Durante mucho tiempo se consideró a la gordura como signo de buena salud y de bienestar, sin embargo, en los últimos años, los estudios científicos demostraron que la obesidad es una enfermedad y no un signo de energía y fortaleza, por lo que puede traer múltiples complicaciones si no recibe tratamiento médico especializado.
La obesidad y el sobrepeso están afectando a gran parte de la humanidad y es causante de patologías crónicas (ateroesclerosis, infarto del corazón y del cerebro, diabetes, hipertensión, entre otras) que son las principales causas de mortandad en muchos países.
Es falso creer que una persona gordita está bien alimentada, muchas de ellas incluso, sufren de anemia, debido a una falta de hierro en sus glóbulos rojos, es decir, el régimen alimenticio que llevan es carente de algunos nutrientes y se exceden en otros, como las grasas y los carbohidratos.
Por otro lado, tampoco es cierto que mientras menos comida se ingiera más rápido bajas de peso, ya que el organismo mientras menos alimentos ingiere, especialmente proteínas en las primeras horas del día, más rápido se activa su mecanismo de autodefensa que lo obliga a "ahorrar", en forma de grasa, el poco combustible que recibe.
Esta función se cumple a través del metabolismo, que es el sistema que tiene el cuerpo para adaptarse a la ingesta de alimentos.
Hay personas que tienen el metabolismo lento y otras lo tienen acelerado. De esto depende la capacidad para engordar o mantenerse en un peso idóneo según sea el caso. Las personas que tienen el metabolismo lento almacenan la comida en forma de grasa y quienes los tienen rápido lo transforman en energía y músculos.
Así que lo ideal no es estar gordo para estar saludable, ni mucho menos dejar de comer para perder peso, sino llevar un régimen alimenticio equilibrado que contenga todos los grupos de nutrientes que el cuerpo necesita en las cantidades requeridas de acuerdo al metabolismo de cada persona.
Fuente: TodoenSobrepesoyObesidad