, económicas, culturales y espirituales. Este aprendizaje, les supone un esfuerzo para tratar de armonizarse y conjugar, lo que son cada uno y lo que aportan al matrimonio. Tienen que salir de estar con uno mismo, para compartir la vida con otra persona; se trata de establecer el marco, en el que se va a desarrollar la vida en común, para buscar la identidad del nosotros, haciendo desparecer el yo de cada uno. Se tienen que dar cuenta, que a esa edad y aunque aparezca una crisis matrimonial, también es el momento de demostrarse, que la promesa que se hicieron el día de su boda, era auténtica.
12 Síntomas de la crisis matrimonial de los 40 años
Estadísticamente en esa edad de los 35 a los 45 años, es en la que las separaciones y divorcios son más frecuentes. Es el paso del ecuador como en los estudios.
1. Se empieza a enfriar, el primer e intenso amor que les llevo al matrimonio, se resquebraja la unión familiar indispensable, para sacar adelante a los hijos y aparece la sensación, de que ya se ha cumplido con las metas matrimoniales.
2. Entonces comienzan a registrarse, las primeras e importantes limitaciones físicas, cambios emocionales y de conducta. Se entra en la frontera de la madurez, que algunos perciben como el principio de un tobogán, que se precipita hacia la vejez.
3. Es la época donde algunas parejas, se sienten atraídas por lo que existe fuera de su vida conyugal y familiar. Les entran las ganas de experimentar algo diferente, a lo que llevan haciendo desde que se casaron, salir de la rutina cotidiana. No deben engañarse, creyendo que todavía tienen atractivo, para ensayar nuevas conquistas amorosas.
4. Es una etapa donde, al hacer un balance económico, social y profesional, algunas parejas se dan cuenta que no han llegado, y muchas veces ni aproximado, a los objetivos que tuvieron cuando se casaron. No han logrado cumplir o plasmar, en la realidad de su matrimonio los sueños, pero los sueños, sueños son y otra cosa es la cruda realidad, de los ideales que tenían cuando se casaron.
5. Esa frustración y sentido de impotencia, por solucionar el problema, suele ser otro de los motivos de las crisis, en lugar de convertirse en un aliciente, para empezar una nueva vida. Ahora se dan cuenta, que han desperdiciado unos estupendos años de la vida, cuando el intelecto y el cuerpo, estaba en los mejores momentos de su máxima potencialidad. Hay desilusión por lo proyectos juveniles, que se han postergado. Pueden aparecer momentos de depresión y de ansiedad, debido a que existe una lucha muy dura, entre lo que se quiere hacer, lo que se debe hacer y lo que se puede hacer.
6. También aparecen los cambios físicos, que suelen ser deterioros corporales, los cuales dependerán en gran medida del estado de salud, de la alimentación y del ejercicio físico, que se haya realizado años antes. Existe una mayor tendencia a engordar, van apareciendo las primeras arrugas y el cabello se cae o se vuelve más canoso.
7. Aparece la preocupación por las enfermedades, comienzan los chequeos médicos y en algunas personas, se empieza una actitud hipocondríaca.
8. El concepto de belleza externa cambia, se aumenta la belleza interna, la armonía personal y la tranquilidad de espíritu, lo que origina que aparezca esa otra belleza, propia de la madurez, que nada tiene que ver con la ingenuidad, ni con la frescura corporal de los años jóvenes.
9. Comienza a sentirse el cansancio, motivado por todas las responsabilidades que se tiene, que cada vez pesan más, si no se han aceptado con madurez, responsabilidad y conocimiento.
10. Comienza a mantener una postura apática, ante el sexo con su pareja, ya que en el fondo, tiene miedo a la vejez y las consecuencias sexuales que ello conlleva, lo que pueden originar estados depresivos o de angustia, porque ya no se sienten jóvenes, ni atractivos sexual o físicamente como antes.
11. Aparecen sentimientos de desesperanza, ya que por un lado, los hijos comienzan a ser independientes y se alejan poco a poco, y por el otro lado, se tienen que enfrentar a la rutina matrimonial.
12. En el entorno laboral, aparece alguien a quien le dedican más tiempo y atención que el debido. Empiezan los coqueteos con otras personas, y las comparaciones con la pareja. Incluso cuando sin ninguna razón profesional, se pasa demasiado tiempo en el trabajo, o fuera del trabajo con los compañeros, justificando así la llegada a la casa a última hora, cuando los niños ya están durmiendo y todas las cosas familiares están ya resueltas.
Tomado de blog micumbre
Tomado de blog micumbre