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Por Jessica Castañeda/Periódico El Norte (Monterrey)
Polo Norte (13 diciembre 2009).- Atareado por los últimos detalles de su viaje de Nochebuena, entre que alimenta a los renos, da órdenes a sus duendes y recibe una taza de chocolate caliente de la señora Clos, Santa se da tiempo para sentarse en su sillón favorito y responder a algunas preguntas de EL NORTE.
La crisis económica mundial, que los regalos sean más espirituales, la influenza A H1N1 y el cuidado ambiental son temas que preocupan al emblemático personaje. Éstas son sus respuestas:
— Santa Clos, ¿crees que la crisis afectará tu entrega de juguetes este año?, ¿sufrirías por eso?
Mira, sí será una Navidad diferente, pero debemos aprender de ella en estos tiempos difíciles. Quizá algunos niños y niñas no recibirán exactamente el juguete o los juguetes que me pidieron, pero eso sí, el o los regalos que deje bajo el pinito serán entregados con todo mi corazón.
Los pequeñitos me pueden ayudar si en sus cartitas, en lugar de uno o dos regalos, incluyen varios, así yo tengo más opciones para elegir el que pueda dejarles en las primeras horas del 25 de diciembre. Sé que los chiquitines me comprenderán, ¡por eso no sufro!
¡Ah! También les pido que consulten la lista con sus papis. Ellos me conocen bien desde que son chiquitos, algunos habrán vivido también tiempos de crisis de niños, y sabrán cómo echarles una manita con esas peticiones.
— Dices que hay que aprender de esta Navidad...
Sí. Hay que aprender que la verdadera satisfacción y la felicidad no vienen de los regalos o de otros bienes materiales. ¡Claro! A quién no le gusta recibir regalos, pero a la larga, lo material desaparece o pasa de moda, se va. Entonces, ¿qué es lo verdaderamente importante? ¡El amor de tu familia y de tus amigos! ¡Jo, jo, jo, jo, jo!
—
¿No será algo decepcionante para los chicos que están portándose bien todo el año, recibir sólo un regalo o no recibir lo que pidieron?
Es posible, pero los pequeñitos se dan cuenta de las cosas y saben que la situación ha sido difícil este año y, sin embargo, ¡casi todos se han portado muy bien!
Los niños y las niñas deben aprender que no siempre se tiene tooodo lo que uno desea y, aun así, la vida continúa. Ya vendrán tiempos mejores.
—¿Por qué nos das regalos en Navidad?
Para recordar el Nacimiento de Jesús. Él ha sido el regalo más grande que Dios le ha dado a la humanidad. Un regalo que habla de amor, de paz, de buena voluntad.
Por ello, la Navidad es el mejor momento para expresar nuestras emociones, colaborar, dialogar y recordar que somos parte de una familia y de una comunidad.
¡Casi se me olvida! Quiero pedirles a los niños y las niñas que es importantísimo que cada regalo que les lleve o que alguien más les obsequie sirva para jugar en paz. Los juguetes no son para presumir o hacer sentir mal a otros pequeños.
— ¿A poco te das cuenta si cada uno se porta mal?
En el Polo Norte tenemos una agencia de investigación muy profesional e infalible, en la que nos ayudan los papás de cada niño y niña como agentes especiales. De todo me doy cuenta... Pero no puedo darte más detalles. Es secreto.
¡Jo, jo, jo, jo, jo!
— ¿Cómo pueden los niños portarse bien?
Portarse bien no es hacer lo que te conviene y salirte con la tuya. Portarte bien es hacer lo que consideres justo y donde todos ganen, no sólo tú. Esto implica respetar los derechos de todas las personas en casa, la escuela y la calle.
Cuando tomes una decisión procura que todos salgan ganando y si te metes en algún problema con un compañero o en tu familia, trata de arreglarlo sin lastimar a nadie. ¡Eso es portarse bien!
— Oye, Santa, ¿es verdad que se está derritiendo el Polo Norte, donde vives?
Todos ustedes saben del calentamiento global que hace que suba la temperatura de los océanos. Pues eso tiene consecuencias, no sólo donde yo vivo, sino donde viven todos los niños del mundo.
