La vida es un profundo manantial de inextinguibles emociones humana, un maravilloso y rítmico fluir de movimientos y sonidos, algunas veces violentos, otras pasivos, algunas veces felices y otras desgarradores.
Que maravilloso sería descubrir todas sus posibilidades, todo su poder, toda la experiencia de placeres misteriosos, y la fascinación por vivirla. Entre lo místico y lo divino y la grandiosidad que hay más allá de la verdad de los sueños cumplidos, o la realidad de la mentira y los sueños incumplidos, está la libertad y el libre albedrío para escoger el optimismo, esperanza y amor por sobre el dolor, speranza y bajezas.
Escoger la lozanía de la vida con todo el coraje y sabiduría necesarios, por sobre la derrota, con la más absoluta certeza que luego de experimentar las dificultades de cruzar durante lo que parecen siglos en el tiempo, desiertos ásperos, duros y secos, es posible encontrar algún oasis que se asemejará al verdadero paraíso, solo así se puede seguir. Y si alguna vez nos sentimos perdidos, es por el cansancio que talvez nos hizo cerrar los ojos. Solo hay que abrirlos y mirar .
Veraz con cuanta rapidez te tocará una especie de gracia que te elevará por sobre las peripecias cotidianas y te permitirá seguir en tú andar.
Nadie sabe en este deambular por la vida cuantos problemas,tristeza y dolor debemos ver y sufrir. Pero no podemos dejarnos vencer. Por que si sabremos vivir con alegría si así lo queremos, nunca debemos olvidar que en ocaciones estaremos arriba y otras abajo, pero estando abajo, solo basta darse un envión lo suficientemente fuerte para estar arriba nuevamente . Siempre hay que estar seguro de lo que se hace, aunque se piense que no se puede hacer nada, siempre habrá alguien que estará peor, y si entonces pensamos que ayudando perdemos el tiempo, detengamonos un momento para que la luz del amor nos ilumine.
Nunca será una pérdida de tiempo el buscar el verdadero amor para ayudar al otro a encontrar el camino cuando crea que lo perdió. Solo así se puede vivir.Y vivir es sembrar y cosechar
Desconosco el autor