Una siesta de una hora y media permite que se consolide la memoria a largo plazo. Esta conclusión se desprende de una investigación desarrollada en la Universidad de Haifa, en Israel.
¿Siestas que mejoran la memoria?
En estos tiempos de vida acelerada y estrés cotidiano, pocas son las personas que tienen la suerte de poder dormir una siesta. Las generaciones de nuestros abuelos solían descansar por la tarde, antes de volver al trabajo. Dormir unos 90 minutos mejora notablemente la memoria a largo plazo, la que no desaparece.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigadores de la Universidad de Haifa, en Israel, cuyos resultados fueron publicados en Nature Neuroscience. Se trabajó con dos grupos de personas a las que se les pidió seguir una secuencia con el dedo pulgar y otro dedo de la mano.
Una mitad de los participantes durmió una siesta de noventa minutos y la otra mitad permaneció despierta. Los que habían descansado, se desempeñó mucho mejor que los que no lo hicieron. Una costumbre que sería necesario incorporar a nuestra vida diaria.
¿Siestas que mejoran la memoria?
En estos tiempos de vida acelerada y estrés cotidiano, pocas son las personas que tienen la suerte de poder dormir una siesta. Las generaciones de nuestros abuelos solían descansar por la tarde, antes de volver al trabajo. Dormir unos 90 minutos mejora notablemente la memoria a largo plazo, la que no desaparece.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigadores de la Universidad de Haifa, en Israel, cuyos resultados fueron publicados en Nature Neuroscience. Se trabajó con dos grupos de personas a las que se les pidió seguir una secuencia con el dedo pulgar y otro dedo de la mano.
Una mitad de los participantes durmió una siesta de noventa minutos y la otra mitad permaneció despierta. Los que habían descansado, se desempeñó mucho mejor que los que no lo hicieron. Una costumbre que sería necesario incorporar a nuestra vida diaria.