Respecto al origen de la homosexualidad femenina existen, al menos, dos posturas que son las más aceptadas hoy en día. La primera se cree que se debe a un origen genético y aparece a muy corta edad, a nivel de los círculos o jardines infantiles, donde las niñas gustan de otras.
La segunda es de origen freudiano, en la que la formación por grupos sociales, por la familia, crea a personas homosexuales. Según esta teoría se debe a la presencia de un padre fuerte (en cuanto a comportamiento, por supuesto) y a la poca valoración de la madre que comienza a ser considerada como alguien a quien no se debe imitar.
Esto hace que durante su crecimiento la lesbiana se identifique e imite al padre. En un comienzo se enamora de él y conforme crece se va identificando con la madre. Entonces tendrá los mismos gustos que ella, pero cuando el complejo de Electra (niña que enamora al padre) no es superado y no se identifica fundamentalmente con la madre, sino con el padre, buscará el mismo objeto de amor o sexual que este: otra mujer.
La segunda es de origen freudiano, en la que la formación por grupos sociales, por la familia, crea a personas homosexuales. Según esta teoría se debe a la presencia de un padre fuerte (en cuanto a comportamiento, por supuesto) y a la poca valoración de la madre que comienza a ser considerada como alguien a quien no se debe imitar.
Esto hace que durante su crecimiento la lesbiana se identifique e imite al padre. En un comienzo se enamora de él y conforme crece se va identificando con la madre. Entonces tendrá los mismos gustos que ella, pero cuando el complejo de Electra (niña que enamora al padre) no es superado y no se identifica fundamentalmente con la madre, sino con el padre, buscará el mismo objeto de amor o sexual que este: otra mujer.