Asistí a un taller que comenzó con una pregunta: ¿Qué es salud mental, cómo la defines en tu vida diaria? Fue interesante cambiar la percepción aprendida de que salud mental es la ausencia de enfermedades mentales. La insatisfacción, los rencores no resueltos, las tristezas acumuladas, las inseguridades y las frustraciones sostenidas por mucho tiempo nos pueden hacer perder la salud mental.
La definición del diccionario Webster es: "Estado del bienestar emocional y psicológico en el cual un individuo puede utilizar sus capacidades cognitivas y emocionales, funcionar en sociedad y resolver las demandas ordinarias de la vida diaria". Allí entendí que salud mental se relaciona más con el cómo vivimos la vida diaria.
Una mujer insatisfecha con su cuerpo, con constantes problemas en sus relaciones y su trabajo profesional acabará afectando su salud mental, emocional y espiritual. Hay hábitos que hacen mucho daño como la necesidad de controlar a las personas y las situaciones, de aislarse por sentirse menos y de hacerse cargo de culpas ajenas.
Vivir súper ocupadas, desconectadas de los sentimientos y agresivas, aumenta la probabilidad de tener problemas futuros tales como la depresión y la ansiedad generalizada. Es importante estar más conscientes de cómo cuidar nuestra salud mental desarrollando destrezas internas que nos mantengan equilibradas, positivas y funcionales para la brega de cada día; que no está fácil para nadie.
Lo primero es el conocimiento y manejo de los propios sentimientos, pensamientos y conducta. Es sentirse bien con una misma y mantener relaciones saludables con personas significativas en la familia. ¡La falta de autoestima y las relaciones tóxicas hacen mucho daño a la salud integral! ¿O crecemos o nos enfermamos?
La definición del diccionario Webster es: "Estado del bienestar emocional y psicológico en el cual un individuo puede utilizar sus capacidades cognitivas y emocionales, funcionar en sociedad y resolver las demandas ordinarias de la vida diaria". Allí entendí que salud mental se relaciona más con el cómo vivimos la vida diaria.
Una mujer insatisfecha con su cuerpo, con constantes problemas en sus relaciones y su trabajo profesional acabará afectando su salud mental, emocional y espiritual. Hay hábitos que hacen mucho daño como la necesidad de controlar a las personas y las situaciones, de aislarse por sentirse menos y de hacerse cargo de culpas ajenas.
Vivir súper ocupadas, desconectadas de los sentimientos y agresivas, aumenta la probabilidad de tener problemas futuros tales como la depresión y la ansiedad generalizada. Es importante estar más conscientes de cómo cuidar nuestra salud mental desarrollando destrezas internas que nos mantengan equilibradas, positivas y funcionales para la brega de cada día; que no está fácil para nadie.
Lo primero es el conocimiento y manejo de los propios sentimientos, pensamientos y conducta. Es sentirse bien con una misma y mantener relaciones saludables con personas significativas en la familia. ¡La falta de autoestima y las relaciones tóxicas hacen mucho daño a la salud integral! ¿O crecemos o nos enfermamos?