Entonces a cada uno le toca hacer algo para frenarlo. Son cosas sencillas que cada quien puede hacer como cuando las pilas de sus juguetes no funcionen, las junten y las lleven a los centros recolectores, no a la basura, para evitar que se contamine el agua.
Les recomiendo que junten las envolturas y empaques de todos sus regalos de esta Navidad para que las reciclen o reúsen en otro regalo.
Durante todo el año, díganles a sus papás que separen la basura, niños. Aunque en el camión aparentemente se lleven toda y la revuelvan, cuando llega a su destino final, es más fácil para los empleados separarla y darle un buen uso.
— Por cierto, ¿ya te vacunaste contra la influenza?
Por ser un adulto mayor –¡Jo, jo, jo, jo, jo!, ¡tengo más de 2 mil años!– y estar un poquito obeso por tantas galletas y leche que tomo en Navidad, estoy en el grupo de personas que deben vacunarse, así que ya fui al doctor a que me vacunara para no contagiarme en mi viaje alrededor del planeta.
Pero ustedes, aunque no viajen como yo, deben también protegerse de la enfermedad y lavar sus manos varias veces al día. Si tienen que estornudar, acuérdense de hacerlo en la parte interna del codo o en un pañuelo.
¡Otra cosa! Hay que abrigarse bien. Y es que hay niños que le dicen a su mamá: "No me quiero poner esa chaqueta porque no tengo frío". ¡Muy mal, eh! Deben hacerle caso a sus mamás y cubrirse bien al salir de casa.
— Santa, ¿hay algo que puede hacer la gente para ayudarte?
¡Sí! Extiendan a todo el mundo un mensaje de paz, generosidad y amor. Recuerden que los regalos más bonitos de la Navidad son espirituales: La comprensión, el cariño, la tolerancia y el perdón mutuo.
¡Jo, jo, jo, jo, jo!
Se agradece el apoyo para contactar a Santa del blog clauschronicles.blogspot.com; St. Nicholas Society; Agustín Malagón, subdelegado de Inspección Industrial de Profepa; Juan José Martínez, Párroco de San Juan Bosco; José de Jesús García, director del Centro de Estudios sobre el Bienestar de la UDEM, y Omar Gutiérrez, director de proyectos de CreeSer.
Polo Norte (13 diciembre 2009).- Atareado por los últimos detalles de su viaje de Nochebuena, entre que alimenta a los renos, da órdenes a sus duendes y recibe una taza de chocolate caliente de la señora Clos, Santa se da tiempo para sentarse en su sillón favorito y responder a algunas preguntas de EL NORTE.
La crisis económica mundial, que los regalos sean más espirituales, la influenza A H1N1 y el cuidado ambiental son temas que preocupan al emblemático personaje. Éstas son sus respuestas:
— Santa Clos, ¿crees que la crisis afectará tu entrega de juguetes este año?, ¿sufrirías por eso?
Mira, sí será una Navidad diferente, pero debemos aprender de ella en estos tiempos difíciles. Quizá algunos niños y niñas no recibirán exactamente el juguete o los juguetes que me pidieron, pero eso sí, el o los regalos que deje bajo el pinito serán entregados con todo mi corazón.
Los pequeñitos me pueden ayudar si en sus cartitas, en lugar de uno o dos regalos, incluyen varios, así yo tengo más opciones para elegir el que pueda dejarles en las primeras horas del 25 de diciembre. Sé que los chiquitines me comprenderán, ¡por eso no sufro!
¡Ah! También les pido que consulten la lista con sus papis. Ellos me conocen bien desde que son chiquitos, algunos habrán vivido también tiempos de crisis de niños, y sabrán cómo echarles una manita con esas peticiones.
— Dices que hay que aprender de esta Navidad...
Sí. Hay que aprender que la verdadera satisfacción y la felicidad no vienen de los regalos o de otros bienes materiales. ¡Claro! A quién no le gusta recibir regalos, pero a la larga, lo material desaparece o pasa de moda, se va. Entonces, ¿qué es lo verdaderamente importante? ¡El amor de tu familia y de tus amigos! ¡Jo, jo, jo, jo, jo!
—
¿No será algo decepcionante para los chicos que están portándose bien todo el año, recibir sólo un regalo o no recibir lo que pidieron?
