Estado civil: ¡separada!
Por Gina Diaz Tapiero
“Sí, acepto”. Y de ahí hasta que la muerte nos separe. Ese es el ideal de la gran mayoría de las mujeres, casarse con el que para ese momento es el hombre perfecto, tener hijos y poder cumplir con el juramento que se hizo ante Dios.
¿Pero qué pasa si ese compromiso se rompe? Si todo lo que soñamos se viene abajo, si ese hombre no era lo que creía y el príncipe azul se nos convierte en sapo? Lo más triste de esta realidad es cuando se toma la decisión de enfrentarnos cara a cara con ese monstruo llamado “Divorcio o Separación”.
La pérdida de la pareja es quizás uno de los dolores más intensos que puede sufrir un ser humano, en especial para nosotras las mujeres, ese dolor es tan fuerte que se convierte en un luto sentimental, para algunas duele más que la pérdida del padre o de la madre.
El fracaso matrimonial conlleva múltiples consecuencias y afecta de manera directa y sin compasión la autoestima. El hecho de estar nuevamente sola, el de regresar a casa al lado de tus padres si así lo decides, el de enfrentar los cuestionamientos de ellos y el de tus amigos, hace de nuestra vida un panorama tan oscuro que día a día nos envuelve haciéndonos creer que el amor no es nuestra mayor habilidad y que para nosotras la palabra matrimonio simplemente queda vetada.
Por Gina Diaz Tapiero
“Sí, acepto”. Y de ahí hasta que la muerte nos separe. Ese es el ideal de la gran mayoría de las mujeres, casarse con el que para ese momento es el hombre perfecto, tener hijos y poder cumplir con el juramento que se hizo ante Dios.
¿Pero qué pasa si ese compromiso se rompe? Si todo lo que soñamos se viene abajo, si ese hombre no era lo que creía y el príncipe azul se nos convierte en sapo? Lo más triste de esta realidad es cuando se toma la decisión de enfrentarnos cara a cara con ese monstruo llamado “Divorcio o Separación”.
La pérdida de la pareja es quizás uno de los dolores más intensos que puede sufrir un ser humano, en especial para nosotras las mujeres, ese dolor es tan fuerte que se convierte en un luto sentimental, para algunas duele más que la pérdida del padre o de la madre.
El fracaso matrimonial conlleva múltiples consecuencias y afecta de manera directa y sin compasión la autoestima. El hecho de estar nuevamente sola, el de regresar a casa al lado de tus padres si así lo decides, el de enfrentar los cuestionamientos de ellos y el de tus amigos, hace de nuestra vida un panorama tan oscuro que día a día nos envuelve haciéndonos creer que el amor no es nuestra mayor habilidad y que para nosotras la palabra matrimonio simplemente queda vetada.
Última edición por Sonrisa el Miér 04 Nov 2009, 00:14, editado 1 vez