Además de cubrir una de nuestras necesidades básicas, la vestimenta es un elemento de satisfacción, de comunicación y de socialización. Para vestirte bien no es necesario invertir una gran cantidad de dinero: sólo tienes que buscar calidad y versatilidad. Estos son algunos de nuestros consejos para que apliques el consumo inteligente cuando vayas de compras:
* Pruébate la ropa frente a un espejo y analiza con frialdad cómo se te ve. Cerciórate de que no se formen bolsas, arrugas o fruncimientos y de no sentir cualquier clase de incomodidad. El ajuste de la prenda y la caída de la tela deben favorecer tu figura. Fíjate desde un principio en los largos de mangas, pantalones y faldas, o el trabajo de un sastre se convertirá en un gasto imprevisto.
* Los accesorios son el toque final del vestuario. Elígelos de acuerdo con tu estilo personal y en proporción a tu complexión para lograr la armonía. Dentro de los accesorios se incluyen: zapatos, bolsos, relojes, cinturones, joyería, bufandas, pañoletas, lentes y mascadas.
* Si optas por comprar prendas combinables y no demasiado elaboradas, podrás disfrutar de un amplio guardarropa sin necesidad de tener el clóset repleto. Para ellas es suficiente: un vestido sencillo, un par de pantalones rectos, un saco en estilo clásico y un par de faldas para lograr looks distintos sólo con cambiar blusas y accesorios. Los hombres pueden hacer maravillas al combinar camisas y corbatas con estos elementos: traje de corte perfecto, dos pantalones rectos y dos sacos clásicos de excelente ajuste.
* No te dejes influir por los precios bajos; reflexiona si de verdad te hace falta algo para complementar tu guardarropa. La recomendación de los expertos es no comprar más de cinco prendas, de excelente calidad, combinables al máximo y realmente necesarias, ya sea por la temporada o porque quieras reemplazar prendas gastadas.