Hay una fuente de conflictos de pareja que a veces pasa desapercibida y puede mejorar tu relación o acortar distancias que se hayan producido: el delinear objetivos (de pareja y personales).
Se ve con frecuencia en parejas que ya llevan muchos años de casados o de relación, que ya no tienen metas en común (generalmente, por haber cumplido las primeras que tenían, como por ejemplo techo propio, hijos, estabilidad económica, etc.): el futuro se desdibuja debido a que no hay metas a alcanzar ni un rumbo definido para los dos juntos.
Es el momento en que comienzan a prevalecer los objetivos individuales por sobre los compartidos. Esto suele provocar alejamientos que se pueden profundizar con el tiempo.
Asimismo, el solo funcionar en pos de las necesidades de la pareja y de la familia, sin objetivos personales – como sigue siendo la realidad de un gran número de mujeres, en especial, por patrones culturales - hace que la persona quede relegada y sienta una profunda insatisfacción, aunque la causa no sea tan aparente – ya que tiene todo lo que desea a la vista de los demás (familia, hijos, tranquilidad), pero sus sueños individuales no están siendo atendidos.
A veces se trata de volver a trabajar o de reconectarse con la profesión, otras, simplemente, de hacer algo por nosotras mismas, en lo que podamos tomar nuestras propias decisiones, como hacer un curso o practicar un deporte. Conozco casos de mujeres que durante años ni siquiera van al médico a hacerse chequeos regulares, ya que toda su vida gira en torno a su marido y a sus hijos.
Lo que intento recalcar es que, para mantener una relación saludable, es preciso que cada miembro de una pareja tenga un área personal en la que decida qué quiere alcanzar, y además, ambos integrantes tracen objetivos (de mayor y de menor relevancia) de manera conjunta.
Por ejemplo, tomar vacaciones en familia, hacer un cambio en algún lugar de la casa o decidir la salida del próximo domingo. Los estímulos que nos van empujando hacia adelante (como individuos y también como pareja) son esenciales y contribuyen a la salud, al equilibrio y al bienestar de toda relación.
¿Consideras que tienes objetivos personales y compartidos en tu pareja?
Se ve con frecuencia en parejas que ya llevan muchos años de casados o de relación, que ya no tienen metas en común (generalmente, por haber cumplido las primeras que tenían, como por ejemplo techo propio, hijos, estabilidad económica, etc.): el futuro se desdibuja debido a que no hay metas a alcanzar ni un rumbo definido para los dos juntos.
Es el momento en que comienzan a prevalecer los objetivos individuales por sobre los compartidos. Esto suele provocar alejamientos que se pueden profundizar con el tiempo.
Asimismo, el solo funcionar en pos de las necesidades de la pareja y de la familia, sin objetivos personales – como sigue siendo la realidad de un gran número de mujeres, en especial, por patrones culturales - hace que la persona quede relegada y sienta una profunda insatisfacción, aunque la causa no sea tan aparente – ya que tiene todo lo que desea a la vista de los demás (familia, hijos, tranquilidad), pero sus sueños individuales no están siendo atendidos.
A veces se trata de volver a trabajar o de reconectarse con la profesión, otras, simplemente, de hacer algo por nosotras mismas, en lo que podamos tomar nuestras propias decisiones, como hacer un curso o practicar un deporte. Conozco casos de mujeres que durante años ni siquiera van al médico a hacerse chequeos regulares, ya que toda su vida gira en torno a su marido y a sus hijos.
Lo que intento recalcar es que, para mantener una relación saludable, es preciso que cada miembro de una pareja tenga un área personal en la que decida qué quiere alcanzar, y además, ambos integrantes tracen objetivos (de mayor y de menor relevancia) de manera conjunta.
Por ejemplo, tomar vacaciones en familia, hacer un cambio en algún lugar de la casa o decidir la salida del próximo domingo. Los estímulos que nos van empujando hacia adelante (como individuos y también como pareja) son esenciales y contribuyen a la salud, al equilibrio y al bienestar de toda relación.
¿Consideras que tienes objetivos personales y compartidos en tu pareja?