Es posible, pero los pequeñitos se dan cuenta de las cosas y saben que la situación ha sido difícil este año y, sin embargo, ¡casi todos se han portado muy bien!
Los niños y las niñas deben aprender que no siempre se tiene tooodo lo que uno desea y, aun así, la vida continúa. Ya vendrán tiempos mejores.
—¿Por qué nos das regalos en Navidad?
Para recordar el Nacimiento de Jesús. Él ha sido el regalo más grande que Dios le ha dado a la humanidad. Un regalo que habla de amor, de paz, de buena voluntad.
Por ello, la Navidad es el mejor momento para expresar nuestras emociones, colaborar, dialogar y recordar que somos parte de una familia y de una comunidad.
¡Casi se me olvida! Quiero pedirles a los niños y las niñas que es importantísimo que cada regalo que les lleve o que alguien más les obsequie sirva para jugar en paz. Los juguetes no son para presumir o hacer sentir mal a otros pequeños.
— ¿A poco te das cuenta si cada uno se porta mal?
En el Polo Norte tenemos una agencia de investigación muy profesional e infalible, en la que nos ayudan los papás de cada niño y niña como agentes especiales. De todo me doy cuenta... Pero no puedo darte más detalles. Es secreto.
¡Jo, jo, jo, jo, jo!
— ¿Cómo pueden los niños portarse bien?
Portarse bien no es hacer lo que te conviene y salirte con la tuya. Portarte bien es hacer lo que consideres justo y donde todos ganen, no sólo tú. Esto implica respetar los derechos de todas las personas en casa, la escuela y la calle.
Cuando tomes una decisión procura que todos salgan ganando y si te metes en algún problema con un compañero o en tu familia, trata de arreglarlo sin lastimar a nadie. ¡Eso es portarse bien!
— Oye, Santa, ¿es verdad que se está derritiendo el Polo Norte, donde vives?
Todos ustedes saben del calentamiento global que hace que suba la temperatura de los océanos. Pues eso tiene consecuencias, no sólo donde yo vivo, sino donde viven todos los niños del mundo.
Entonces a cada uno le toca hacer algo para frenarlo. Son cosas sencillas que cada quien puede hacer como cuando las pilas de sus juguetes no funcionen, las junten y las lleven a los centros recolectores, no a la basura, para evitar que se contamine el agua.
Les recomiendo que junten las envolturas y empaques de todos sus regalos de esta Navidad para que las reciclen o reúsen en otro regalo.
Durante todo el año, díganles a sus papás que separen la basura, niños. Aunque en el camión aparentemente se lleven toda y la revuelvan, cuando llega a su destino final, es más fácil para los empleados separarla y darle un buen uso.
— Por cierto, ¿ya te vacunaste contra la influenza?
Por ser un adulto mayor –¡Jo, jo, jo, jo, jo!, ¡tengo más de 2 mil años!– y estar un poquito obeso por tantas galletas y leche que tomo en Navidad, estoy en el grupo de personas que deben vacunarse, así que ya fui al doctor a que me vacunara para no contagiarme en mi viaje alrededor del planeta.
Pero ustedes, aunque no viajen como yo, deben también protegerse de la enfermedad y lavar sus manos varias veces al día. Si tienen que estornudar, acuérdense de hacerlo en la parte interna del codo o en un pañuelo.
¡Otra cosa! Hay que abrigarse bien. Y es que hay niños que le dicen a su mamá: "No me quiero poner esa chaqueta porque no tengo frío". ¡Muy mal, eh! Deben hacerle caso a sus mamás y cubrirse bien al salir de casa.
— Santa, ¿hay algo que puede hacer la gente para ayudarte?
¡Sí! Extiendan a todo el mundo un mensaje de paz, generosidad y amor. Recuerden que los regalos más bonitos de la Navidad son espirituales: La comprensión, el cariño, la tolerancia y el perdón mutuo.
¡Jo, jo, jo, jo, jo!
Se agradece el apoyo para contactar a Santa del blog clauschronicles.blogspot.com; St. Nicholas Society; Agustín Malagón, subdelegado de Inspección Industrial de Profepa; Juan José Martínez, Párroco de San Juan Bosco; José de Jesús García, director del Centro de Estudios sobre el Bienestar de la UDEM, y Omar Gutiérrez, director de proyectos de CreeSer.
